La dimisión de Errejón tras ser señalado por violencia machista convulsiona Sumar

Pero su participación en la cita y su carrera quedaron drásticamente truncadas ayer, después de que el que fuera cofundador de Podemos –enfrentado a Pablo Iglesias desde 2017– y promotor de la escisión Más País –que se ha integrado en Sumar– hiciera pública su decisión en un sorpresivo comunicado publicado en sus redes sociales a las dos y media de la tarde. En la misiva, Errejón justifica su mutis porque «necesita apartarse de las exigencias de los ritmos de la primera línea política». «El ritmo y el modo de vida en la primera línea política, durante una década, ha desgastado mi salud física, mi salud mental y mi estructura afectiva y emocional», señaló, sin ofrecer mayores concreciones sobre a qué se refería.

El político madrileño, de 40 años, optó por expresarse, cuando aún reinaba la confusión por las causas de su dimisión, en términos enigmáticos y escudándose en referencias a la salud mental. «Esto genera una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo», relató el ya exportavoz de Sumar. De hecho, apunta a que en este ciclo político «intenso y acelerado» ha llegado al «límite de la contradicción entre el personaje y la persona». Pero lo que había detrás de esa carta era algo menos críptico y mucho más espinoso para él y para el socio minoritario del Gobierno de Pedro Sánchez.

El lunes, la periodista Cristina Fallarás hizo pública en redes sociales una denuncia anónima que apuntaba a supuestos comportamientos sexuales vejatorios o incompatibles con los principios feministas de «un diputado de Madrid», que algunos ya identificaron con Errejón. A raíz del impacto provocado por estas acusaciones y una vez difundidas en numerosos canales, Sumar contactó con su portavoz el miércoles por la noche y hubo movimientos para intentar esclarecer lo ocurrido. Paralelamente, Más Madrid, según explican desde la formación, pidió al partido magenta el acta de Errejón después de que «confirmó los hechos».

La dirección del partido que encabeza la ministra de Sanidad, Mónica García, ya se había reunido el lunes, tras conocerse las acusaciones aún anónimas. No obstante, Errejón compareció el martes, con la normalidad habitual, en rueda de prensa en el Congreso para repasar los asuntos de actualidad parlamentaria y el miércoles mantuvo su actividad como portavoz en el Congreso.

Pero ayer por la mañana, aún privadamente, la dirección de Sumar aceptaba la renuncia de Errejón tras admitir éste «comportamientos machistas» que el partido consideró, horas más tarde, tan «intolerables» como para haber aceptado por unanimidad la salida. «Reconoció unos hechos que son moralmente reprobables, hechos que en ningún caso cumplen el estándar de ejemplaridad feminista», reconocía ayer por la tarde la responsable de Comunicación de la formación y miembro de la ejecutiva, Elizabeth Duval, en la Ser.

Con Yolanda Díaz de viaje en Bogotá –«Nuestro compromiso contra el machismo es firme y sin excepciones», se limitó a publicar en redes sociales– y un liderazgo interino en el partido, fue Duval la que puso voz a la conmoción que azota al socio minoritario del Gobierno. Todo después de que Sumar anunciara una investigación interna contra su ya exportavoz por presunta violencia contra las mujeres.

La cascada de reacciones, de hecho, provocó la primera denuncia con nombre y apellido, la de actriz y presentadora Elisa Mouliaá, que ayer, cuando ya se había consumado la dimisión de Errejón, reconoció también en X haber sido «víctima sexual» del exportavoz. «Quiero denunciarlo», proclamó. También fue reflotado por varios canales un hilo publicado en Twitter en 2023 que relata cómo supuestamente el político madrileño habría realizado tocamientos a una joven en un concierto y cómo una de sus antiguas colaboradoras habría mediado para silenciar a la denunciante.

Pero más allá de estos señalamientos virtuales, según diversas fuentes consultadas por este periódico, en las bases de datos de los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y en el Supremo –Errejón era aforado– no constaba ayer ninguna denuncia oficial con el dimitido. Su decisión, pese a que deja al partido de Díaz en una posición aún más delicada y abre otro frente al Gobierno, no interferirá en la aritmética parlamentaria. El escaño lo asumirá Alda Reca, de Más Madrid, al correr la lista de la circunscripción madrileña.

La siguiente en la candidatura era Isa Serra, eurodiputada de Podemos, que, de haber sido la receptora del acta, sí habría reforzado a los morados, con los que Sumar pugna por la influencia en la izquierda. Pero el coste para todo el espacio político se antoja difícil de cuantificar y embridar, justo en un momento en el que algunas formaciones, como IU, abogaba por una reunificación similar a la protagonizada ante las generales del 23-J.