El Gobierno corteja a Podemos para lograr al menos su abstención en la reforma fiscal

El sí de los cuatro diputados de la formación en la Cámara baja daría un colchón sólido al Ejecutivo después de haber amarrado el lunes 'in extremis' el apoyo de ERC, Bildu y el BNG con la promesa de que se recuperará vía real decreto ley el impuesto a las energéticas sin que eso provocara un descuelgue de Junts. Pero el socio minoritario de la coalición de Gobierno daba este miércoles por casi imposible el voto afirmativo. Podemos ya dijo el martes que sin el compromiso de los posconvergentes de que votarán a favor de esa iniciativa, la reforma fiscal no contaría con su apoyo.

Los socialistas sostienen que pueden cumplir con sus socios a izquierda y derecha si la prórroga del impuesto aprobado durante la crisis inflacionaria por Ucrania, en vigor hasta este 31 de diciembre, incluye desgravaciones para las empresas que invierten en descarbonización. Pero, según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, esas empresas son, en mayor o menor medida, todas; lo que quizá podría servir para que Junts acepte –en función de cómo se regule–, pero haría difícil que Podemos lo dé por bueno.

De hecho, Irene Montero, actual eurodiputada de la formación morada y anterior ministra, contaba el miércoles por la noche que los propios socialistas les habían reconocido «hoy mismo» que el acuerdo que han firmado con ERC, Bildu y BNG para mantener un impuesto a las energéticas «es mentira» y que «no se va a hacer porque Junts no lo va a votar». En declaraciones a la cadena SER, la dirigente de Podemos acusaba al Gobierno de coalición entre PSOE y Sumar de ir «tomándole el pelo a la gente» al haber firmado «una cosa con Junts y su contraria con ERC y con Bildu», por lo que reclamó «garantías» de que realmente se vaya a cumplir el pacto con las fuerzas soberanistas de izquierda.

El Club de la Energía, organización en la que se encuentran las principales energéticas españolas como Iberdrola, Moeve, Endesa, Naturgy o Repsol –cuya inyección financiera a una ecoplante en Tarragona quieren preservar a toda costa los de Carles Puigdemont– alertó este miércoles, además, en un comunicado del riesgo que corren sus inversiones si se mantiene el tributo. Presión para Junts.

En el PSOE y en Sumar, sin embargo, defienden que Podemos tiene difícil explicar un voto en contra que tumbaría el impuesto mínimo global del 15% para las grandes multinacionales (la directiva europea de la que el Ejecutivo ha hecho colgar su reforma) o gravámenes que, sin ser tan ambiciosos como lo que ellos querrían, encajan con su línea ideológica, como el de la banca, que decayó el lunes en la comisión de Hacienda pero se intentará introducir hoy en el pleno. Fuentes gubernamentales ven en el hecho de que Belarra haya convocado para este sábado al consejo estatal del partido una buena señal.   

Este miércoles, además del Ministerio de Hacienda, se implicó personalmente en las negociaciones con la líder de los morados el ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños. Algunas fuentes admiten que el margen fiscal para mover a Podemos del letal voto en contra es muy limitado por los vetos cruzados de los socios, pero añaden que sí es posible jugar con cesiones a futuro en la negociación presupuestaria.