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Marruecos ha vuelto a añadir un elemento de discordia en su relación con España al incluir a Ceuta y Melilla en un mapa de su Embajada en Madrid. El presidente de la ciudad autónoma de Melilla, el popular Juan José Imbroda, ha pedido al Gobierno « ... una protesta formal» y ha denunciado que la acción de la diplomacia marroquí supone «otra agresión hostil» a la integridad territorial de la nación española.
En su página en internet, bajo el título 'Mapa de Marruecos', la Embajada del reino alauí en Madrid sitúa una imagen en la que la extensión del país se pinta de color naranja, y en ese color está también el territorio que corresponde a Ceuta y Melilla, mientras que Argelia, Mauritania, el sur de la península o las Islas Canarias aparecen en amarillo. También está en amarillo la superficie correspondiente al Sáhara Occidental, cuya soberanía marroquí no reconoce Naciones Unidas.
El pasado viernes, en un primer texto en las redes sociales, Imbroda exigió una «protesta formal» y recordó que el próximo 17 de septiembre se cumplen 526 de la pertenencia de Melilla a España, «459 años antes de la independencia de Marruecos». Este domingo, en otro mensaje, Imbroda aumentó el tono de su queja: «48 horas después de denunciar que Marruecos incluya a Melilla y Ceuta en su mapa oficial, aún estoy esperando la protesta formal del Gobierno de España y el público rechazo del PSOE melillense, aunque estos se tragan cualquier cosa. Están de blanqueadores!».
La publicación del mapa de Marruecos que incluye a Ceuta y Melilla se produce pocos días después de que el Alto Representante de la Política Exterior europea, Josep Borrell, firmara una respuesta de la Comisión Europea a una pregunta, realizada por los eurodiputados de Ciudadanos Maite Pagazaurtundúa y Jordi Cañas, en la que zanjaba que las ciudades autónomas son «españolas». «Son territorios que pertenecen a la Unión Europea y forman parte de sus fronteras exteriores», certificaba Borrell.
Las relaciones entre España y Marruecos, siempre en tensión, han vivido varios momentos importantes en los últimos meses. En abril, el Gobierno anuncio un giro radical a la tradicional posición española sobre el Sáhara Occidental al considerar que la propuesta de autonomía para este territorio hecha pública por Rabat era «la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso». Cuando defendió este cambio de postura en el Congreso, el presidente Pedro Sánchez recalcó que la nueva relación con Marruecos dejaba «fuera de toda duda» la soberanía española de Ceuta y Melilla.
Más adelante, en julio, la Audiencia Nacional archivó 'Pegasus', un polémico caso de supuesto espionaje a Sánchez y a tres ministros (Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska y Luis Planas) ocurrido en la primavera de 2021, coincidiendo con una gran crisis diplomática entre España y Marruecos. El pasado marzo, el Parlamento Europeo creyó «plausible» que el reino alauí estuviera detrás de este espionaje, aunque los tribunales españoles dieron carpetazo al asunto ante la falta de colaboración de Israel, el país que desarrolló el sistema 'Pegasus'.
Finalmente, el PP criticó que Sánchez eligiera Marruecos para sus vacaciones familiares después de las elecciones del 23-J. El vicesecretario de Organización del PP, Miguel Tellado, declaró que esta decisión del presidente del Gobierno era «una clara provocación que responde a su soberbia».
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