Salvador Illa durante los actos oficiales de la Diada. AFP

El Govern llama a acordar nuevos «hitos de país» que unan Cataluña

La presencia de Aliança Catalana enciende los ánimos en los primeros actos de los independentistas: los Mossos evitan el enfrentamiento

Cristian Reino

Barcelona

Miércoles, 11 de septiembre 2024, 08:51

La Diada nacional de Cataluña empezó esta pasada noche con tensión entre los diferentes grupos independentistas. La tradicional ofrenda floral en el Fossar de les Moreres en Barcelona, donde hay un monumento a los caídos en 1714, ha acabado en bronca, cuando ha intervenido Esquerra ... Republicana. Los republicanos han llegado pasada la media noche tras su marcha con antorchas y han sido recibidos con pitos y gritos de 'botiflers', vendidos e insultos de «hijos de puta» por parte de un pequeño grupo, entre las 200 personas que quedaban aún en la plaza, con menos asistencia que otros años. El diputado Jordi Albert y la exconcejala Montse Benedí se han encarado con los que les pitaban e insultaban, aunque la tensión no ha llegado a más. Una parte del independentismo no perdona a los republicanos que hayan investido a Salvador Illa. La ANC y Junts acusaron ayer a Esquerra de haber dinamitado la unidad secesionista con su pacto con los socialistas. ERC participará esta tarde en la manifestación de la ANC pero lo hará con un perfil bajo.

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También hubo tensión cuando intervino Aliança Catalana, la formación de extrema derecha secesionista que ha irrumpido en el Parlament este año con dos diputados. Los Mossos han tenido que actuar para evitar el enfrentamiento entre seguidores del partido de Orriols y miembros de las juventudes de la CUP y grupos antifascistas.

La pitada contra ERC se ha repetido este miércoles a primera hora en la ofrenda floral en el monumento a Rafael Casanova (conseller en cap de Barcelona en 1714) en la que han participado instituciones, partidos políticos y entidades sociales. La pitada, eso sí, ha sido mucho menos sonora que la de anoche. Los silbidos han ido acompañados de gritos contra los dirigentes republicanos como «traidores» y «botiflers». La delegación de Esquerra la han encabezado el expresident Pere Aragonès y Marta Vilalta. La secretaria general, Marta Rovira, no participará en ninguno de los actos de la Diada, a pesar de haber regresado tras siete años huida en Ginebra. En cambio, en este mismo acto, el Govern, que ha sido la primera institución que ha acudido a rendir tributo a Casanova, no ha recibido ningún silbido. Illa se ha estrenado en la Diada como presidente de la Generalitat, tras su investidura del mes de agosto. Primera Diada con un Gobierno catalán no soberanista y sin que haya mayoría parlamentaria secesionista en la Cámara catalana.

La portavoz del Govern, igual que Salvador Illa ayer en su discurso institucional, ha evitado referencias al concierto económico, el tema central del mandato del nuevo presidente de la Generalitat. En una atención a los medios posterior, la portavoz del Gobierno catalán, Sílvia Paneque, ha llamado a «dialogar entre diferentes, cada uno desde sus posiciones» y a encontrar nuevas metas de progreso para Cataluña, «nuevos hitos» que unan a la sociedad, cada uno desde sus aspiraciones. «Somos una tierra de acogida desde los inicios de la historia y hemos demostrado a lo largo de los siglos, de los años, de las décadas, que el trabajo discreto, el consenso y la construcción de un proyecto común nos une como nación», ha asegurado.

El presidente del Parlament, Josep Rull, ha emplazado a las fuerzas políticas a «reforzar la autodeterminación» y ha criticado que se celebre la Diada «con Puigdemont en un exilio infame y con un Tribunal Supremo en rebeldía que incumple la Ley de Amnistía». El acto institucional del 11-S organizado por el Govern empieza a las 22 horas en las fuentes de Montjuïc. Se trata de un acto que ya fue diseñado por el anterior ejecutivo y que el de Illa ha mantenido.

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El acto que marcará la Diada será la manifestación independentista de la tarde en Barcelona, a las 17.14, organizada por la ANC y Òmnium, entre otras entidades nacionalistas. El presidente de la ANC, Lluís Llach, ha puesto el foco en las críticas contra Illa, contra ERC, por investir al dirigente socialista, y hará una llamada a la unidad del nacionalismo, en un momento delicado, cuando el independentismo ha perdido el Govern y la mayoría parlamentaria. La protesta llega con el ambiente crispado en el nacionalismo, después de que el presidente de la ANC no pusiera reparos a la participación de Aliança Catalana, lo que ha encendido los ánimos entre sectores del independentismo como la CUP o ERC.

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