Secciones
Servicios
Destacamos
El santoral, con permiso del cambio climático, señala cuáles son los días más críticos para el cultivo del viñedo. El mayor temor del viticultor en primavera son, o eran, las heladas tardías. Así, a San Evelio, San Pancracio o San Isidro, del 11 al 15 ... de mayo, se les conoce como los 'santos del hielo' e incluso en Ribera del Duero se contiene la respiración hasta Santa Rita (22 de mayo), cuya «helada todo lo quita». En Rioja, con un clima menos extremo que en la meseta, si hay un santo destacado por este motivo es San Marcos (25 de abril), aunque la situación crítica abarca históricamente toda la segunda quincena de abril y, por ejemplo, la última gran helada se produjo un 27 de abril en 2017, por San Prudencio.
También hay santos buenos como San Gregorio Ostiense (9 de mayo), el obispo de Ostia enviado por el Papa al Reino de Navarra en la Edad Media para librar a los campos riojanos y navarros de una asoladora plaga de langostas. San Gregorio, dice la leyenda, que a base de predicar obró el milagro. De hecho, tal y como está el sector del vino de Rioja, creo que habrá que echar mano del ostiense, aunque, más que para librarnos de las plagas, para que traiga una feroz helada y que pague la cuenta Agroseguro.
Por si las plegarias fallan, propongo al Vaticano la canonización por vía urgente de San Gonzalo Capellán: 15 millones de euros en financiar destilaciones en 2023, 17 millones en 2024 y barra libre comprometida para destruir uvas a tutiplén con la cosecha en verde a un precio de 58 céntimos. Lo que costará finalmente la 'ronda' anunciada por San Gonzalo lo sabremos en unos meses, pero su fe en el sector del vino es inquebrantable, puesto que, pese a hipotecar el bolsillo de todos los riojanos, el Consejo Regulador sigue instalado en su zona de confort: ya no es que no haya puesto ni un pavo para ayudar en esta crisis, sino que ni siquiera se ha comprometido a eliminar el negociete del vino de mesa ni a sacrificar el de prensa.
En un trance histórico como la actual -que inicialmente se intentó 'colar' coyuntural aunque ahora, al menos por lo bajini, ya todo el mundo reconoce que es estructural-, sorprende que desde marzo de 2023, cuando se acordó reducir parcialmente los rendimientos en campo y en bodega por dos años, nada se sabe de medidas complementarias del pleno del Consejo Regulador. Tampoco se sabe nada ni de comisiones de estudio de nuevos productos y/o envases, de la eliminación de vinos de baja calidad en los lineales anunciada o de aquel estudio que se encargó para ver qué opinaban los consumidores de los vinos que Rioja estaba ofreciendo, como tampoco se sabe nada de su presidente, Fernando Ezquerro, representante de los arruinados viticultores riojanos, más allá de aquel chaleco amarillo que se enfundó una mañana cuando las tractoradas independientes parecía que amenazaban el establisment de los dirigentes de la DOCa Rioja antes de diluirse como un azucarillo.
San Gonzalo ha echado el resto asumiendo la cuenta con medidas que, además de caras -no discuto si necesarias-, no dejan de ser un parche en las múltiples vías de agua de un crucero que, o empieza a navegar comercialmente o volverá a verse en las mismas el año próximo. Lo que sí le cuentan a este cronista es que el consejero de Hacienda de San Gonzalo, Alfonso Domínguez, día sí y día también, pone velas a San Marcos marquete para que afile el corquete y le endose a Agroseguro el facturón de la cosecha en verde.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.