Felipe VI y Pedro Sánchez, este martes en el Congreso. EFE

Felipe VI destaca el papel «decisivo» de su padre el 23-F

Los socios de Pedro Sánchez exigen la desclasificación de la información del golpe para conocer «con exactitud» los hechos

Martes, 23 de febrero 2021, 08:56

El 23 de febrero de 1981 quedó grabado en la memoria de millones de españoles. También en la de los más jóvenes. 40 años después de la intentona golpista, Felipe VI -que tenía entonces 13 años y acompañó durante toda esa noche a su padre, ... Juan Carlos I, en Zarzuela-, recordó este martes, en su intervención en el acto conmemorativo del Congreso de los Diputados, que de «aquel episodio histórico» aprendió «el incalculable valor que la libertad tiene para el pueblo español». También tuvo palabras para el rey emérito, al que atribuyó un papel «decisivo para la defensa y el triunfo de la democracia».

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Precisamente la de Juan Carlos I, que actualmente reside en Abu Dabi tras su marcha de España en agosto, fue la ausencia más relevante de otra jornada que cuatro décadas después también estuvo marcada por una calamidad, la del coronavirus. Mascarillas, distancia de seguridad y la mano en el pecho a modo de saludo (en vez del besamanos tradicional), formaron parte del protocolo de un acto celebrado en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara baja. Allí se dieron cita el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus cuatro vicepresidentes; las presidentas del Congreso y del Senado, Meritxell Batet y Pilar Llop, respectivamente; el líder del Partido Popular, Pablo Casado; el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes; el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; y los dos padres de la Constitución que quedan vivos, Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.

40 años del 23F

Ante ellos, don Felipe defendió que su compromiso con la Carta Magna «es más fuerte que nunca» y señaló su valor para fomentar el «reencuentro y el entendimiento entre los españoles». El monarca recordó también a los diputados y los miembros del Gobierno de entonces, y en particular a su presidente, Adolfo Suárez, por quien expresó su «gran admiración y gratitud», y en general para quienes esa noche, tanto civiles como militares y trabajadores de los medios de comunicación, dieron «un ejemplo de coraje y de lealtad a las instituciones del Estado y a nuestra Constitución».

Su discurso provocó un aplauso generalizado entre el reducido número de asistentes -si se compara con otros actos celebrados en el Congreso antes de la llegada de la pandemia-. Sin embargo, el vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias evitó sumarse. El también líder de Unidas Podemos inició hace dos semanas junto a otros miembros de su partido una campaña para denunciar lo que entiende como «falta de normalidad democrática» en España y siempre ha defendido el carácter republicano de su formación (en cambio, sí aplaudió al monarca en febrero del año pasado, durante la apertura solemne de la legislatura). «40 años después, la monarquía ya no es condición de posibilidad de democracia», afirmaba minutos antes de que empezara el acto de conmemoración, al que acudió «por respeto institucional y luciendo una insignia de la Unión Militar Democrática, el grupo de oficiales del Ejército purgado por su oposición al franquismo.

Sobre la calidad democrática pivotó la intervención de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que intervino antes que el monarca. «Sin olvidar el ataque entonces sufrido, la sociedad puede constatar, ante todo, la solidez de nuestro sistema democrático. Una sociedad que ha dado a luz una democracia reconocida en el mundo y plenamente integrada en los estados libres», señaló, en velada referencia a Iglesias.

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Batet también advirtió de los peligros que acechan a la democracia como «la creciente polarización política y su traslado a los ciudadanos» o «el populismo de las respuestas fáciles o de las presuntas verdades incontestables».

Luz y taquígrafos

Por la mañana, representantes de ERC, Junts, PDeCAT, BNG, CUP, Compromís y EH Bildu habían firmado un manifiesto explicando su ausencia en dicha ceremonia porque consideran que su objetivo es acabar con «el régimen del 78» y las instituciones que lo encarnan, como la Corona.

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En una comparecencia conjunta en la Cámara baja, representantes de estos partidos criticaron lo que entienden como un periodo de «negación nacional y social de los derechos y libertades de nuestras sociedades y nuestros pueblos». El PNV no se sumó finalmente a la firma de este manifiesto.

De forma paralela, estas fuerzas registraron una proposición no de ley exigiendo la desclasificación de los documentos para conocer «con exactitud» cada documento o cada grabación que aporte «luz y taquígrafos» a los «verdaderos acontecimientos» que alumbraron esa intentona golpista. Propuesta a la que también se sumó Unidas Podemos.

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La ministra portavoz, María Jesús Montero, les replicó durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que los acontecimientos que rodean ese acontecimiento «han sido objeto de mucha investigación por parte de historiadores» y que por esa razón existe «una información suficiente e interesante para que no se vuelvan a reproducir». Montero añadió que «nadie puede dudar» de la aportación del rey Juan Carlos, y que «hay que ser fieles con la verdad y el rigor histórico al que tienen derecho las nuevas generaciones».

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