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El pasado día 22 se abrió el plazo para solicitar acogerse a la cosecha en verde –la destrucción de la producción de parcelas íntegras de viñedo–, que será la tercera vez que se aplica en La Rioja tras el año del covid (2020), el pasado y la actual campaña. La convocatoria concluye el 22 de abril a las 14 horas, con lo que los viticultores tienen margen suficiente para preparar la documentación de una orden que puede ser la tabla de salvación para numerosas explotaciones con dificultades para encontrar bodega compradora de toda su producción o, cuando menos, de parte de ella. Estas son algunas de las claves de la convocatoria para la que se supone que habrá fondos para todos –aunque está topada a un máximo de diez hectáreas–, pero en la que también hay prioridades (puntos) y, por si acaso, no estaría mal intentar obtener los máximos posibles.
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A nivel nacional, hay 21,4 millones de euros disponibles que se repartirán entre siete comunidades autónomas, de los que La Rioja espera captar un 40% (8,7 millones), aunque se calcula que se quedarán escasos. El presidente riojano, Gonzalo Capellán, anunció que, con presupuesto adicional propio, admitiría todas las solicitudes, por lo que, en principio, ninguna solicitud debería quedarse sin ayudas.
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En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la orden sigue estableciendo prioridades, puntos, para posicionarse en el reparto, así que, cuanto más se puedan obtener, mejor, porque, normalmente, de la promesa al hecho... suele haber un trecho o letras pequeñas.
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Solicitar la ayuda no es exclusiva para las uvas amparadas por la DOCa Rioja, sino que cubre también a las indicaciones geográficas (Valles de Sadacia por ejemplo). Pero la Consejería prima con 15 puntos la destrucción de uva de Rioja y con cero la de la IGP.
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Alberto Gil
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La uva tinta se valora con 15 puntos, mientras que para las variedades blancas no hay puntos. Ahora bien, dentro de las tintas, el tempranillo tiene otra prima de 15 puntos, mientras que el resto de castas (garnacha, maturana o graciano) tampoco tienen puntuación.
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La vendimia en verde está topada. Es decir, el máximo admisible por solicitante es de 10 hectáreas (no se pagará por más), mientras que el mínimo para pedir ayudas se fija en 0,3 hectáreas. Hay tres puntos adicionales para aquellas solicitudes de más de 0,6 hectáreas (prácticamente todas), pero también 5 puntos por solicitud inferior a 4,5 hectáreas, 1 punto por entre 4,5 y 6, y cero para las superiores. Asimismo, también se prima al viñedo más joven con 7 puntos (viñas de menos de 35 años).
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Tres puntos para jóvenes agricultores (menos de 40 años), otros tres por titularidad compartida y cuatro en el caso de que sean explotaciones prioritarias y, atención a este apartado, 25 puntos por solicitud colectiva. Es decir, pedir la ayuda de forma agrupada tiene claras ventajas, lo que viene muy bien a las organizaciones agrarias, aunque también hay empresas y gestores independientes que tramitan las solicitudes colectivas.
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La orden de la Consejería de Agricultura ha fijado la ayuda a la destrucción del kilo de uva en 0,585 euros el kilo. La cifra sale del cálculo equivalente a la mitad del precio medio de tres campañas vitícolas. Se han elegido 2017, 2018 y 2019, las mejores de los últimos años, y además la orden actual corrige el efecto distorsionador que causó la del año pasado en zonas como La Rioja Alta, que sufrieron la fuerte helada de 2017. Así, para los precios medios se computan las tres campañas mencionadas, pero para los rendimientos de producción se pueden utilizar únicamente dos. Es decir, será fácil que todo el mundo que solicite la vendimia en verde llegue a los 6.500 kilos por hectárea de uva tinta, lo que es otra ventaja adicional a esta medida excepcional, ya que el rendimiento amparado máximo para este campaña por el Consejo Regulador es del 90%, con lo que las bodegas pagarán por menos kilos de uva. A la prima directa por kilo se suman además 509 euros por hectárea destruida de forma manual o 280 euros si se usa máquina. Esta ayuda se supone que equivale al 50% del coste de eliminar la producción de las cepas. Así las cosas, la Consejería de Agricultura estima que se podría llegar a pagar hasta 3.854 euros por hectárea, lo que, sumado al ahorro de costes que supone terminar el ciclo muy temprano, es una opción muy competitiva ante la situación actual del mercado de Rioja.
El Gobierno vasco ha dispuesto ya el montante presupuestario para las ayudas al sector vitivinícola de Rioja Alavesa. Prevé destinar 17,6 millones de euros este año, de los que diez irían para vendimia en verde y destilación. Para la destrucción de uva espera emplear unos 1,8 millones (1.500 hectáreas), aunque también anuncia más dinero si es necesario. La prima por kilo es superior a la riojana (64 céntimos) y también mejoran las cifras para la destilación, con 0,958 euros por litro de tinto y de 0,86 por litro en vino rosado. En La Rioja todavía está por definir el precio para la quema de vinos, con un fondo presupuestario anunciado de 17 millones de euros, aunque, como el año pasado, presumiblemente estará por debajo.
En cualquier caso, al igual que sucedió en la anterior campaña, la gran diferencia en ambos territorios la marca la ayuda universal por hectárea a los viticultores alaveses para compensar la reducción de rendimientos amparados (al 90% de momento) por el Consejo Regulador en el caso de las uvas tintas. En este sentido, todas las explotaciones menores de 50 hectáreas percibirán 487,5 euros por hectárea, 325 euros las que tengan entre 50 y 100, y 130 euros las de más de 100 hectáreas. El Gobierno Vasco destinará 5,6 millones de euros a esta medida con la que pretende apoyar en torno a 12.500 hectáreas.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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