Luis Planas, Isabel Rodríguez, Yolanda Díaz y José Luis Escrivá. Efe/Vídeo: Atlas

Sánchez exhibe el pacto de Presupuestos y la reforma laboral como muestra de su fortaleza

El Gobierno minimiza los recelos de sus principales socios hacia el acuerdo con los agentes sociales y confía en aprobarlo sin cambios en el Congreso

Martes, 28 de diciembre 2021, 14:46

Pedro Sánchez no está teniendo, en términos generales, el fin de año que esperaba. Cuando el pasado julio acometió una de las más drásticas crisis de Gobierno que se recuerdan lo hizo convencido de que la vuelta del verano, con el 70% de la población ... ya vacunada y la entrega de los primeros 9.000 millones de euros de la UE para financiar el Plan de Recuperación, marcaría un punto de inflexión en la legislatura, la pandemia empezaría a quedar atrás y el crecimiento económico comenzaría a notarse en los hogares. La realidad ha sido otra. Pero quizá por eso este martes celebró con aún más entusiasmo los dos últimos logros de su Ejecutivo: la aprobación definitiva de los Presupuestos y el acuerdo con los agentes sociales para la reforma laboral en el plazo comprometido con Bruselas.

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El real decreto ley en el que este martes se plasmó el pacto suscrito por la CEOE y los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, no tiene aún garantizada su convalidación por mayoría simple en el Congreso. El Gobierno por sí solo suma únicamente 155 de los 350 escaños de la Cámara, y los socios habituales han hecho saber ya que el texto no les convence en absoluto. Las críticas del PNV, que de forma global valora el acuerdo, se circunscriben al hecho de que no se haya vuelto a la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los de ámbito estatal; algo que, replica el Ejecutivo, nunca estuvo en la negociación. Esquerra y EH Bildu, en cambio, no muestran complacencia alguna y censuran que la reforma tenga poco que ver con la prometida derogación del texto aprobado por el PP en 2012.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se mostró sin embargo convencida, como la víspera el ministro para la Seguridad Social, José Luis Escrivá, de que finalmente la tarea a la que ha dedicado buena parte de los últimos nueve meses recibirá el aval parlamentario. Lo dijo desde la Moncloa, tras el Consejo de Ministros. Díaz alegó que no es la primera vez que el Ejecutivo se enfrenta a un escenario así de adverso (puso como ejemplo la oposición a la conocida como 'ley riders') y sale airoso.

En realidad la situación no es análoga a la de aquel real decreto porque entonces las críticas más furibundas no provenían de los principales aliados gubernamentales, pero, pese a verse forzado a tramitar la norma como proyecto de ley, el Gobierno logró que fuera aprobado sin modificaciones. Ese es precisamente ahora el objetivo que, como ha exigido el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, no se toque «ni una coma». «Entenderán que es un acuerdo de país y que hay que respetarlo -adujo Díaz-. Para nosotros habría sido mucho más fácil diseñar esta norma por nuestra cuenta y tira líneas».

«Diálogo y cariño»

La vicepresidenta defendió que el hecho de contar con el respaldo de los agentes sociales garantiza la perdurabilidad de la reforma pero también pidió a los partidos que pongan en valor que es la primera modificación del marco laboral en décadas que en lugar de recortar derechos, dijo, los «recupera» y que permitirá «mejorar la vida de la gente». «Créanme que humo, exactamente humo, no es», dijo tajante en respuesta a las palabras con las que el portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, había descalificado su texto. En todo caso, prometió «diálogo y cariño» a las formaciones que sustentan al Ejecutivo.

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Sánchez también prefirió obviar las incertidumbres que arrastra su Gobierno en esta y otras materias (ya que tampoco tiene asegurado el apoyo al decreto ley que recuperó las mascarillas en el exterior). Así, haciendo de la necesidad virtud, aprovechó el pleno del Congreso forzado por el PP al colar una enmienda a las Cuentas de 2022 en el Senado, para sacar pecho.

«Entenderán que es un acuerdo de país y que hay que respetarlo», esgrime la vicepresidenta Yolanda Díaz

«Cerramos el año con el mejor de los mensajes: unos Presupuesto con una amplia mayoría y un gran acuerdo social que combina la flexibilidad que necesitan nuestras empresas con la seguridad que merecen los trabajadores y trabajadoras; en definitiva, frenar la precariedad y reducir la tasa de paro estructural», dijo.

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Las previsiones de crecimiento de los principales organismos económicos, mucho menos optimistas que las del Gobierno, la explosión de contagios de covid por la variante ómicron y la inflación empañan el horizonte próximo pero en la Moncloa siguen confiando en que su «recuperación justa» termine por hacerse evidente a lo largo de 2022, un año en el que además se abrirá un nuevo ciclo electoral, empezando por los comicios de Castilla y León el próximo 13 de febrero y siguiendo por Andalucía en junio u octubre.

«Estamos empezando a dejar atrás muy probablemente los dos años más oscuros de nuestras vidas», vaticinó el jefe del Ejecutivo como broche a un discurso optimista que este miércoles repetirá en su balance de fin de año en la Moncloa.

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La ministra de Trabajo devuelve el golpe a los socialistas

Yolanda Díaz siempre se esfuerza por mostrarse obsequiosa y este martes, tras la aprobación por parte del Consejo de Ministros de la reforma laboral, no fue una excepción. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo se dehizo en reconocimiento a la labor de los agentes sociales en la negociación que ha llevado al acuerdo y también hizo una mención expresa al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Incluso agradeció su trabajo a los periodistas. Pero no a la vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño.

La omisión tiene su intríngulis porque el lunes el portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Felipe Sicilia, había hecho justo lo contrario y, al comparecer en la sede del partido para poner en valor el pacto, se limitó a aplaudir el trabajo del equipo económico del Ejecutivo «personificado en Nadia Calviño» sin mencionar, siquiera de pasada, a laresponsable del ministerio que más se ha fajado con la patronal y los sindicatos en los últimos nueve meses máxima representante de Unidas Podemos en la coalición.

La reforma laboral, con sus luces y sombras (muchas para el resto de formaciones de izquierda que apoyan al Gobierno), es uno de los éxitos sobre los que Díaz pretende cimentar el proyecto con el que planea presentarse a las próximas elecciones generales tras un «proceso de escucha» a la ciudadanía.

Los socialistas aseguran que les interesa que esa apuesta sea un éxito porque los tiempos de las mayorías absolutas han concluido y, para frenar al PP y Vox, será necesario que el espacio a su izquierda resista. La vicepresidenta que es ya es, según el CIS, la política más valorada, no se conforma, sin embargo, con esa esquina del tablero y es ya una rival para Sánchez, que el pasado octubre trató de poner en manos de Calviño el diálogo, ya muy avanzado, con la CEOE, UGT y CC.OO.

Díaz , en todo caso, sí dio este martes las gracias de manera genérica «al Gobierno en su conjunto» por , la «sintonía» y la convicción de que estaban llevando a cabo, dijo, «un cambio en el país».

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