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La avalancha mortal en la valla de Melilla del pasado 24 de junio está colocando contra las cuerdas a un ministro del Interior que lleva días acorralado a izquierda y derecha por su gestión y las versiones ofrecidas sobre la tragedia, que se cobró la ... vida de 23 subsaharianos según el recuento oficial de las autoridades marroquíes y hasta 72 de acuerdo a la denuncia de las ONG sobre el terreno. Unidas Podemos, otros socios de Pedro Sánchez y la oposición comandada por el PP se han desayunado esta mañana con el vídeo recabado por este periódico que sitúa el alud humano en suelo español, además de otras informaciones, que desbaratan las explicaciones dadas hasta ahora por Fernando Grande-Marlaska. Y han visto ratificada su convicción, acrecentada por la visita 'in situ' al vallado realizada ayer por ocho diputados del Congreso y sus deducciones tras contemplar fragmentos de vídeos autorizados por el ministerio, de que el titular de Interior ha faltado a la verdad sobre lo ocurrido hace cuatro meses en el paso fronterizo entre la ciudad autónoma española y Nador.
El salto cualitativo en la presión, ya notable, que venía ejerciendo lo ha protagonizado el PP. El partido de Alberto Núñez Feijóo va «con todo», según señalan gráficamente fuentes de Génova, para tratar de cobrarse la dimisión o la destitución de Grande-Marlaska. Los populares creen que la información recogida por los parlamentarios desplazados a Melilla y la grabación que determina que la avalancha llegó hasta territorio nacional -algo negado sistemáticamente por el ministro, al igual que la irrupción en suelo soberano de gendarmes marroquíes a los que sí se ve en el vídeo- les cargan de razones para intentar forzar al responsable de Interior a abandonar su puesto. O a que el presidente Sánchez se vea ante la única salida de tener que apartarle de sus responsabilidades institucionales por el desgaste de una polémica muy sensible para el propio electorado de la izquierda.
LO ÚLTIMO DE LA POLÉMICA SOBRE LA VALLA
Melchor Sáiz-Pardo
Hasta tres cargos de los conservadores -su número tres, Elías Bendodo; Ana Vázquez, su diputada en la comisión de Interior, que ayer estuvo en Melilla pasando por la comandancia de la Guardia Civil y el paso de Barrio Chino; y el portavoz en el Senado, Javier Maroto- han cargado en apenas unos minutos contra Grande-Marlaska por haber «mentido» sobre los hechos del 24 de junio y haber colocado a España «en el foco de la comunidad internacional» por una «grave» vulneración de derechos humanos. «Nos preocupan cada vez más las noticias que llegan de la frontera de Melilla. Nos preocupa la opacidad, el obstruccionismo y la falta de información por parte del Gobierno», ha subrayado Bendodo, quien además de reclamar el cese del ministro -por decisión propia o inducida-, ha urgido al propio Sánchez, «que dijo que la tragedia había quedado bien resuelta», a aclarar las sombras que pesan sobre la tragedia; singularmente, el número exacto de víctimas, si se lanzaron «órdenes» desde la Moncloa o desde Interior «indignas» e «indecentes» a las fuerzas de seguridad desplegadas aquel día dramático en Melilla y si se trasladaron cadáveres desde este lado de la frontera a territorio marroquí.
Mientras el dirigente del PP emplazaba al presidente a «dar la cara» y no «parapetarse» tras la Guardia Civil, que efectúa sus funciones en la frontera «en condiciones muy mejorables», Ana Vázquez ha subrayado cómo ella estuvo, junto al resto de diputados desplazados al lugar, en el punto en el que las imágenes muestran a los inmigrantes «inertes» en territorio español; un «escándalo internacional», ha zanjado. A las voces se ha sumado la de Javier Maroto, persuadido de que el Gobierno tiene «un gravísimo problema con Marlaska» porque «ha mentido flagrantemente». En su ofensiva para hacer caer al ministro, las fuentes de Génova consultadas sugieren, mordaces, al presidente que aproveche la crisis de gobierno a la que apunta la elección de la candidatura del PSOE a la Alcaldía de Madrid para prescindir del titular de Interior. Todo apunta a que la cabeza de lista será la también ministra, en este caso de Industria, Reyes Maroto.
La formación que lidera la oposición, de la que depende la comisión de investigación en el Congreso ya solicitada por Unidas Podemos y el resto de los socios de Sánchez y en la que esos mismos aliados han vuelto a incidir hoy ante la difusión de las informaciones que desmontan la versión del ministro, no descarta «nada» en el ámbito parlamentario si Grande-Marlaska se enroca y el presidente tampoco mueve ficha.
Tragedia en la valla de Melilla
Lourdes Pérez
Melchor Sáiz-Pardo
Ese «nada» con el que los populares llevan amagando varios días pasaba, hasta ahora, por obligar al aludido a comparecer ante la Cámara baja o su reprobación, una cadena de posibles actuaciones en las que parecía cobrar más fuerza que los populares impulsaran su propia comisión investigadora que secundar la promovida por la izquierda y el independentismo. Pero el salto, hoy, es ya hacia la exigencia de dimisión o, en su caso, de destitución del responsable de Interior, mientras los de Feijóo se afanan en desligar de su dura crítica a los efectivos de la Guardia Civil, sabedores de que ese es un flanco que no pueden descuidar ante el electorado de la derecha. De hecho, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, ha exigido también la dimisión de Grande-Marlaska, pero con la advertencia, ya aireada en los días previos por otros cargos, de que el partido ultra no va a tolerar que se intente desprestigiar a las fuerzas de seguridad del Estado por la vía de cuestionar al ministro.
La reacción agravada del PP ha discurrido paralela, desde presupuestos ideológicos y estratégicos distintos, a la intensificación de la presión por parte de los aliados de Sánchez para que el PSOE permita la comisión de investigación en el Congreso que ya vetó con anterioridad apoyándose en los populares y Vox que hoy piden la cabeza de Grande-Marlaska. Aunque Esquerra ha sido quien más ha subido el listón por boca de Gabriel Rufián, quien ha planteado que el ministro, al que acusado de estar instalado en «la mentira y la falacia», debe dar explicaciones «y, si no las da, poner su cargo a disposición». El portavoz adjunto de Unidas Podemos en el Congreso, Enrique Santiago, ha dado por acreditado en Radio Nacional que la tragedia en la valla se produjo en un espacio «bajo clarísimo control de la autoridad española», lo que «hace evidente la necesidad» de la investigación a la que apremian hasta nueve grupos afines de una forma u otra al Gobierno. Por su parte, el diputado de Bildu, Jon Iñarritu, también ha evitado dar el paso de pedir la renuncia del titular de Interior, pero sí le ha urgido a ofrecer las explicaciones veraces que no ha ofrecido, a su juicio, en estos cuatro meses.
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