«Esto es lo más cerca que he estado del Gordo»

«Hemos venido a las nueve y ya había gente esperando», aseguraba Ignacio Alda, uno de los responsables de la administración, quien reconocía estar «un poco más tranquilo» tras un domingo «de emociones y felicidad». Junto a él, el resto de trabajadores no paraban de recibir a gente en la ventanilla. Algunos compraban un décimo, otros dos y unos cuantos subían la apuesta. «A mí dame uno de cada terminación», solicitaba una clienta.

A las 11.00 horas, la fila era de unas 25 personas. Media hora más tarde, de 40. Una de ellas era Gádor, que aprovechaba la ocasión para sacarse una foto junto al cartel del Gordo. «Me hice una el domingo, la he publicado y la gente pensaba que me había tocado», expuso. «Es lo más cerca que he estado del Gordo», añadió esta almeriense que está en Logroño porque su hijo trabaja aquí. «Ayer (por el domingo) quise comprar para el Niño, pero no me pudieron vender, así que hoy, lunes, he vuelto», contaba la andaluza. «He comprado 14 décimos y, si el Gordo se fue a Madrid, el Niño va a ir a mi pueblo, Adra», remató.

En la fila se mezclaban foráneos y locales. Toño es logroñés y acude normalmente a esa administración porque le pilla cerca de casa. «Es difícil que vuelva a tocar, pero voy a comprar tres décimos y a ver si tenemos suerte», deseaba el riojano. Él no veía sencillo hacerse con el premio, aunque Alda aseguraba que la mayoría de la gente que acudía este lunes a la administración se mostraba «muy optimista» con respecto al 6 de enero. «Vienen con ganas», decía antes de explicar que la mayoría no pide terminación. «Por lo general, te dicen que les des el que quieras», apunta.

Al tiempo que los clientes se van llevando los décimos, las felicitaciones se repiten para los loteros. «Son muchas las personas que nos dan la enhorabuena y otros también nos dicen que se lo podíamos haber vendido a ellos», afirmaba sonriente Alda. «Por lo general, todos se alegran del bien común y a nosotros también nos da muchísima felicidad haber ayudado a tanta gente», apostilló.

Muchos de los presentes, eso sí, lamentaban que gran parte del premio hubiera 'volado' hasta tierras madrileñas. «La gente tiene que entender que nosotros vendemos mucha lotería fuera de La Rioja, por lo que la probabilidad de que toque en otros lugares es alta», expuso Alda, quien trató de explicar de dónde viene la vínculo de la administración con la entidad de baloncesto que se llevó la mayor parte del premio. «Contactaron con nosotros hace años y, como dijo alguien del club, les caímos bien», relató. «A través de una persona que no sé muy bien quién es establecimos ese primer contacto y desde entonces nos encargamos nosotros de las participaciones y de mandarlas a Madrid», detalló. Al final, en ventanilla se vendió «más o menos» una serie, es decir, alrededor de 10 décimos. Una cifra que los que este lunes estaban haciendo fila esperan que sea más alta en el sorteo del Niño.