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Yolanda Martínez y Luna Fernández, las dos españolas que retornaron del «pseudocalifato» del Estado Islámico junto a sus nueve hijos y cuatro huérfanos en 2023 ... después de haberse desplazado a la «zona de conflicto» en Siria junto a sus maridos, han aceptado este lunes tres años de cárcel por un delito de integración en organización terrorista con la atenuante de confesión tardía.
En la vista celebrada esta mañana, que apenas ha durado cinco minutos, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a ambas acusadas tras alcanzar un acuerdo de conformidad previo entre las defensas y la Fiscalía, que pedía inicialmente seis años de cárcel. La sentencia, anunciada de viva voz por la magistrada Teresa Palacios, incluye también la pena de inhabilitación absoluta especial para profesión u oficio educativo durante siete años, así como la libertad vigilada durante cinco años. Deberán cursar además un programa de desradicalización terrorista a través de Instituciones Penitenciarias.
«Lo que está escrito lo acepto», ha afirmado sucintamente Yolanda Martínez, vestida de vaquero, americana blanca y sin pañuelo, después de que la presidenta del tribunal le leyera el escrito de conformidad y le invitara a contener «su cara de miedo». «Tranquila, que aquí no nos comemos a nadie», ha señalado para rebajar la tensión. Por su parte, Luna Fernández, con una hiyab blanca, se ha limitado a contestar afirmativamente a la pregunta del tribunal de si aceptaba los términos del acuerdo.
Tras haber cumplido ya 19 meses en prisión preventiva, tanto Yolanda como Luna no tendrán que volver a la cárcel para cumplir el resto de la condena. En el momento de su retorno a España, en enero de 2023, ambas regresaron con 13 menores: cuatro son hijos biológicos de Yolanda Martínez y nueve menores están a cargo de Luna Fernández, siendo cinco de ellos hijos. Todos quedaron en su momento a cargo de la administración.
Martínez es una madrileña de 38 años que tuvo un «papel destacado» dentro de la Brigada Al Andalus, que fue desarticulada por la Policía Nacional en 2014, cuando ella ya había llegado a Siria con su marido. Entonces, gestionó encuentros con otras mujeres que sirvieron para introducir a las conversas en una visión rigorista del Islam antes de emprender su viaje al nuevo califato.
Junto a Yolanda compartía el liderazgo Luna Fernández, también española de 37 años, que jugó un «rol clave» en este proceso de captación. Luego se unió al califato «con plena voluntad» para formar una familia «como buenas musulmanas» y huir de las sociedades occidentales que las repudiaban por sus creencias.
«Durante su estancia en las zonas de conflicto asumieron el papel que la organización terrorista reserva para sus mujeres», recoge el auto de procesamiento contra ambas dictado por un juzgado de la Audiencia Nacional en enero de 2024. En el juicio que comienza este lunes y en el que la Fiscalía les reclama seis años de prisión por integración en grupo terrorista, uno de los elementos relevantes será examinar el papel que jugaron con sus hijos.
Yolanda Martínez, por ejemplo, hizo las veces de instructora en el aprendizaje de su visión más belicosa del islam. «Desarrollando la siguiente generación de yihadistas para legitimar al califato y expandirlo globalmente», recogen los informes del sumario. Las niñas eran preparadas para tareas domésticas como cocinar, coser y cuidar de los hermanos varones. Éstos, en cambio, eran reclutados a partir de los nueve años para su formación como futuros espías, reclutadores, combatientes o suicidas.
En suma, las investigadas «siempre mostraron» su voluntad de ser miembros del Daesh. Y solo la completa pérdida de control territorial tras la caída de la ciudad siria de Baguz, último reducto en el que estuvieron hasta el final, así como las condiciones de vida en el campo de refugiados de Al Hol, controlado por los kurdos, fueron la causa por la que ambas solicitaron ser repatriadas a España en 2019. Un viaje que finalmente hicieron cuatro años después junto a sus nueve hijos y otros cuatro menores huérfanos, pero ya sin sus maridos fallecidos.
Tras pisar la base de Torrejón fueron llevadas a declarar ante un juez de la Audiencia Nacional, que ordenó su ingreso en prisión y los menores quedaron bajo custodia de la administración. El pasado 23 de septiembre, tras permanecer casi 20 meses entre rejas, quedaron en libertad con medidas cautelares al no apreciarse riesgo de fuga. «¿Por qué las van a condenar? ¿Por sus ideas, por ir detrás de sus maridos? Solo son amas de casa que han estado al cuidado de los niños. Son musulmanas, no terroristas ni yihadistas», reivindicaron entonces los padres de Yolanda. Este lunes, en cambio, han aceptado los hechos y se han conformado con tres años de prisión.
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