PSOE y ERC pactan la ley de amnistía para sellar el apoyo a Sánchez

De hecho, el líder de los socialistas ya había mimado a Esquerra, en competencia feroz con Junts por el protagonismo político, hace algo más de dos semanas. Lo hizo cuando telefoneó al presidente del partido independentista, Oriol Junqueras, antes de reunirse con su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, dentro de la ronda de contactos para su reelección.

Justo 24 horas después de que el número 3 del PSOE, Carlos Cerdán, y Carles Puigdemont, 'expresident' huido y líder de Junts, se reunieran en Bruselas para perfilar la investidura, PSOE y ERC anunciaban pasadas las 22:00 horas del martes su «acuerdo sobre el contenido» de la futura ley de amnistía. Lo hacían, además, constatando que avanzan en el pacto completo para la legislatura.

La fumata blanca se desencalló tras la conversación telefónica de Sánchez con Aragonès. En concreto, el acercamiento decisivo se desencadenó a última hora del día, tras la jura de la Constitución por parte de la princesa Leonor ante las Cortes, acto al que no acudieron ni Aragonès ni tampoco ningún diputado de ERC.

El presidente del Gobierno y el de la Generalitat desbloqueaban de esta forma los últimos detalles de la ley de amnistía. PSOE y ERC hicieron público sendos comunicados, idénticos en realidad, en los que aseguraron que «consideran satisfechas sus expectativas» y «satisfechos sus principios políticos» sobre la ley de amnistía. La norma será registrada en los próximos días en el Congreso de los Diputados como preludio a la investidura.

En el caso de los republicanos, la cuestión clave, que no figura en la nota enviada, tiene que ver con el alcance de la ley. ERC reclama que sea total, esto es, que no deje fuera a ningún encausado por el 'procés'. Eso incluye a los implicados en el 'caso Tsunami Democrátic', que investiga la Audiencia Nacional por presunto delito de terrorismo. Entre ellos figuran Marta Rovira y Xavier Vendrell, dirigentes de Esquerra.

Los comunicados señalan, asimismo, que en las próximas horas podría producirse el cierre del acuerdo completo para que los republicanos den su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez, reeditando de esta forma la alianza de hace cuatro años. Este pacto, según avanzan, tendrá cuestiones políticas y económicas.

En lo que se refiere a las cuestiones políticas, en ERC exigen a Sánchez que se comprometa a reactivar la mesa de diálogo para que los independentistas puedan abordar la autodeterminación la próxima legislatura. En relación a los temas económicos, Esquerra requiere avances en el traspaso de los servicios de Cercanías de Renfe y correcciones del déficit fiscal, lo que sumaría la condonación de la deuda del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

En todo caso, en el Govern catalán dirigido por Esquerra habían recibido horas antes con frialdad la reunión celebrada en Bruselas entre Cerdán y Puigdemont que aproximaba la investidura. Los republicanos recelaban del acercamiento de Sánchez y Puigdemont y avisaban para que nadie diese nada por hecho; que no se diese por descontado su apoyo a la investidura.

La pugna entre ERC y Junts por la hegemonía del soberanismo se ha elevado en el momento decisivo de la negociación. Y la competencia entre ambos se había recrudecido por la ley de amnistía. En ERC sospechaban que los posconvergentes habían negociado con el Gobierno una ley con un alcance limitado.

El partido de Junqueras incidió en las horas previas a su entente con los socialistas en una amnistía total que no deje a nadie detrás. Según fuentes del Govern, Puigdemont busca su salida personal, aunque disfrazada de amnistía. Por este motivo la ley debería incluir también a la decena de miembros de los CDR que están acusados de terrorismo en la Audiencia Nacional en la operación Judas o la causa contra Tsunami Democrátic', en la que están implicados actores de peso del independentismo.

Marta Rovira no ha regresado aún a España, pese a que ya no está acusada de sedición, porque está a la espera de cómo se resuelve su implicación en el caso de Tsunami. En esta causa se la investiga junto a otros dirigentes soberanistas por presunto terrorismo, lo que dificulta que sea amnistiada. Aquel fue un movimiento anónimo que apareció para protestar frente a las sentencias del Tribunal Supremo contra los líderes del 'procés', a través de actos como el bloqueo del aeropuerto barcelonés o diferentes cortes en los pasos fronterizos con Francia. Pero nunca se ha aclarado quién estaba detrás.

Desde ERC temían que Sánchez y Puigdemont tuvieran ya pactada su ley de amnistía -más limitada que la que reclaman los republicanos- y que con esa propuesta fuesen a la investidura, forzando a las demás formaciones a tener que sumarse sin acuerdo. Aún así, en las filas de Esquerra no amenazaron con tumbar la investidura, pero sí con que la votación no saliera adelante de acuerdo a los plazos previstos por el Gobierno, que sitúa la reelección de Sánchez la semana que viene.

Por eso creen en ERC y en el Govern que los socialistas tienen que avanzar en las otras carpetas de temas que reclaman. La de la amnistía está pendiente de si abarca o no a los investigados por Tsunami, pero además reclaman a Sánchez un compromiso de que la mesa de diálogo se reactivará la legislatura próxima para poder abordar la autodeterminación, así como avances en la corrección del déficit fiscal -incluida la condonación de su deuda multimillonaria con el FLA- y el traspaso del ferrocarril de Cercanías.