Los partidos encaran con los mismos candidatos unas elecciones catalanas que condicionarán la legislatura

Nadie arriesga con vuelcos o fichajes para encabezar sus planchas electorales, en unos comicios adelantados por el president Aragonès, tras no poder sacar adelante los Presupuestos pactados con los socialistas, que han adentrado la legislatura española en un 'impasse' a la espera del puzle catalán resultante de las urnas. Un puzle enlazado a las alianzas con los soberanistas que sostienen el tercer mandato de Pedro Sánchez y marcado por la ley de amnistía, cuya aprobación definitiva por las Cortes y publicación en el Boletín Oficial del Estado no llegará hasta pasado el 12-M. De su aplicación cuelga la promesa de Puigdemont de que    regresará a Cataluña si es propuesto para la investidura, hagan lo que hagan los jueces.

El primer secretario del PSC (La Roca del Vallès, Barcelona, 1966), el favorito para imponerse dentro de mes y medio según las encuestas publicadas hasta ahora, ya venció en las autonómicas de febrero de 2021 con 33 escaños, empatado con Esquerra pero cosechando más votos. Repite como jefe de filas del PSC, que ha regresado por donde solía tras la travesía del desierto, con paulatino declive, que supusieron los años más críticos del 'procés'. Illa, de cuyo triunfo depende que Sánchez pueda salvar los muebles de su relato sobre la conveniencia de la amnistía, sostiene que su objetivo es vencer y además gobernar, 14 años después de la salida de José Montilla. El líder socialista, que promete pasar página al 'procés', ató su destino al de Sánchez pilotando su Ministerio de Sanidad en pandemia.

El president (Amer, Girona, 1962) de 2016 a 2017 fue destituido por el 155 tras el referéndum del 1-O y la fallida declaración de independencia. Aquel convulso 2017 fue el cabeza de cartel de su partido por primera vez. Y repitió en 2021. Son, así, sus terceras elecciones liderando las listas: en las primeras quedó por detrás del Ciudadanos de Inés Arrimadas; en las segunda, fue tercero tras Illa y Aragonès. Con un protagonismo sobrevenido gracias al papel clave de Junts tras el 23-J, aspira a ser el que fue exonerado por la amnistía y las urnas para «culminar» el 'procés'.

El president (Amer, Girona, 1962) de 2016 a 2017 fue destituido por el 155 tras el referéndum del 1-O y la fallida declaración de independencia. Aquel convulso 2017 fue el cabeza de cartel de su partido por primera vez. Y repitió en 2021. Son, así, sus terceras elecciones liderando las listas: en las primeras quedó por detrás del Ciudadanos de Inés Arrimadas; en las segunda, fue tercero tras Illa y Aragonès. Con un protagonismo sobrevenido gracias al papel clave de Junts tras el 23-J, aspira a ser el que fue exonerado por la amnistía y las urnas para «culminar» el 'procés'.

Nacida en Valencia en 1979, son sus segundas elecciones como jefa de filas tras suceder a Xavier Domenech. Su no a los Presupuestos de la Generalitat precipitó el adelanto electoral. Los comunes tienen ocho diputados y están en disposición de repetir resultado. En 2021, la marca fue En Comú Podem, que no se repetirá tras la ruptura de los comunes, hoy asociados a Sumar, con Podemos.

La única novedad de todas las candidaturas. Aunque no tanto, ya que la número uno de la CUP (Tarragona, 1982) para estas elecciones encabezó la lista por su provincia natal en 2021. Estrada se impuso en las primarias a Laure Vega, desconocida hasta la fecha. La CUP atesora nueve escaños y, a tenor de las encuestas, podría conservarlos.

Garriga (San Cugat, Barcelona, 1987) vuelve a encabezar la candidatura de Vox. En 2021, situó a la formación de la que hoy es secretario general como cuarta fuerza del Parlament con 11 escaños. Y según las encuestas, podría mantenerse en la decena.

Ha sido el último en ver confirmada su candidatura. Fernández (Tarragona, 1976) fue la apuesta de Pablo Casado y vuelve a ser cabeza de cartel del PP con Alberto Núñez Feijóo, al que el anticipo electoral ha impedido la renovación que perseguía en el partido en Cataluña. Fernández se enfrentó a Génova por los contactos oficiosos con Junts para la investidura, a los que el dirigente catalán se opone de forma categórica. Aspira a superar el 'procés' y el 'sanchismo'. Frustrada la alianza con Cs, el PP aspira a convertirse en la referencia del antisoberanismo. Tras desplomarse a tres escaños, podría quintuplicarlos.