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Sus convocantes la habían vendido como la gran protesta. De hecho, el Ministerio del Interior, en un despliegue casi sin precedentes en la capital del España, había desplegado 1.600 policías ante las amenazas de los ultras de convertir el Palacio de San Jerónimo de ... 2023 en un nuevo Capitolio del 2021. Pero ni de cerca.
Ni siquiera algo similar a un ‘Rodea el Congreso’ como el Podemos y Pablo Iglesias y los suyos el famoso 25 de septiembre de 2012 (el famoso 25-S), al que la derecha ahora quería emular.
Es más, la de este miércoles fue casi una de las movilizaciones más flojas y sin tirón desde que comenzaran hace dos semanas las protestas callejeras en diversos puntos de España contra la investidura de Pedro Sánchez a cambio de la amnistía a los implicados del procés. A las 19:30 horas, la Delegación del Gobierno informó de había solo 150 personas en Neptuno y 25 en Cedaceros, en la parte superior de la Carrera de San Jerónimo.
Y es que hubo muchos, pero muchos más, policías que manifestantes. A pesar de los numerosos de llamamientos en redes sociales para la movilización en los alrededores del Parlamento durante las dos sesiones de investidura, solo 500 personas, en los momentos de mayor afluencia según Delegación del Gobierno, se congregaron en la Carrera de San Jerónimo durante la hora y 42 minutos que duró el discurso del candidato a la presidencia. Durante la tarde, la situación fue parecida: un puñado de manifestantes que ni tan siquiera obligaron a cortar (o canalizar) el tráfico en el cercano Paseo del Prado que permanecía abierto y con la circulación de una jornada normal.
Las convocatorias de Revuelta, las juventudes afines del PP, y de otros colectivos de derechas como Hazte Oír o Junta Democrática para 'rodear el Congreso' a partir del mediodía para impedir que los diputados pudieran moverse pincharon de manera clamorosa en la sesión de mañana. Pero también durante la tarde, cuando la Policía estaba convencida de que iban a repuntar.
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La movilización juvenil, que ha venido siendo la base de las protestas en Ferraz y en otras sedes, no se produjo este miércoles por la mañana. En su mayoría, los asistentes a las dos concentraciones (en cada extremo de la Carrera de San Jerónimo) fueron de edad avanzada.
Banderas de España, caceroladas e insultos a Sánchez y a Puigdemont, no obstante, se escucharon con fuerza, sobre todo cuando los asistentes identificaban a alguno de los parlamentarios socios del PSOE o del propio Partido Socialista.
Este miércoles por la mañana, además, la Policía sorteó sin problemas el primer desafío de seguridad: la comitiva de Pedro Sánchez entró sin contratiempos al Congreso. Eso sí, por la puerta de atrás, usando la vía de la calle Zorrilla, en lugar de la carrera de San Jerónimo. Los manifestantes no vieron ni siquiera la llegada del candidato poco después de las 11:15 horas.
Al que sí que vieron fue a Santiago Abascal, que entró a pie en el Congreso acompañado de la plana mayor de su partido y fue aclamado al grito de «presidente» por los manifestantes.
Lo más llamativo de la protestas a falta de manifestantes -más allá de legionarios jubilados con un megáfono y una bandera con el águila colgada en la valla de los antidisturbios- fue la iniciativa Hazte Oír. Ese colectivo hizo circular en las inmediaciones de las Cortes un autobús con la imagen de Pedro Sánchez caracterizado de Hitler con la camisa parda de las S.A.
Las timidísimas protestas de este miércoles se están quedando muy lejos de las protagonizadas el 29 de octubre de 2016 por los miles de manifestantes que respondieron a la llamada de la Coordinadora 25-S contra las investidura de Mariano Rajoy, cuando una multitud protestó, llenando la Puerta del Sol, contra la «investidura ilegítima» del entonces presidente del PP, después de la abstención del PSOE y la defenestración de Sánchez.
El Ministerio del Interior desplegó a 1.600 policías para este miércoles y jueves. El grueso del dispositivo son más de 1.400 agentes de las Unidades de Intervención de la Policía (UIP, antidisturbios), que son los encargados de blindar el Congreso.
El despliegue de seguridad para la investidura del Pedro Sánchez este miércoles fue el tercer operativo más grande de la historia reciente de Madrid en cuanto a la movilización de miembros de las Unidades de Intervención de la Policía, solo superado por el de la Copa de Libertadores que enfrentó a River Plate y Boca Juniors en 2018 y por el de la Coronación de Felipe VI el 19 de junio de 2014.
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