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Melchor Sáiz-Pardo
Madrid
Sábado, 19 de agosto 2017
Los servicios antiterroristas de los Mossos d'Esquadra investigan si un imán de un oratorio de la localidad gerundense de Ripoll, en la que vivían todos los jóvenes terroristas, fue el que radicalizó a la célula y el que, probablemente, planeó la cadena de atentados ... de gran envergadura que los yihadistas pretendían llevar a cabo en Barcelona. Una serie de ataques que vieron obligados a cancelar tras la explosión de la casa de la Alcanar, improvisando sobre la marcha sus posteriores acciones terroristas en Las Ramblas y en Cambrils.
Los agentes de criminalística de la policía autonómica han registrado este sábado entre las 0:00 y las 3:00 horas la habitación alquilada de la vivienda de Ripoll que hasta el martes ocupó ese imán, que desde entonces se encuentra en paradero desconocido.
El imán, Abdelbaki Es Satty, aseguró que se marchaba de vacaciones a Marruecos, donde tiene mujer e hijos. Los agentes buscaban objetos de con su ADN porque quieren confirmar si este líder religioso es uno de los dos fallecidos en la explosión del miércoles por la tarde en Alcanar.
Un cuerpo se encuentra en buen estado pero el segundo, hallado el viernes, está totalmente destrozado y eso dificulta aún más su identificación. Asimismo, fuentes cercanas a la investigación han indicado que Es Satty salió de la cárcel de Castellón en enero de 2012, donde había ingresado por infracción de delitos relacionados con la ley de Extranjería.
El Daesh reivindica oficialmente los atentados de Barcelona y Cambrill y se vanagloria de haber causado 120 bajas entre “cruzados y judíos” en ambos atentados.
El comunicado del Estado Islámico, al que ha tenido acceso la Asesoría de Inteligencia y Consultoría de Seguridad (AICS), es “parte del ritual” de los terroristas tras este tipo de atentados, aunque la organización especializada en el seguimiento de los yihadistas ve algunos puntos novedosos. Primero que hace mención a Barcelona y Cambrils como acciones exitosas cuando, sobre todo la segunda, fue un atentado improvisado.
El segundo aspecto es la mención a los judíos. “Cuando se produjo el atentado en Barcelona, se dio la noticia de que al menos dos terroristas se habrían atrincherado en un restaurante, que al parecer estaría regentado por judíos (información falsa), apunta AICS. “En ese momento, en los canales de individuos afines a la organización terrorista, comenzaron a lanzarse mensajes en apoyo a los terroristas que presuntamente estaban en el restaurante, burlándose al mismo tiempo de los judíos y emitiendo consignas sobre los castigos que deberían recibir”, apuntan los informes de inteligencia.
“Esta mención ostensible a los judíos tampoco se ha observado en anteriores ataques realizados en suelo europeo o norteamericano, lo cual se suma a la intensa campaña mediática promovida en redes sociales próximas a Estado Islámico”, señala AICS.
Según la tesis de los investigadores, al menos una docena de yihadistas de Ripoll pertenecían a la célula de los atentados de Barcelona y Cambrils. Seis de ellos están muertos (los cinco del tiroteo de Cambrils Mossa Ouakbir , Omar Hychami, El Houssaine Abouyaaqoub, , Said Aallaa y Mohamed Hychami) y el fallecido de la explosión de Alcanar.
Horas antes de los ataques ocho jóvenes de Ripoll desaparecieron, los cinco fallecidos y otros tres miembros de la célula que están huidos. El ya conocido Younes Abouyaaqoub, de 22 años, el único de los cuatro yihadistas en busca y captura por las fuerzas de seguridad durante las últimas horas que no murió en el enfrentamiento con los Mossos en Cambrils, y dos supuestos terroristas más cuyas identidades no han trascendido.
Y hay cuatro detenidos. Los dos primeros son Mohamed Houli Chemlal, herido grave en la explosión de Alcanar y, por ahora, el único supuesto yihadista vivo y en manos de las fuerzas de seguridad; y Driss Oukabir, hermano del fallecido .
Y, según han revelado este sábado fuentes de la investigación, los otros dos son también otros dos residentes en Ripoll: Salah el Karib, amigo de Mossa Ouakbir y que está siendo investigado por venderle billetes de avión y ayudarle con transferencias de dinero a Marruecos; y Mohamed Aallaa, hermano de Said, abatido en Cambrils, y usuario del Audi que los terroristas usaron para llegar a la Costa Dorada e intentar un nuevo atropello masivo.
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