El PP exige a los socialistas críticos con el cupo catalán votar en contra en las Cortes

«¿Qué van a hacer si esto se somete a las Cortes Generales con reformas legislativas?», se preguntó ayer la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, la voz en la que Alberto Núñez Feijóo delegó la valoración del «no balance» del curso político de Pedro Sánchez.

La dirigente popular insistió en que la postura crítica de líderes territoriales del PSOE como las de Emiliano García-Page o Javier Lambán sobre el acuerdo para un concierto económico para Cataluña ya «no es suficiente». Y exhortó a los socialistas descontentos que no se sientan vinculados al preacuerdo a no apoyarlo cuando llegue el momento en la Cámara baja. «Ahí está la clave de la defensa de la común», recalcó en su comparecencia de ayer desde Logroño.

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Gamarra acusó al presidente del Ejecutivo de conseguir la investidura de Salvador Illa al frente de la Generalitat a cambio de «la igualdad de los españoles en el acceso a los servicios públicos», al tiempo que criticó que no someta el acuerdo entre sus bases como sí lo hará ERC el viernes. «No hay nada menos socialista y menos progresista que intentar romper la caja común pactada, que es multilateral y afecta a todos los españoles», incidió.

Tras resumir el final del primer año de legislatura en «más cesiones, desigualdad y corrupción, síntomas del ocaso de un Gobierno del fin de ciclo en el que se encuentra Pedro Sánchez», Gamarra incidió en que «este curso político empezó con el escándalo de la ley de amnistía y termina con el nuevo escándalo de reventar la caja común de la financiación que tenemos en España con un objetivo único: comprar el poder».

La número dos del PP se esmeró en retratar al presidente del Gobierno «como un independentista más» y más «radicalizado» y denunció el uso que hace Sánchez de instituciones como la Abogacía y la Fiscalía del Estado como si fueran «su bufete de abogados personales» por la querella presentada contra el magistrado Juan Carlos Peinado. Al respecto, Gamarra acusó a Sánchez de «amedrentar a los jueces ante las investigaciones que se están llevando a cabo en relación a su entorno más cercano» para defender a su mujer Begoña Gómez de las acusaciones de tráfico de influencias.