Koldo García en su llegada al Tribunal Supremo. Efe

Koldo niega el cobro de comisiones, exculpa a Ábalos y no reconoce las pruebas de Aldama

Afirma que la letra de los presuntos amaños de obras «no es suya», atribuye «a los técnicos y al subsecretario» de Transportes las decisiones controvertidas de las mascarillas y admite que pidió al «conseguidor» la logística de este material

Martes, 17 de diciembre 2024

Casi tres horas de declaración para intentar desmontar punto por punto las acusaciones de Víctor de Aldama. Koldo García, básicamente, lo negó todo este martes en el Tribunal Supremo en el que fue su primer interrogatorio desde que estalló en febrero el caso que ... lleva su nombre. El investigado compareció ante el juez instructor Leopoldo Puente y desmintió las imputaciones lanzadas este lunes por el «conseguidor» de la trama sobre las supuestas mordidas que pudieron haber cobrado él mismo y el que fuera su jefe José Luis Ábalos. Tras concluir su comparecencia, el magistrado le impuso las siguientes medidas cautelares: retirada de pasaporte, prohibición de salir del territorio nacional y comparecencias cada 15 días en el juzgado.

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Koldo García, asesor del ministro de Transportes entre 2018 y 2021, dijo desconocer por completo el famoso listado con las obras «preadjudicadas» subrayadas en colorines, que presentó, a modo de prueba, De Aldama en su escrito del pasado 4 de diciembre. Es más, arguyó que no reconoce siquiera como suya el otro manuscrito entregado este lunes por el denominado «nexo corruptor» de la trama con más supuestos amaños señalados.

«¿Es su letra?», le preguntó el juez, según la transcripción de la declaración a la que ha tenido acceso este periódico. «No la reconozco», respondió Koldo. «Y los pantallazos de mensajes de móvil con De Aldama», reiteró el magistrado. «Si lo dice él y está en su teléfono los mandaría él», contestó el investigado.

En esa nota manuscrita, según la defensa del empresario, se incluyen presuntas adjudicaciones de obra pública bajo sospecha de irregularidad. El documento detalla una cantidad relativa a las comisiones por el proyecto, la localización del mismo (Huesca, Valladolid, Murcia y Ourense) y la empresa que, en teoría, iba a ser la adjudicataria o la responsable de realizar la obra a cambio del pago de mordidas.

Las adjudicaciones de obras públicas bajo sospecha que hizo el departamento de Transportes han generado versiones contrapuestas entre García y De Aldama

Sobre este asunto, fuentes jurídicas consultadas del entorno de la defensa señalaron este martes que las constructoras que aparecen en la documentación aportada por De Aldama «no fueron las adjudicatarias de las obras que se le atribuyen». Por ejemplo, señalan que junto a la primera de las obras enumeradas, una carretera en Lugones (Asturias) aparece el nombre de Murias, una empresa vasca que ni siquiera se presentó a la licitación. Esta obra fue finalmente otorgada a Lantania y ASCH por 23 millones y no por 26, como señala la nota aportada por el arrepentido.

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En otro caso, los 105 millones presupuestados para un proyecto vial en Valladolid, en la nota incriminatoria aparecen los nombres de Ortiz y Lantania, que confluyeron como UTE, pero que finalmente quedaron en la posición 17 de 19 en el concurso. Y en la obra de Huesca, que respondería al contrato de la A-23, fue adjudicada por 46 millones a Rover y Aldesa, que no se mencionan en el citado documento aportado por De Aldama.

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Así las cosas, la estrategia de García en su declaración ante Puente pasó por confirmar punto por punto las afirmaciones que Ábalos hizo durante tres horas el pasado jueves ante el alto tribunal, básicamente señalando a su exasesor por haber abierto las puertas de la administración central a De Aldama. Pero nada más. Según García en ningún momento, tal y como apunta De Aldama, fue una pieza en el engranaje del cobro o el pago de sobornos o comisiones. Ni para él ni para otros ni para el PSOE.

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En esa línea, negó tajantemente haber sido el 'correo' que entregó 15.000 euros en mano a Santos Cerdán, secretario de Organización socialista, por orden del «conseguidor» de la trama. «No hemos estado nunca en un bar los tres», afirmó Koldo para desmentir que ese pago tuviera lugar en un bar enfrente de la sede del PSOE en la calle Ferraz, según declaró De Aldama.

