Koldo aseguró que el exdirector de la Guardia Civil le sopló que estaba siendo investigado por la UCO

Las 87 páginas del atestado de la Unidad Central Operativa de Delincuencia Económica (UAFAC) que han llegado a la mesa del juez Ismael Moreno recogen multitud de indicios que apuntan a que la red que dirigía la mano derecha de Ábalos consiguió información privilegiada y favores a través del comandante del instituto armado Rubén Villalba, ya imputado en la Audiencia Nacional.

Este dossier de la UCO, fechado este 4 de octubre, desvela que Koldo García aseguró precisamente al coronel que el entonces director de la Guardia Civil, Leonardo Marcos, le sopló que estaba siendo investigado por la Unidad Central Operativa. El informe incluye una intervención telefónica del pasado 25 de enero entre Villalba y una tercera persona. En esa llamada, el mando de la Guardia Civil relata a su interlocutor que en varias ocasiones el asesor de Ábalos le había pedido al comandante saber si «si la UCO estaba tras sus pasos».

«Él mismo (Koldo), sin venir a cuento en la conversación, llegó a confirmarme que era la UCO y no otro cuerpo policial a lo que no le di importancia y seguimos hablando de otros temas», le explica Villalba a una tercera persona. El comandante recuerda luego a su interlocutor que hay que «tener en cuenta que Koldo es una persona muy conectada y supuestamente con muy buenas relaciones de altos niveles», en alusión a que el hoy imputado era el hombre de confianza de Ábalos. Y es en ese momento, según transcriben los investigadores, cuando Villalba afirma que «según Koldo, fue el actual director de la Guardia Civil (Leonardo Marcos, en la actualidad exdirector) quien le informó de tales detalles» sobre las pesquisas en las que estaba encartado.

Aunque recoge en su atestado esta conversación sobre el supuesto chivatazo, la UCO asegura que sus investigaciones no han «hallado indicios que lo corroboren» y recuerda «la ligereza» con la que Koldo «se refiere a sus relaciones con personas relevantes ante terceros». Los agentes advierten de que el asesor de Ábalos solía alardear de sus contactos «presumiblemente para darse cierta importancia».

En esa línea, la Guardia Civil recuerda que Koldo García también se jactó en otra conversación de haberse reunido con el director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, Manuel Llamas, y que esa afirmación es falsa porque ese día estaba siendo vigilado y no se produjo tal encuentro.

Pero al margen de esas supuestas fanfarronadas inventadas o no, lo cierto es que el informe insiste en que la trama logró penetrar en la Guardia Civil, hasta el punto de que De Aldama logró convertirse en «colaborador» instituto armado. El informe revela que el cabecilla de la trama consta registrado en la base de datos de la unidad de información de la Guardia Civil (Unidad Central Especial o UCE-3) como «agente 13» desde junio de 2021. Esa condición habría permitido a la trama conocer inmediatamente si Aldama o su entorno estaban siendo investigados, porque saltan automáticamente las alarmas cuando un «confidente» o «colaborador» forma parte de un caso.

El atentado, además revela que tanto Koldo García como Víctor de Aldama, usaba teléfonos «seguros» del instituto armado. La UCO llega a la conclusión de que la red compró al instituto armado con dinero en efectivo «líneas seguras de comunicación» .

«Ellos han pagado, durante todo este tiempo, tanto Koldo como Aldama, ellos han pagado por ejemplo cuando les proporcionábamos teléfonos en B, a Koldo. Koldo eso lo ha pagado, siempre ha pagado», asegura Villalba, quien deja claro que no se fía «ni un pelo del Gomina» (en referencia a Aldama, que ya por entonces había sido arrestado en el marco de la operación Delorme'). «No es trigo limpio», apunta. El mando de la Guardia Civil llega a afirmar que «incluso he visto al ministro (Ábalos)» usando una de las terminales «seguras» de la Guardia Civil.

 

En su prolijo informe y sin embargo, la UCO no precisa a quién se refiere el comandante cuando habla en plural («les proporcionábamos»). Los investigadores explican que Villalba que estuvo destinado a Inteligencia en la Embajada de Venezuela y Guipúzcoa y que, por tanto, tuvo acceso a información y recursos muy delicados. Y que ello ha motivado que parte de la investigación haya sido decretada como 'secreto de Estado' y haya datos que han sido expurgados.

La UCO señala que Villalba recibió pagos durante al menos dos años «para asegurar la protección y continuidad de la presunta organización criminal». Además de este cometido, el agente recibió el encargo de Koldo García de conocer si su entonces jefe José Luis Ábalos, ministro de Transportes, o el presidente del Gobierno Pedro Sánchez tenía sus teléfonos «pinchados».

Los cuatro agentes que firman el documento incriminatorio de la UCO señalan que el comandante Villalba habría recibido «una contraprestación económica que podría ascender a más de 88.000 euros entre 2021 y 2023». Las entregas habrían partido tanto de Víctor de Aldama como de Koldo García. El objetivo, destacan, era «salvaguardar sus comunicaciones y su seguridad personal» y garantizar la «protección de los actos de corrupción propios de la operativa delictiva».