Manifestantes el 1 de octubre en 2019. Archivo

Puigdemont sitúa el 1-O como «referente» para «construir» la independencia

Un independentismo fracturado, desmovilizado y fuera del poder apenas celebra el referéndum ilegal de 2017

Cristian Reino

Barcelona

Martes, 1 de octubre 2024, 12:43

El independentismo catalán apenas celebrará este martes el séptimo aniversario del referéndum ilegal del 1-O de 2017, el día en que consumó su desafío al Estado y organizó una votación en la que participaron más de dos millones de catalanes. Los partidos que protagonizaron ... el 'procés' no han previsto ningún acto de conmemoración y solo la ANC y los CDR han convocado una concentración, esta tarde a las 20 horas, en la plaza Sant Jaume, frente al Palau de la Generalitat. Unas 4.500 personas celebraron el año pasado la efeméride en la plaza de Cataluña, una asistencia muy menor respecto a las ediciones anteriores, con la intervención de Carles Puigdemont por videoconferencia.

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El panorama político ha dado un vuelco en estos últimos 12 meses. El independentismo ha perdido la mayoría parlamentaria en la Cámara catalana y en consecuencia ha perdido la presidencia de la Generalitat por primera vez desde 2010. El bloque secesionista ha saltado por los aires en el Parlamento catalán, pues Salvador Illa (PSC) fue investido el pasado 8 de agosto con los votos de su partido, los comunes y ERC. Hacía años que ERC y Junts iban de la mano. Illa ha abierto una nueva etapa en el Govern. Ha normalizado las relaciones institucionales con la Zarzuela, la Moncloa, con los expresidentes de la Generalitat y se propone hacer lo propio con otros presidentes autonómicos. No es casualidad que en el 1-O, se haya reunido este martes con Josep Antoni Duran Lleida, que se opuso al 'procés' desde CiU y acabó rompiendo con la Convergència que dio al salto al secesionismo. El Govern ha evitado este martes calificar el referéndum del 1-O y se ha limitado a mostrar su «respeto» por las celebraciones o las manifestaciones que se convoquen durante el día. La portavoz de la Generalitat, Sílvia Paneque, cree que gracias a la amnistía, Cataluña «está consiguiendo» «recuperar la normalidad».

El independentismo tiene cada vez menos apoyo, pero su influencia política sigue siendo muy grande: el Gobierno central depende de los votos de los partidos nacionalistas, en especial de Junts. Y el Govern de Illa depende de ERC y solo mantendrá su apoyo si el Gobierno catalán sigue adelante con el compromiso adquirido para la investidura de negociar un concierto económico para Cataluña. Esta misma reivindicación forma parte de la negociación entre el PSOE y Junts para aprobar los Presupuestos Generales del Estado.

En un comunicado, Junts ha llamado a «reconstruir una estrategia ganadora» en el independentismo que anime a la movilización y articule una alternativa política al momento actual, que califica de frustrante, el día en que se cumplen siete años del 1-O. Los de Puigdemont abogan por «gestar de nuevo una ola de ilusión» después del desgaste y la desmovilización del independentismo. Los junteros atribuyen a la desunión y a la «represión» del Estado las culpas por las que el secesionismo no ha podido culminar el 'procés'. El expresidente de la Generalitat ha difundido un vídeo por las redes sociales para reivindicar el 1-O: «No hay suficientes gomas de borrar para eliminarlo», ha asegurado. «Pueden convertir la Generalitat en una gestoría de encefalograma plano, pero no pueden cambiar la historia», ha asegurado, en un discurso similar al que ya pronunció el sábado pasado. Puigdemont ha situado el 1-O como el «referente» para «construir el futuro en libertad». «Nosotros no tiramos la toalla, nunca lo haremos y menos ahora en que la falta de unidad ha tenido unas consecuencias políticas nefastas», ha admitido.

Oriol Junqueras, líder de ERC en 2017, ha calificado el 1-O como una «gran victoria democrática», como el «mayor acto de desobediencia civil de la historia contemporánea de Cataluña». Esquerra atraviesa su peor crisis desde 2008. Tras liderar el Govern, los republicanos han encadenado cuatro derrotas electorales y se encuentran inmersos en una guerra civil entre sectores, que batallan por el control del partido. Junqueras tiene todos los números para volver a presidir el partido, pero tiene en contra a casi toda lo miembros de la actual dirección, encabezada por Marta Rovira, que piden nuevas caras y nuevos liderazgos.

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Junts también celebra congreso interno. Será entre el 25 y el 27 de octubre. Los republicanos han convocado su cónclave para el 30 de noviembre. Del de Junts, saldrá Puigdemont de nuevo como líder del partido. Puigdemont y Junqueras, que apenas se hablan, se disponen a seguir encabezando el movimiento independentista, siete años después del 1-O. A pesar de la ley de amnistía, el primero no ha podido aún regresar a España y el segundo sigue inhabilitado por el Tribunal Supremo por la sentencia del 'procés'.

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