El piso y los trabajos de Jéssica

Koldo García -que poco antes de entrar en el Supremo había dejado claro que no iba a complicar lo más mínimo a Ábalos e incluso dijo de él que «es una gran persona y mejor político (...) que no ha hecho nada ilegal»- cumplió su palabra y negó que jamás cobrara coimas. «No», declaró.Pero también se responsabilizó personalmente del pago del alquiler del piso de lujo de Jéssica (2.700 euros al mes), la novia de entonces de Ábalos. Lo hizo por ser amigo personal de la joven y cuando un subordinado de De Aldama dejó de abonar la renta. «Cogí dinero de mi hija y de mi hermano (Joseba García) porque surgió un inconveniente», dijo Koldo sin dar más detalles.

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Y sobre el hecho de los dos trabajos que tuvo Jéssica en el ministerio y su influencia en la contratación, respondió lo siguiente: «Que la gente normal siempre ayuda a conseguir el trabajo de gente que lo solicitaba». «¿Pero fue por enchufe?», reiteró el juez. «Estaba preparada, lo llevaba todo Joseba (su hermano) y tenía la confianza necesaria» para el cargo afirmó Koldo.

Gracias a la mediación de Koldo, una sociedad de Víctor de Aldama logró de varios ministerios y empresas públicas contratos para mascarillas por valor de 54 millones de euros

Además, el exasesor de Ábalos admitió a medias el relato de la Unidad Central Operativa y de Anticorrupción. Efectivamente, con su mediación, la mercantil de De Aldama proveyó de millones de tapabocas a partir de marzo de 2020 no solo a Transportes y a sus entidades Puertos del Estado y Adif, sino también al Ministerio del Interior y a las comunidades de Baleares y Canarias, entonces gobernadas por los socialistas.

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Unos contratos cifrados en 54 millones de euros y que, según ha sostenido Koldo, se cumplieron con éxito, porque las mascarillas llegaron y, según su versión, se puede probar que ni él ni su entorno obtuvieron ningún enriquecimiento ilícito. En este sentido, ya presentó un escrito de descargo ante el juez de la Audiencia Nacional que ordenó su detención en febrero pasado, antes de que la causa llegase al Supremo por la condición de aforado de Ábalos, hoy diputado del Grupo Mixto.

«Hubo otras ofertas sobre las mascarillas a parte de Soluciones de Gestión» (la empresa adjudicataria de los contratos de emergencias por la que De Aldama recibió 5,5 millones en comisiones que fiscalizó), relató Koldo. «Las ofertas se las pasé a los técnicos y al subsecretario del ministerio (Jesús Manuel Gómez, investigado en la causa), pero es cierto que a De Aldama le pedí el tema logístico (para traer el material sanitario de China)», declaró a preguntas del fiscal Alejandro Luzón, que incidió en un punto del informe pericial que hizo el actual ministro Óscar Puente. «¿Fue De Aldama quien decidió cambiar la partida de mascarillas de cuatro a ocho millones?», repreguntó el acusador. «Fueron los técnicos quienes decidieron», concluyó el investigado.

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Koldo sugiere ser víctima de un movimiento de la Guardia Civil contra Ábalos

Koldo García, el que fuera asesor del exministro José Luis Ábalos e investigados ahora ambos por presuntos actos de corrupción, ha deslizado este martes que tras el caso que lleva su nombre –donde se indagan en un principio presuntas adjudicaciones irregulares de mascarillasy de obras públicas- existiría un movimiento a propósito de la Guardia Civil contra Ábalos, pero no contra él mismo porque no es alguien «relevante».

Según ha manifestado en Cuatro, dicho cuerpo «le quiere mal», aunque no ha detallado los supuestos motivos de esa hipotética inquina pese a haber colaborado en el pasado con ellos. Sobre Ábalos, no obstante, ha dicho que «puede ser» que tengan interés en él por haber sido una figura política relevante. Precisamente del que también fuera número tres del PSOE ha negado que los viajes oficiales con su pareja fueran sufragados con fondos públicos, aunque también ha dejado en el aire si él mismo se los habría pagado.

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