El último pleno del año en el Congreso se saldó con una guerra abierta entre Podemos, por un lado, y Esquerra, EH Bildu y PNV, por otro, que añade más incertidumbre a la legislatura. Especialmente con estos últimos, con los que los morados –que esgrimen ... sus cuatro diputados para presionar al Gobierno– mantuvieron un cruce de reproches durante toda la mañana por tierra, mar y aire. Desde la tribuna del hemiciclo, a los pasillos de la cámara, pasando incluso por los corrillos con periodistas, donde no ahorraron descalificaciones personales.
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Detrás de esta refriega entre aliados del Gobierno subyace un motivo técnico y otro político. El primero, la enmienda de los nacionalistas vascos a la ley de eficiencia de la justicia para agilizar los desahucios por okupación, que salió adelante gracias a un error de ERC y EHBildu, y que el partido fundado por Pablo Iglesias considera «un tremendo error». Y por otro, la presión que los de Ione Belarra están aplicando a PSOEy Sumar para venderse ante el electorado como «los únicos» que plantean «medidas innovadoras y valientes» haciendo valer, al mismo tiempo, votos clave para la acción legislativa del Congreso.
En medio de la pugna, y cuando el pleno se disponía a tumbar el impuesto especial a los beneficios de las energéticas con la suma de los votos de Junts y el PNVa los de PPy Vox, la propia Belarra entraba al choque y recomendaba al portavoz de los nacionalistas vascos, Aitor Esteban, que «la próxima vez que se presente a las elecciones le ceda su puesto a Josu Jon Imaz (CEO de la energética Repsol)».
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Miguel Ángel Alfonso
Una retahíla a la vista de toda la prensa, de los grupos parlamentarios y el público en general, que enfureció a los diputados del PNV, convencidos de que Podemos, con su actitud de exprimir la debilidad parlamentaria del Ejecutivo, está forzando la convocatoria de elecciones anticipadas. «Es absolutamente imprudente.Se quieren medir con Sumar en unas elecciones, si no, no se entiende. Por mucho que chille la señora Belarra, las cosas no van a cambiar, los que estamos dando equilibrio a este Gobierno somos nosotros, que podemos buscar mayorías alternativas. Ellos no, ellos están en una esquina del hemiciclo», zanjó Esteban en declaraciones a los medios durante le pleno, visiblemente molesto. Un discurso –concretamente el uso del verbo «chillar»– que en Podemos tachan de «machista».
Pero la preocupación no solo se circunscribe al PNV. Bildu y ERC, que la pasada legislatura, cuando la coalición Unidas Podemos formaba parte del Gobierno, combinaban su estrategia parlamentaria con los morados, también creen que los de Belarra se están convirtiendo en un «elemento de inestabilidad» en la legislatura con su estrategia de bloqueo. Durante el pleno, ambas formaciones se enzarzaron con los morados, a los que afearon «hacer sangre» de un «error involuntario» en la enmienda de los desahucios. «Algunos parecen encantados de haberse conocido», les espetó la diputada republicana Pilar Valluguera.
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Podemos votó finalmente a favor de tumbar el veto del Senado la ley de eficiencia de la justicia. Poco antes habían llegado a un acuerdo con el ministro de Justicia, Félix Bolaños, tras una negociación 'in extremis' con la eurodiputada Irene Montero. Los morados, empezando por la propia Belarra, repiten estos días la consigna «Irene está de vuelta». Lo que se interpreta como la preparación de la formación de cara a un eventual adelanto electoral en el que la exministra de Igualdad podría ser cabeza de lista.
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