El PP acusa a Sánchez de «comprar tiempo en el poder» al aliarse con Bildu

«No por poco sorprendente deja de ser escandaloso este nuevo paso en la deriva de un Sánchez desesperado por comprar tiempo en el poder», señaló Cuca Gamarra, la primera en pronunciarse en el PP al respecto, quien advirtió al Gobierno de que este tipo de acuerdos –aunque no existen garantías de que se materialice ante la actual debilidad parlamentaria del Ejecutivo– le penalizarán en las urnas, donde «los españoles le harán pagar por toda esta indecencia».

La dirigente riojana del PP también ironizó con que un «condenado por secuestro» como Arnaldo Otegi, líder de la coalición abertzale, «sea quien decida» los nuevos términos de la Ley de Seguridad Ciudadana. El vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local de los populares, Elías Bendodo, fue otro de los que salió al paso haciendo hincapié en la tesis de que el acuerdo entre Moncloa y Bildu –al que ambos intentarán sumar al resto de socios que respaldan al líder del PSOE– se enmarca en la política de liberar presos de ETA a cambio del apoyo de la coalición abertzale a los Presupuestos.

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«Ayer el PSOE liberó en el País Vasco al terrorista que asesinó al concejal del PP, José María Martín Carpena, en el año 2000, y al fiscal Luis Portero», recordó el dirigente andaluz al ser preguntado en el Congreso, antes de asegurar que el entendimiento con el independentismo vasco ligado en el pasado a ETA constituye «una ofensa al conjunto de los españoles». Los populares tratan de relacionar así la concesión del tercer grado a presos etarras y la alianza que existe entre Ferraz y Bildu.

«Excarcelaciones»

Aunque no solo Gamarra y Bendodo descargaron su artillería contra Sánchez, a quien Génova recrimina claudicar una vez más ante sus aliados y saltarse las líneas rojas que estableció antes de alcanzar el poder. Borja Sémper, vicesecretario de Cultura, portavoz nacional del PP y escoltado en su día por la amenaza terrorista, reaccionó asegurando que esto demuestra –tras aprobar la amnistía y negociar el cupo catalán con ERC– que «sin excarcelaciones y cesiones legislativas» tampoco hay legislatura para el presidente del Gobierno. «Sánchez no piensa en la seguridad de los españoles ni en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, solo piensa en la manera de asegurar su estancia en La Moncloa», proclamó tras criticar que Otegi sea ahora el «portavoz de Sánchez».

La avalancha de críticas encontró eco, con todo, no solo fuera de las filas del PP, sino dentro de las del propio PSOE. El reproche provino de la voz más díscola entre los socialistas con los pactos de Sánchez con el independentismo, Emiliano García-Page. El presidente de Castilla-La Mancha ironizó, con crudeza, con que debe ser la izquierda abertzale la que debería «quitarse la mordaza y pedir perdón» a todas las víctimas de ETA. «Si se quitaran ellos la mordaza y pudieran pedir de una vez perdón y reconocer el dolor de las víctimas sería suficiente. Está bien llegar a un acuerdo con una formación que se dedicó a poner la mordaza al pueblo vasco durante muchos años», abundó el barón socialista, quien aprovechó también para lanzar un dardo al PP al sostener que no participará en sus «neuras» alimentando supuestas deserciones de los diputados castellanomanchegos del grupo del PSOE en el Congreso.