El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tras el Consejo de Ministros Efe

Sánchez retira a la embajadora de Argentina y la crisis diplomática entra en terreno inédito

El Gobierno niega sobreactuación, dice que el caso de Milei es «único» en el mundo y no descarta declararlo 'persona non grata'

Martes, 21 de mayo 2024, 13:25

El conflicto diplomático desatado después de que el presidente de Argentina, Javier Milei, tildara de «corrupta» a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, ha alcanzado en tan solo tres días cotas extraordinarias. La negativa del mandatario sudamericano a disculparse por las palabras pronunciadas en ... la cumbre ultraderechista organizada por Vox en Madrid llevó al Ejecutivo a tomar una decisión drástica y sin apenas precedentes, la retirada «permanente» de la embajadora española en Buenos Aires, María Jesús Alonso, que ya había sido llamada a consultas el mismo domingo. Milei aseguró que él no tiene intención de hacer lo mismo, pero no lo hizo para rebajar el tono. Al contrario.

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El estrambónico dirigente anarcocapitalista calificó de «disparate» la medida y acusó al presidente del Gobierno de creer que él es el Estado, de «cobarde», de «totalitario» y de estar necesitado de un psicólogo que lo ayude a madurar. Nada apunta, por tanto, a que las cosas puedan reconducirse pronto. Y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que ha optado por llevar este miércoles el asunto a la reunión de embajadores de la UE, no descartó este martes ir más allá en la ya elevada protesta diplomática.

«Hay toda una gama de medidas que se pueden tomar. No tenemos ningún deseo ni ningún interés en ninguna escalada. No la hemos provocado, pero es la obligación del Gobierno defender la dignidad y la soberanía de las instituciones españolas», argumentó en una comparecencia tras el Consejo de Ministros, en la que también tildó de «absurdo» que se acuse al Gobierno de estar inflando este asunto para sacar rédito electoral.

En el aire está ya la posibilidad de complicar a Milei la entrada en el país el 21 de junio, cuando tiene previsto regresar a Madrid para recoger un premio que le otorga el Instituto Juan de Mariana por su «defensa ejemplar de las ideas de la libertad». Albares evitó, no en vano,    aclarar si, como ocurrió el pasado fin de semana, también esta vez se pondrán a su disposición los medios del Estado, la base aérea de Torrejón de Ardoz y un dispositivo de seguridad, y fuentes de su departamento    admiten que todo está encima de la mesa, incluido dar el paso de nombrarlo 'persona non grata'.

Conflicto sin manual

En el manual clásico, los siguientes pasos serían expulsar al embajador argentino, Roberto Bosch, y en último extremo, romper relaciones. Pero lo cierto es que el Gobierno no ha seguido hasta ahora ese manual y ha quemado etapas rápidamente. No empezó, como suele ser habitual, por un comunicado de protesta sino que llamó directamente a consultas a su embajadora sin pasar tampoco por el escalón de convocar a Bosch, lo que hizo ya el lunes.

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Llegar al punto al que se ha llegado ya es una anomalía. En toda la democracia, España ha llamado en nueve ocasiones a consultas a sus embajadores en el exterior. En seis, lo hizo por un conflicto diplomático bilateral: con Marruecos, con la Venezuela de Maduro, con Nicaragua y con Guatemala, con la que    en 1960 rompió por un asalto de la policía a la embajada en el que murieron 39 personas.    En otras tres – Irán, Siria y Honduras –    por la situación que atravesaba el país. En este caso, la retirada es permanente, lo que significa que en Argentina quedará tan solo un encargado de negocios y que, si la relación se restituye, habrá que designar de nuevo al embajador o embajadora en el país sudamericano.

El Gobierno presume de que ha recibido grandes muestras de apoyo de todas las fuerzas políticas, a excepción Vox y el PP, que acusa a Sánchez de elaborar un «montaje» de cara a los comicios europeos del 9 de junio, planteados por el PSOEcomo una cruzada contra la ultraderecha. Los populares contrapusieron este martes la reacción del Gobierno a los «ataques» de Milei con el hecho de que España mantenga aún a su embajador en Rusia tras la invasión de Ucrania. Pero no son los únicos que miran con recelo la actuación del Ejecutivo. Sumar, su socio de coalición, respaldó este martes la decisión de retirar la embajadora, pero también cuestionó que no se hayan tomado medidas similares con Israel, que en la pasada legislatura acusó a ministras de Unidas Podemos de «alinearse con los terroristas» y en esta al ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, de «dar alas a Hamas».

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«Estamos ante un caso único no solo para este Gobierno –replicó Albares– sino único para las relaciones diplomáticas entre países. No existen precedentes de un jefe de Estado que acuda a la capital de otro país para insultar a sus instituciones y hacer una injerencia flagrante en asuntos internos. La no injerencia es el principio rector de la convivencia entra naciones. Y eso se produjo además cuando habíamos ofrecido toda la hospitalidad que merece la figura de la presidencia de la República Argentina».

El titular de Exteriores afirmó incluso que le «duele» ver que los «insultos» proferidos por Milei en el acto de Vistalegre de Vox fueron recibidos con «el aplauso y la risa» de otros españoles y que lo que tendrían que haber hecho los organizadores, o sea, Vox,  era  «suspender ese acto ».  Pero también echó en cara al PP, que en última instancia ha    acabado reprobando las palabras del político ultraderechista pese a mantener sus reproches a Sánchez, su «tibieza». «Hay muchos momentos para ser oposición pero hay momentos en los que hay que ser España. El domingo y frente a Javier Milei era el momento de ser España», adujo.

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