Unidas Podemos y los socios de investidura se revuelven por Marruecos y la guerra

Desde Esquerra, la diputada Marta Rosique insinuó que el giro histórico en la postura española respecto al Sáhara Occidental, anunciado por el propio Sánchez en el Congreso hace un año, se debe a «información oscura» que el reino marroquí tendría del Gobierno y que, en su opinión, «le ha permitido maniobrar diplomáticamente». «¿Sabe cuál es la diferencia entre ustedes y nosotros? Que por mucho que a nosotros nos espíen, no tenemos nada que esconder», zanjó. Desde Bildu, en un tono menos crítico que los republicanos, saludaron que el Gobierno tenga relaciones de «buena vecindad» con el país vecino, pero afearon al presidente que «el precio a pagar sea el pueblo saharaui», como afirmó su parlamentario Jon Iñarritu.

La cuestión de la invasión rusa de Ucrania y el envió de material militar también centró la oleada de críticas contra el ala socialista de la coalición. En el grupo confederal de Unidas Podemos existía hasta entonces cierta división a la hora de encarar el asunto por parte de las formaciones presentes en la coalición, hasta este miércoles.El secretario general del PCE, Enrique Santiago, censuró duramente «la expansión de la OTAN hacia el este». Lo hizo una semana después de que Podemos, en un vídeo de precampaña, lanzara una crítica velada a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y a Izquierda Unida por «ponerse de perfil» en esta cuestión. «Solo nosotros decimos lo que nadie se atreve», rezaba el mismo. «Aprovechemos la presidencia española para dar un impulso a la paz, sumándonos a estas iniciativas o coordinando una de ellas», señaló.

En la misma línea, su compañero de bancada, el diputado de Podemos Javier Sánchez Serna, reconoció que la invasión de Rusia a Ucrania ha generado un «dolor injustificable», pero defendió, desde la tribuna, que hay que potenciar las vías de diálogo para la única solución posible al conflicto: un acuerdo de paz por vías diplomáticas.

Durante su intervención, que compartía con Santiago, con el presidente del grupo parlamentario morado y diputado de los comunes, Jaume Asens, y el de Galicia en Común, Antón Gómez Reino, demandó que Europa se desligue de los intereses de Estados Unidos y que el continente «no dependa de la OTAN para su seguridad», una alianza militar que calificó de «poco transparente» porque, afirmó, «en el pasado ha llevado a desastres que pagan «fundamentalmente los pueblos».

El propio Asens cargó también contra el reciente encuentro de Sánchez con la primera ministra, la ultraderechista Giorgia Meloni, en Roma «sin denunciar su política migratoria y contra los derechos LGTBI». Y se dirigió al presidente para pedirle «un último golpe de timón progresista (...) Y hacerlo con el bloque de investidura».

La convivencia en la bancada morada está enrarecida desde que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, lanzara el Domingo de Ramos su candidatura a la Moncloa. Podemos y Sumar siguen enredados por la celebración de primarias abiertas para conformar una coalición para las generales. Mientras las conversaciones se mantienen congeladas, ambas facciones se lanzan críticas a través de los medios de comunicación –«una ensalada de hostias», como definió la situación el exlíder morado, Pablo Iglesias–. Pero a la hora de operar en el Congreso, el grupo parlamentario, formado por los morados, Izquierda Unida, los comunes y Galicia en Común, mantiene cierta unidad y coherencia en sus intervenciones, y por el momento no se han dividido a la hora de la verdad. Tampoco este miércoles, para cargar al unísono contra la política de Sánchez en Marruecos, la guerra de Ucrania, la reforma del 'solo sí es sí' o los recientes anuncios de vivienda, que estas formaciones aseguran que no estaban sobre la mesa durante la negociación de la ley.

Las ministras Ione Belarra e Irene Montero, números uno y dos de Podemos, respectivamente, no intervinieron en el hemiciclo durante la réplica de Unidas Podemos al presidente –si lo harían posteriormente en la sesión de control al Gobierno–, pero desde los pasillos de la Cámara baja contribuyeron a reforzar estos mensajes de sus compañeros. La secretaria general de Podemos acusó de «electoralismo» al socio mayoritario del Ejecutivo, mientras que Montero llamó a Sánchez a «cuidar la coalición» y no volver a «posicionarse al lado del PP» en lo que resta de legislatura.