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La guerra fratricida entre Sumar y Podemos afecta de pleno a las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. En la formación morada escuece, y mucho, que Yolanda Díaz no haya querido lanzar su movimiento a la izquierda del PSOE antes de esta ... primera cita con las urnas, a la que sucederán en diciembre unas generales para las que la vicepresidenta segunda sí se postuló ya el pasado domingo como candidata a presidir la Moncloa o, en su defecto -reconoce públicamente la líder de Sumar-, como uno de los pilares de una segunda coalición progresista bajo la batuta de Pedro Sánchez y el PSOE.
Permanece abierta ahora la incógnita sobre si Díaz hará campaña y con quién ante este decisivo 28-M. Dos comunidades están subrayadas en rojo: Madrid y Valencia. Y ambas ejemplifican el mayúsculo enredo en que están sumergidas las izquierdas. En estas regiones Podemos peleará cada voto con Más Madrid y Compromís, dos de los grupos que arroparon el domingo a Díaz en su estreno en el polideportivo Magariños. Pero es que los hará, además, coaligado con IU, cuyo líder, él ministro Alberto Garzón, también ha cerrado filas con la vicepresidenta.
En medio de este endiablado contexto, Podemos se juega en mayo el limitado poder que aún mantiene a nivel local y regional. En 2015 alcanzó mediante una hábil estrategia de alianzas con movimientos locales las alcaldías de Madrid, Barcelona, Cádiz, Zaragoza, Ferrol, Santiago o A Coruña. Fueron los bautizados como 'ayuntamientos del cambio'. A día de hoy, los morados solo participan de manera residual en los ejecutivos de la capital catalana y Cádiz, ciudades gobernadas aún por plataformas de izquierda pero que reniegan de cualquier directriz que llegue desde Madrid.
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María Eugenia Alonso
De cara al 28-M la izquierda acudirá fragmentada ante los aplausos de un PP que ya se ve vencedor en municipios y autonomías que gobierna el PSOE con el apoyo de Podemos y sus confluencias. Frente a unos pronósticos que no son halagüeños y la imputación de Díaz y los congregados en torno a Sumar de que es Podemos el responsable de la falta de unidad, los morados hacen gala de los acuerdos electorales que han cerrado con Izquierda Unida para subrayar su peso y devolver la acusación de que ellos son la manzana de la discordia.
A pesar del mensaje inequívoco de Garzón a favor del proyecto de la vicepresidenta, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, celebró ayer el último acuerdo cerrado con IU, en la Comunidad Valenciana que congrega buena parte de toda la pugna del tablero electoral. Se trata de uno particularmente relevante de muchos otros, según destacan fuentes de Podemos, que enumeran los pactos globales firmados con Izquierda Unida a nivel regional en Navarra, Extremadura, Cantabria, Baleares, Murcia, Castilla-La Mancha y Canarias. A ellos se suman las alianzas en cientos de municipios, añaden.
La formación morada asegura haber cerrado «más acuerdos que nunca» con IU y declara su «firme compromiso con la unidad de la izquierda». «Lamentamos -añaden fuentes del partido- que otras formaciones no se hayan querido sumar a Unidas Podemos en comunidades como Madrid o Valencia para conseguir una unidad más amplia, pero estamos satisfechos con lo logrado». La ministra y número dos de los morados, Irene Montero, achacó ayer a Díaz que no haya utilizado «su influencia» sobre Más País y Compromís, presentes ambos en el Magariños, para favorecer la unidad de la izquierda y la responsabilizó de posibles mayorías absolutas como la de Isabel Díaz Ayuso en Madrid.
Acuerdos globales Podemos e IU concurrirán juntos en la comunidad y en las principales ciudades en Madrid, Valencia, Navarra, Extremadura, Cantabria, Baleares, Murcia, Castilla y La Mancha y Canarias.
Acuerdos donde no se celebran comicios autonómicos. País Vasco, Andalucía (excepto Málaga), Galicia, Cataluña y Castilla y León.
Pendientes La Rioja.
Sin acuerdo Asturias y Aragón, donde nunca lo ha habido.
El pacto en la Comunidad Valenciana no deja de suponer una victoria pírrica de Podemos ya que Compromís concurrirá a las autonómicas bajo sus propias siglas, tal y como ha hecho siempre pese a los sucesivos cantos de sirena desde 2015. La formación izquierdista valenciana y de corte nacionalista ya descartó en las últimas generales integrarse en Unidas Podemos y se presentó junto a Más País, la formación de Íñigo Errejón. La apuesta del ex número dos de Podemos fracasó en 2019 y solo cosechó tres escaños en el Congreso cuando aspiraba al menos a una quincena. No obstante Más Madrid, la filial autonómica nacida de la mano de Errejón y de la exalcaldesa madrileña Manuel Carmena, es hoy la segunda fuerza política en la comunidad madrileña superando al PSOE,
Fiel al guion que se repite desde Podemos, Montero defendió ayer que gracias a la presencia de Podemos en el Consejo de Ministros se han logrado las mayores transformaciones sociales durante esta legislatura, restando no solo méritos al PSOE, sino también a la propia Díaz al frente del Ministerio de Trabajo. La titular de Igualdad, posible rival electoral de la vicepresiidenta en caso de que se consume el divorcio entre Sumar y Podemos, insistió durante una entrevista en Radiocable en que «la mano sigue tendida» para «unir a la izquierda». Eso sí, siempre que Díaz acepte una coalición entre Sumar y Podemos de tú a tú, sin interferencias de las otras fuerzas que apoyan a la vicepresidenta.
La formación morada sigue supeditando ese acuerdo a unas primarias abiertas, donde la militancia de Podemos, mayoritaria entre las fuerzas a la izquierda del PSOE, podría imponer los nombres de las listas electorales. «El proyecto de Yolanda Díaz es distinto, pero seguimos dispuestas a una coalición entre Sumar y Podemos», concluyó Montero.
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