El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, volvió a evitar este martes calificar a Venezuela de «dictadura», como sí hicieron la semana pasada su compañera de Gabinete, la titular de Defensa, Margarita Robles –lo que provocó la llamada a consultas de la embajadora venezolana ... en Madrid–, y el todavía Alto Representante de la UE, Josep Borrell. Algo que resulta «llamativo» para el PP, cuyo interés por cargar contra el régimen de Nicolás Maduro tachó de «irresponsable» el encargado de la diplomacia española en un intercambio de preguntas con los populares durante la sesión de control al Gobierno en el Senado que acabó con bronca y continuas interrupciones por parte de las bancadas.
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La portavoz del PP en la Cámara alta, Alicia García, le instó a reconocer al líder opositor Edmundo González Urrutia como presidente «legítimo» de Venezuela y a llamar «dictadura» al chavismo. «Si tanto les preocupa si Venezuela es una dictadura o no, ¿por qué nunca lo dijo Mariano Rajoy y sus ministros de Exteriores? Era exactamente el mismo Gobierno y el mismo país», respondió Albares, provocando otra fuerte contestación por parte de los senadores del PP.
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El ministro de Asuntos Exteriores sí dijo haber exigido al canciller venezolano, Yván Gil, que le confirmase tanto la identidad como el lugar en el que se encuentran detenidos los dos ciudadanos españoles arrestados en el marco de un supuesto complot para desestabilizar Venezuela orquestado por la oposición. Pero Albares no aclaró si ha hablado con él por teléfono o cómo le ha hecho llegar este mensaje en relación con el arresto de José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme. «Le he trasladado que España va a ejercer la protección consular con respecto a estos españoles. Estoy en contacto con las familias y les estamos trasladando puntualmente la información que tenemos», zanjó el ministro.
Finalmente fue el propio responsable de Exteriores venezolano el que confirmó, horas después, una conversación telefónica con Albares -el primer contacto oficial entre ambos Gobiernos desde los arrestos-. Sin embargo, en su versión de ese diálogo evitó concretar las posibles demandas españolas y, por el contrario, enfatizó las suyas. «»Deseamos que el Gobierno español rectifique inmediatamente, condene el terrorismo sin ambigüedades y asuma los compromisos que le corresponden en el marco del Derecho Internacional«, reclamó el canciller Gil, quien insistió en que »Venezuela no tolerará una escalada en las agresiones e injerencias desde España, que en los últimos años se ha convertido en refugio de terroristas y delincuentes vinculados al fascismo«.
No obstante, el responsable de la diplomacia española también aseguró, a su llegada al Senado –donde este miércoles se debatirá el reconocimiento de González como ganador de los comicios venezolanos en detrimento de Maduro–, que trasladó el mismo mensaje a la encargada de negocios de Venezuela en Madrid, convocada este martes en la sede del Ministerio de Exteriores y máxima autoridad de la legación tras la llamada a consultas de la embajadora, Gladys Gutiérrez, la semana pasada. El encuentro se zanjó sin que esta diplomática aportara información sobre los dos bilbaínos presos. «Seguimos en estos momentos sin tener confirmación ni de la identidad ni del sitio de localización ni de los cargos contra los dos españoles detenidos», denunció Albares.
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Paralelamente, el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia se reunió durante la mañana con Alberto Núñez Feijóo y, posteriormente, con el ministro de Asuntos Exteriores. Con el presidente del PP se citó a primera hora de la mañana en el Congreso, junto al portavoz parlamentario del partido, Miguel Tellado, y la diputada Cayetana Álvarez de Toledo. «Hoy he tenido el honor de entrevistarme con el presidente electo de Venezuela en el Congreso, donde ha sido reconocido como tal. Estoy totalmente comprometido política y moralmente con el pueblo venezolano. Siempre al lado de los demócratas», publicó el líder gallego en sus redes sociales.
Tellado, por su parte, denunció en una rueda de prensa posterior que el Gobierno no les haya informado de las gestiones para resolver la situación de los dos jóvenes detenidos. «Lamento profundamente de que no nos hayan informado de nada. Pedimos saber el estado y las condiciones de los dos españoles detenidos. ¿Qué oculta el Gobierno?», zanjó antes de criticar la labor de mediación del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusó de mantener «intereses comerciales» en Venezuela que, añadió, «pesan más que el posicionamiento de este Congreso».
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Desde que González aterrizó en Madrid en un avión de la Fuerza Aérea el pasado 8 de septiembre se ha reunido también con los expresidentes Felipe González, José María Aznar y Mariano Rajoy, pero aún no lo ha hecho con Zapatero.
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