Viticultura

El vino blanco: la otra cara de la crisis

La DOCa se hace un hueco en el mercado, con un crecimiento del 25% en ocho años y del 41% en valor, y abre la puerta el reinjerto sobre tempranillo tinto

Alberto Gil

Logroño

Domingo, 26 de enero 2025

Rioja es tierra de tintos, pero no lo era tanto hace unas décadas. En 1994, treinta años antes, la superficie de viñedo blanco era de casi el 18% del total y ahora, pese al crecimiento de las últimas campañas, apenas supera el 9%. Es decir, ... el incremento neto del viñedo de las tres últimas décadas (+40%) ha sido en variedades tintas, cuando el consumo mundial decrece desde 2004, mientras que con el blanco sucede lo contrario: desde el 2013, el mundo bebe más vino blanco que tinto.

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De hecho, pese a la crisis de Rioja y otras regiones productoras de tintos, el blanco riojano no sólo ha logrado hacerse un hueco, sino que sus ventas crecen un 25% desde 2017 y con una revalorización del precio medio también notable. Así las cosas, el reinjerto de variedades tintas a blancas está en la mente, y en ejercicio aunque por ahora de forma modesta, de bodegas y de viticultores porque la inversión, pese a las ayudas, sigue siendo elevada y más en un momento de crisis como el actual.

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José Hidalgo, consultor vitivinícola y doctor ingeniero agrícola, es una de las voces autorizadas que apuesta sin ambages por los reinjertos:«Rioja se incorporó muy tarde a la tendencia mundial del vino blanco, pero sigue habiendo margen de crecimiento». «La otra solución es arrancar viñedo, que no digo que no vaya a ser necesario, pero antes se puede intentar hacer una apuesta importante por el blanco en Rioja; por qué no de 5.000 hectáreas de forma progresiva en los próximos cinco años», se pregunta.

El experto apunta además a razones técnicas:«El reinjerto es una técnica que no todas las viñas soportan, sino que está más aconsejado para espalderas, es mejor en viñedos jóvenes y también en parcelas sin faltas por enfermedades de madera». «Es decir –continúa–, se actuaría sobre los viñedos más productivos de tempranillo de Rioja, y lo que nos sobra es producción».

Hidalgo cifra en unos 6.000 euros por hectárea el coste del reinjerto, de los que las ayudas a reestructuración financian la mitad:«Son 3.000 euros y quizás deberíamos pensar que hemos gastado mucho dinero en destilaciones que para poco han servido cuando se podían haber empleado en abaratar el reinjerto para el viticultor, pero para eso hace falta un plan que el Consejo Regulador sigue sin tener».

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Hidalgo recuerda los casos de Rías Baixas y Valdeorras, y otras regiones limítrofes a esta última, con la variedad godello: «Son zonas productoras de blanco muy 'tensionadas' porque hay más demanda que oferta, con elevadísimos precios para la uva, hasta 3,5 euros hace un año en Rías Baixas y con producciones de hasta 12.000 kilos». «Rueda es otro modelo–continúa– porque, aunque sigue creciendo en ventas, ha seguido plantando mucho y los precios son muy inferiores, pero Rioja tiene una buena oportunidad si somos valientes».

Más prudente es el doctor en Viticultura, Juan Carlos Sancha, que reduce el potencial de crecimiento de las miles de hectáreas de Hidalgo a unos cientos: «Sí creo en los reinjertos, pero vendemos ya 27 millones de litros y más recientemente está costando seguir creciendo». «Es decir –continúa–, es cierto que teníamos más blanco en los años 90 en Rioja que ahora, pero ahora mismo estas superficies son la única opción de rentabilidad para los viticultores y hay que ser prudentes para que no nos pase lo mismo que con el tinto».

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En este sentido, Sancha señala que «sí creo que se podría probar con hasta 200 hectáreas por año, pero sigo pensando que la única solución para Rioja es ser valiente con un plan de arranque, que proteja o al menos no incentive el descepe de los viejos y mejores viñedos de tinto». «Los reinjertos pueden ser un complemento, pero a mi juicio, no son la solución».

