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El Gobierno trata de capear el temporal provocado por el 'caso Koldo' –la misma semana en la que se ha visto obligado a lidiar con la debacle en las elecciones gallegas del domingo– y minimizar el daño que pueda provocar en la credibilidad del ... discurso contra la corrupción con el que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa gracias a la moción de censura contra Mariano Rajoy en 2018. Si el propio presidente y líder del PSOE se afanaba el miércoles, asaltado por la operación durante su viaje a Marruecos, en negar que tuviera conocimiento alguno del supuesto fraude millonario en la compra de mascarillas en lo peor de la pandemia que involucra al fuera asesor del exministro de Fomento José Luis Ábalos, este jueves otros miembros del Ejecutivo y del partido apuntalaron no solo ese argumento y su condena a cualquier irregularidad. También intentaron proteger a Santos Cerdán, el número tres de los socialistas y negociador clave con Junts, quien coincidió con Koldo García en el PSOE navarro.
La investigación de Anticorrupción y de la Audiencia Nacional que ha situado en el epicentro de las presuntas comisiones ilegales en contratos con distintas administraciones a Koldo García, a los ministerios de Transportes y de Interior y a los gobiernos de Baleares y Canarias –encabezados entonces por la hoy presidenta del Congreso, Francina Armengol, y por el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres– ha disparado un torpedo contra la línea de flotación del Gobierno y del PSOE, en una legislatura, además, complicada por momentos. Una integrante del Ejecutivo resumió el sentir declarándose «cabreada como una mona» con el estallido del caso, incidiendo en tres tesis abanderadas en estas horas por los socialistas: que hay que dejar trabajar a la justicia, que no hay motivo para que Ábalos dimita y que Koldo García no era un hombre de Cerdán como sugieren algunas informaciones.
En el Gobierno y en el partido limitaron la relación entre el actual secretario de Organización del partido y el ahora imputado a haber coincidido como concejales, en diferentes municipios, en Navarra. Cerdán confirmó este jueves en los pasillos del Congreso lo evidente –que sí conocía al asesor de Ábalos–, asegurando que los responsables del PSOE están «muy sorprendidos» por los ilícitos que se atribuyen a García. «Esta dirección siempre actúa con la corrupción cortando por lo sano», remarcó Cerdán, señalado como posible enlace, negado por los socialistas, entre el investigado y Sánchez –que le elogió por el compromiso de su militancia– cuando este disputaba el liderazgo del partido.
En paralelo, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, salió a defender la probidad de los suyos tildando de «absolutamente inmoral» el que alguien se haya enriquecido con la compra de mascarillas anticovid, mientras que su homóloga en el Gobierno, la ministra Pilar Alegría, rechazó, en línea con lo dicho la víspera por Sánchez, que la destitución de Ábalos en 2021 tuviera que ver con las irregularidades. En Ferraz despachan con un «eso es ciencia ficción» la posibilidad de que este caso reviente el relato anticorrupción con el que el presidente llegó al poder.
Pero conforme avanzan las horas se descubren aristas más inquietantes de García, del que el alcalde socialista de León, José Antonio Díez, reveló cómo le amenazó en 2021: «Me dijo que tuviera cuidado porque aún le quedaban tres años para joderme». El otro protagonista de la polémica, el exministro Ábalos, declinó seguir manifestándose sobre una causa que interpela a su continuidad como diputado.
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