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La posibilidad de que el PP presente una moción de censura contra Pedro Sánchez con el apoyo o la abstención de Junts tras las elecciones europeas agita la última semana de campaña electoral hacia el 9-J. Alberto Núñez Feijóo dejó viva este lunes esa ... opción al asegurar que no descarta usar «ningún instrumento» contra el Gobierno y que puede dar ese paso si se produce «un contexto adecuado» tras los comicios comunitarios.
«Si esa mayoría social que no está de acuerdo con lo que está pasando en este ambiente de corrupción política y corrupción económica en la que se mueve España, en esta parálisis del Gobierno en la que llevamos casi un año, si esa mayoría social se convierte en mayoría electoral y el 9 de junio manda un mensaje, entiendo que todos los ciudadanos veremos más próximo el final del túnel», apuntó este lunes en Antena 3 el expresidente gallego, quien, no obstante, sigue considerando en estos momentos «política ficción» esa alternativa, que precisaría del concurso de Vox y de que Junts, vía apoyo o vía abstención, la hiciera fructificar.
Lo cierto es que el jefe de la oposición ya alentó esa posibilidad el pasado diciembre en una entrevista publicada por este periódico. Lo hizo preguntado al respecto y después de que Carles Puigdemont aventara esa hipótesis, a modo de amenaza a Sánchez, en una conversación en un evento en Bruselas con Manfred Weber, el líder del Partido Popular Europeo. Feijóo dijo entonces que forzaría la moción si «la legislatura colapsa» y con un único propósito: un adelanto inmediato de las elecciones generales. este lunes, el presidente de los populares no explicitó tanto sus intenciones. Pero utilizar la censura como mera palanca para precipitar unos comicios, sin que mediara cesión alguna a Junts, sería el camino, si se llegara a esa disyuntiva, para sortear las críticas externas, pero también los recelos internos, por apoyarse en el expresident catalán para apear a Sánchez de la Moncloa.
Una hipotética moción presentada por el PP requeriría de una confluencia de intereses de Junts y Vox, dos partidos sobre el papel incompatibles aunque los de Santiago Abascal constataron que la iniciativa podría salir adelante si los independentistas se avinieran a ella de forma «gratuita». Y el modo de relacionarse con Puigdemont y los suyos escama también internamente entre los populares; este lunes, de hecho, el ministro socialista Óscar Puente se mostró convencido de que Feijóo había protagonizado un patinazo en plena campaña. El pasado verano, los sondeos no oficiales tras el 23-J a los postconvergentes ya fueron motivo de disputa con Alejandro Fernández, el líder del partido en Cataluña, quien siempre se ha manifestado en contra incluso de conversar con los independentistas mientras no apostate del 'procés'.
El ruido casi inmediato que provocaron las palabras de Feijóo llevó a su equipo a tener que aclarar que el presidente de los populares «ni descarta ni promueve» una moción de censura. «Nuestro mensaje es claro: votar al PP el 9-J acorta la legislatura porque profundizaría en la debilidad electoral de Sánchez y agravaría su ya conocida debilidad parlamentaria. A más PP, menos Sánchez. Pero nuestra vocación es hacerle caer en las urnas y en unas elecciones generales que son urgentes dada la precariedad del Gobierno», intentaron zanjar el eco en Génova.
Las palabras del dirigente gallego avivan una opción que el propio Feijóo pareció volver a descartar semanas atrás. En concreto, cuando Sánchez anunció su parón de cinco días para «reflexionar» si seguía al frente de la Moncloa tras la investigación judicial abierta a su esposa. Lo hizo esgrimiendo la «falta de apoyos» que tendría hoy una iniciativa de ese calado, algo de lo que sigue adoleciendo hoy. Que los de Puigdemont abandonasen al presidente del Gobierno –a quien ya han exigido ya su apoyo para gobernar en Cataluña tras el 12-M– resulta condición indispensable para que los populares hagan uso de la eventual herramienta parlamentaria.
El jefe de la oposición aprovechó la ocasión para seguir subiendo el pistón contra Sánchez. «No puede seguir siendo presidente» del Gobierno desde el punto de vista «ético», «político» y «moral» tras la sospechas de corrupción en su entorno, recriminó. Ello no evitó que Vox hurgara en sus comentarios sobre la censura al presidente, que la derecha radical ve «imposible» salvo que el PP amarre los siete votos de Junts. Por ello, inquirió a los populares «cómo va a negociar con Puigdemont» y a cambio de qué: «¿Le va a dar la presidencia de la Generalitat, una plaza con su nombre, un piso en la Diagonal?», ironizó su portavoz nacional, José Antonio Fúster.
Feijóo dio también a conocer este lunes una de las principales medidas del programa comunitario de su partido en materia de inmigración, uno de los campos estrella de Vox y en el que consigue rascar más votos. Feijóo anunció que su partido pedirá que quienes lleguen a la UE estén obligados a adquirir un «compromiso de adhesión a sus valores fundacionales». «Europa es el mayor lugar de prosperidad del mundo y queremos que siga así, y para que siga así tenemos que trabajarlo. El proyecto europeo es un proyecto solidario y debe asegurar la migración regular», subrayó el líder de la oposición en su mitin del día en Tenerife. Unos valores entre los que destacó, por ejemplo, «la igualdad entre hombres y mujeres.
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