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Llegó a Exteriores para calmar la tensión con Marruecos, y firmó el controvertido giro sobre el Sáhara, pero ha gestionado con éxito crisis como las de Afganistán, Ucrania o GazaDicen de José Manuel Albares que es una de las voces de confianza de Sánchez sobre geopolítica, que lo era antes incluso de ser ministro de Exteriores. Formó parte del equipo que preparó la campaña de las generales de 2015 y diseñó entonces la hoja ... de ruta socialista en política internacional. Se mantuvo en la sombra hasta la remodelación del Gobierno que hizo Sánchez en julio de 2021. Llegó entonces al Ministerio de Exteriores para relevar a Arancha González Laya en medio de una fuerte tormenta con Marruecos, donde se había disparado la indignación por la llegada a España de Brahim Gali, líder del Frente Polisario, para un tratamiento médico.
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La primera misión en Exteriores de este diplomático de carrera, nacido en Madrid en 1972 y militante del PSOE desde 1999, fue rebajar las tensiones con el reino alauí. A principios de 2022 movió una ficha arriesgada. Sánchez, de la mano de Albares, protagonizó un controvertido giro histórico sobre el Sáhara Occidental, poniéndose del lado de Marruecos. La asunción, por parte de España, de la propuesta de autonomía marroquí como la base «más seria, realista y creíble» sirvió para retomar la sintonía con Mohamed VI, fundamental para temas migratorios, pero provocó una airada respuesta de Argelia, que llamó a consultas a su embajador en Madrid. El plácet para el regreso del nuevo embajador argelino a la capital de España se ha hecho esperar hasta esta semana.
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Una de sus últimas imágenes públicas ha sido a pie de pista, recibiendo en Madrid a los 139 hispano-palestinos evacuados de Gaza. Es la última crisis que ha gestionado, con éxito en líneas generales, tras la de Afganistán y la invasión de Ucrania. Albares impulsa a Sánchez en la esfera internacional, un escenario donde ambos crecen. Fue subdirector general para África Subsahariana en el Ministerio y luego Sánchez le hizo consejero diplomático y ejerció de 'sherpa' en la UE y el G20, es decir, como negociador que preparaba las cumbres en las que participaba el jefe del Ejecutivo.
En los últimos días, Albares ha sido también una de las voces que se ha levantado para defender la amnistía, de la que ha dicho que «construye convivencia». Y llegó a abroncar hace unos días, a través del subsecretario del Ministerio, Luis Cuesta, a la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), la mayoritaria, por el tono crítico de su último comunicado pese a que no contenía ninguna alusión directa a la amnistía, según fuentes diplomáticas. A su juicio, el texto «se inmiscuía» en cuestiones políticas.
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