«Lo vivimos con un poco de miedo»

«Cuando vimos ayer a la policía pensamos que era una pelea y ya está. La zona por las noches es bastante conflictiva, sobre todo por el número de discotecas, al fin y al cabo se junta mucha gente borracha y acaba habiendo reyertas», explica Valvanera García, una joven que vive muy cerca del local. Su opinión concuerda con gran parte de la de los habitantes de la zona que, pese a lo sucedido, opinan que en una discoteca es muy normal que haya este tipo de problemas.

«Los vecinos estamos muy enfadados por las discotecas, hemos denunciado varias veces el ruido de los sábados y los domingos, pero el Ayuntamiento no nos hace ni caso y la gente no descansa», opina Pablo, que no ha querido dar su apellido por mantener su anonimato. «Si hay mucho follón y las discotecas no reciben un buen control a nivel ambiental y policial, al final pasan estas cosas. Y lo que ocurre es que el vecino que vive encima o los que vivimos al lado somos los que pagamos el pato».

Por el momento, se desconocen las causas del incendio que ha dejado a dos personas heridas, una de ellas con quemaduras de hasta tercer grado en el 70% de su cuerpo. El herido es un hombre, de 46 años, que ha sido trasladado al hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde tienen una unidad especializada en quemados.

Tanto la policía científica, como el Tédax (que son los especialistas en desactivación de artefactos explosivos) y la policía judicial se han desplazado al local para investigar el suceso. «Estamos realizando una inspección ocular técnico-policial para hallar las posibles causas del incendio», explica el policía Alberto Caballero, que permanece en todo momento a las puertas de Bella Época.

En la segunda planta del bloque de pisos del edificio de la discoteca, Raúl Garrido aún mantiene la sorpresa. «Lo vivimos con un poco de miedo, sí. Cuando nos enteramos la escalera ya estaba llena de humo y uno de los bomberos subía por ella para avisarnos de que el incendio ya estaba controlado y de que no había peligro, pero que cerráramos las ventanas». Respecto a la discoteca, cuenta que la semana pasada les rompieron el cristal de la puerta, pero que «nunca había llegado a pasar nada tan grave como lo de hoy» y que, por suerte, a ellos no les ha pasado nada.