«Soy más partidario del reinjerto que de los arranques»

Pepe Hidalgo

Consultor

«Sí creo en los reinjertos, pero hay que ser prudentes para no estropear el blanco»

Juan Carlos Sancha

Viticultor

«Para mí, la decisión debe ser individual no colectiva como denominación»

José Félix Arriezu

Viticultor e injertador

«Las normas deberían ser más fléxibles y dejar adaptarse a bodegas y viticultores a las tendencias»

Rafael del Rey

Consultor

José Félix Arriezu (Arriezu Vineyards) con bodega en Rioja (Andosilla) y un centenar de hectáreas en Rueda, es uno de los pocos profesionales del reinjerto:«La demanda de chip para reinjerto ha crecido en Rioja, pero tampoco de forma exagerada por ahora». Arriezu sí cree que hay potencial en el mercado de blancos, pero también es prudente:«Ahora mismo Rueda está yendo bien, pero ha crecido mucho y, en cualquier momento, el equilibrio se puede romper». Sí cree el viticultor en variedades minoritarias como la garnacha blanca o la maturana para Rioja –«tienen calidad y son propias»– y respecto al reinjerto considera que es más en una cuestión de decisiones personales que colectivas como denominación: «Cada bodega y cada viticultor debe equilibrar su propia explotación. Puede ser una buena opción en muchos casos, pero el reinjerto, aunque salga bien, provoca daños en la planta y, para los viticultores que se decidan, les recomendaría que lo hicieran con comprador para sus uvas porque muchas bodegas ya están en otras zonas de blanco». Arriezu culpa de los males actuales de Rioja «a que hemos potenciado una viticultura, incluso enología en algunos casos, de mínimo esfuerzo y precios bajos, y ahora somos mediocres, pero Rioja es tierra de tintos y no podemos olvidarlo».

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¿Y qué dice el mercado?

Pues que el crecimiento de Rioja en blancos es espectacular. 27,3 millones de litros en cifras interanuales a finales de noviembre del año pasado –el 25% más que en 2017–, aunque, poco a poco, la tendencia se va relantizando. En 2023, Rioja supero a Rías Baixas como segunda DOP productora de blanco, si bien esta última, con un precio medio de exportación superior a 7 euros es la más rentable del país y ha tenido cosechas cortas. En todo caso, el precio del vino blanco en Rioja también se revaloriza: de 3,07 euros el litro en 2017 a 4,34 en noviembre del 2024, es decir, un 41% más.

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Rafael Del Rey, consultor de mercados (Del Rey AMW), considera que «la tendencia se ha reforzado incluso en los últimos cinco años hacia el consumo de blancos, pero, en general, hacia vinos más frescos como rosados, espumosos e incluso algunos tintos». «A mi juicio –contiúa–, las normativas deberían ser más flexibles y dejar a bodegas y viticultores, apuntarse a las tendencias». En este sentido, Del Rey recuerda cómo «Rioja reaccionó tarde con los blancos y para cuando lo hizo muchas bodegas habían invertido en otras zonas de España. El mayor problema es para los viticultores, a los que hay que ayudar con opciones para que sus viñas y sus uvas no pierdan valor».

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En este sentido, Del Rey comparte con Arriezu que los reinjertos de tinto a blanco en Rioja deberían venir «por decisiones individuales más que por una apuesta colectiva, ya que, como se ha demostrado, ni las prohibiciones ni las obligaciones son buenas». En todo caso, aconseja tomar decisiones pero «nunca de espaldas al mercado»:«Hay demanda, con mayor volumen, de blancos frescos, agradables y 'sencillos' y también la hay de blancos de calidad, de guarda, pero más limitada». «Entiendo que Rioja tiene opciones en ambos segmentos, pero también en rosados e incluso en vinos de más limitada graduación; hay que dar esas alternativas al viticultor y, a poder ser, con la complicidad o el asesoramiento de una bodega».

El reinjerto, financiado hasta el 50% por la reestructuración

La orden de la Consejería de Agricultura de La Rioja para reestructuración y reconversión de viñedos continúa abierta hasta el 31 de enero. El año pasado se recibieron solicitudes para actuar en 517 hectáreas, de las que el 95% de la superficie de arranque se correspondía a variedades tintas, mientras que las plantaciones finales se dirigían en un 55% a variedades blancas y solo un 19% a plantaciones de tempranillo. En dicha campaña se redujo el potencial productivo de uvas tintas en más de 200 hectáreas. En el caso de los reinjertos de variedades blancas sobre tintas (tempranillo), las ayudas financian hasta el 50% de la inversión hasta un máximo de dos euros por planta (unos 3.000 sobre 6.000 euros), completada con una compensación por pérdida de ingresos (lucro cesante) de 1.063 euros por una campaña. Si el reinjerto sale bien, la viña podría producir ya al segundo año.

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