La portavoz de ERC Raquel Sans Efe

ERC afirma ahora que la negociación para investir a Illa avanza a buen ritmo

Rull advierte de que no permitirá la entrada de la Policía en el Parlament para detener a Puigdemont

Lunes, 8 de julio 2024, 14:08

Esquerra juega al despiste, mientras se descompone internamente. Si un día acude a Waterloo a explorar un frente común con Carles Puigdemont y la Asamblea Nacional Catalana para responder al Supremo por su negativa a amnistiar al expresident, al día siguiente se olvida ... de la unidad independentista y asegura que las negociaciones con el PSC para investir a Salvador Illa avanzan a buen ritmo, tanto en lo que se refiere a la financiación «singular» como al referéndum. Los comunes, la tercera pata del eventual acuerdo, también se abonaron ayer al optimismo y señalaron que las conversaciones entre las fuerzas progresistas para formar un Govern presidido por Illa «van bien».

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Los republicanos subrayaron que las negociaciones están avanzando sobre todo en la compleja carpeta de la financiación, cuando días atrás parecía imposible el acuerdo. ERC exige un pacto fiscal en la línea del concierto económico vasco y el PSC ha puesto sobre la mesa el consorcio tributario ya previsto en el Estatuto, si bien la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, negó ayer que estén negociando ceder el cien por cien de los impuestos a Cataluña. El asunto nuclear es si la comunidad sale o no del régimen común. ERC detalló incluso que ya se está produciendo un «intercambio de propuestas» en la cuestión del referéndum, que los socialistas rechazan. Nadie descarta, en cualquier caso, las elecciones. Ni Esquerra ni el PP catalán. Los populares, que ayer recibieron a Alberto Núñez Feijóo en el Parlament, dicen estar preparados para nuevos comicios tras denunciar el «cordón sanitario» -lo dijo su líder- en su contra. Illa, de momento, no contempla negociar con los de Feijóo.

El día después de que los republicanos acudieran a Waterloo a la reunión convocada por Carles Puigdemont junto a la CUP, la ANC y Ómnium Cultural, ERC se mostró esquiva con los junteros. No negó un eventual pacto con los socialistas a final de mes, dio por hecho que Puigdemont no tiene ninguna opción de ser investido, avanzó que la cumbre nacionalista acabó el domingo sin acuerdo más allá del rechazo común a las decisiones del Supremo y cerró la puerta a una lista única si, en el caso de repetición electoral, Junts les lanzara una opa para reeditar Junts pel Sí.

La reunión de Waterloo inquieta a los socialistas, toda vez que da continuidad a la que celebraron una semana antes Puigdemont y Oriol Junqueras y escenifica una voluntad de rehacer la unidad del secesionismo, que ya se apuntó en el pacto para investir a Josep Rull como presidente del Parlament. Los republicanos dicen que en la cita no se habló de la investidura y que tampoco fueron conminados a no pactar con Illa. Pero la presión sobre ellos va en aumento. Y está por ver cuál es su papel si el expresidente apuesta por intentar reventar una investidura de Illa con su regreso y más que probable detención.

En Junts se preparan ya para el choque institucional con el Poder Judicial. El presidente del Parlament advirtió ayer de que no permitirá la entrada de la Policía a la Cámara catalana si es para arrestar al expresidente de la Generalitat, algo que, en todo caso, está por ver. El independentismo lleva semanas alimentando la idea del regreso de Puigdemont, con alguna maniobra para que pueda cruzar la frontera sin ser visto por la Policía a fin de estar presente en la Cámara catalana el día de la investidura, que tiene que ser antes del 26 de agosto. La estrategia inicial del retorno de los huidos, según señaló Lluís Puig en vilaweb, pasaba por una especie de marcha conjunta de todos los dirigentes que están en el extranjero desde el sur de Francia hasta Cataluña. Pero la decisión del Supremo ha cambiado los planes y ahora es más difícil encontrar una pauta unitaria entre los fugados.

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Sacudirse el escándalo interno

La investidura y el hipotético regreso de Puigdemont cogen a Esquerra, además, en plena guerra civil por el 'caso Maragall'. La formación republicana se esforzó ayer en tratar de desviar la atención por un escándalo que quiere liquidar de inmediato y que tiene «cabreada» a su militancia. ERC convocará el viernes a su ejecutiva y a su consejo nacional para conocer el resultado de una investigación interna. A partir de ella, tomará decisiones.

El partido admitió que los carteles que aparecieron en la precampaña de las municipales faltando al respeto a una de las grandes sagas catalanas, al hacer referencia al alzhéimer que sufre Pasqual Maragall, partieron de sus propias filas. Primero se afirmó que fue iniciativa personal de un militante, pero Ernest Maragall apuntó al exdirector de comunicación. Por el camino ya ha dimitido el viceconsejero de la Generalitat Sergi Sabrià. Está por ver si la dirección tenía conocimiento de estas operaciones de difamación.

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