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Ander Azpiroz
Madrid
Domingo, 7 de julio 2024, 18:45
Representantes de Junts, Esquerra y organizaciones civiles independentistas se reunieron ayer en la localidad belga de Waterloo para forjar un frente común ante la negativa del Tribunal Supremo a amnistiar a Carles Puigdemont y Oriol Junqueras al interpretar que la malversación de fondos públicos para ... organizar el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 les supuso un beneficio personal. El alto tribunal mantiene así la orden de detención contra el expresident catalán y las de los exconsejeros Toni Comín y Lluís Puig, una espada de Damocles para el expresident si cumple su compromiso de personarse en la investidura en el Parlament.
El encuentro estuvo presidido por Puigdemont y en torno a él se sentaron, entre otros, el secretario general de Junts, Jordi Turull; la secretaria Antirrepresión de ERC, Marta Vilaret; y el nuevo presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), el cantautor Lluís Llach. La 'cumbre' se produce una semana después de que el expresident recibiera en su refugio belga a Oriol Junqueras, su vicepresidente durante el 'procés' y con el que las malas relaciones personales tras el fracaso del 1-O son públicas. Pero más allá de los rencores personales y partidistas entre los diferentes sectores del secesionismo, la imagen de Waterloo escenifica un aparente reagrupamiento del independentismo que lanzó el 'procés', el mismo que Junts y Puigdemont tratan de hilar de cara a una posible repetición de las elecciones autonómicas a las que el expresident aspira a concurrir como candidato conjunto de su partido y ERC. A modo de colofón, la ANC ha convocado para este sábado una manifestación que espera sea multitudinaria contra la justicia que bloquea la amnistía.
En paralelo, desde Barcelona, Salvador Illa defendió la aplicación textual de la ley, lo que supone dar vía libre a Puigdemont para regresar a Cataluña. El primer secretario del PSC y vencedor de las elecciones autonómicas del 12 de mayo mantiene su optimismo para liderar la Generalitat, aunquea el tiempo corre y la investidura sigue atascada. No será president sin el apoyo de una Esquerra que vive una guerra interna sin cuartel a cuenta de su debacle en los pasados comicios. Illa mandó un mensaje claro durante un acto del PSC en la ciudad condal: «Decir al Poder Judicial: os respetamos, tenéis una función muy importante y respetamos vuestro espacio de decisión, pero también que respete el espacio del Poder Legislativo».
El ex ministro de Sanidad puso énfasis en la necesidad de mantener la discreción en las negociaciones que los socialistas mantienen con ERC y que, según los propios republicanos, tendrán como fecha límite el final de este mes. Si el Gobierno de Pedro Sánchez no acepta un concierto 'a la vasca' para Cataluña, como reclaman los republicanos, el 26 de agosto se convocarán de forma automática nuevas elecciones, se someta Illa a la investidura o no.
La política catalana vivió ayer otra sorpresa con la renuncia del veterano Xavier Trias a su acta de concejal. Candidato de Junts para la Alcaldía de Barcelona en las municipales de mayo en 2023, en las que resultó ganador, el socialista Jaume Collboni le arrebató el bastón de mando gracias al apoyo de los comunes y el de última hora de los cuatro concejales del PP en el consistorio. «No quiero ser como Joe Biden», justificó Trias en relación a la resistencia del presidente estadounidense a retirarse a sus 81 años de la carrera electoral con Donald Trump en medio de las sospechas sobre su estado cognitivo.
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