San Bernabé | Logroño

Unas fiestas para los que no se van y para los que vienen

Escrito está. No fue el balance triunfalista ni de otras ediciones ni mucho menos de otros mandatos, no, y de hecho, desde el Ayuntamiento de Logroño no se obvia que son muchos los logroñeses los que se van de la ciudad aprovechando estos días festivos, aunque destacan que «cada vez son más» los que vienen de fuera.

El PR+, primer grupo municipal de la oposición en reaccionar, ve con preocupación «la pérdida de voluntarios y critica la planificación de actividades infantiles en horario lectivo» (anunciados para el 12 de junio, aunque finalmente y según precisaron Sáinz y Lázaro, no se celebraron aludiendo a un error en la confección del programa).

Rubén Antoñanzas, al respecto, ha planteado una campaña para animar a la ciudadanía a participar en las fiestas agradeciendo a los colectivos recreacionistas su gran trabajo. Sea como fuere, entre los balances «positivo» del gobierno local y «negativo» de parte de la oposición, se han colado las luces y las sombras que siempre arrojan los distintos colectivos, independientemente de su implicación.

Así, Francisco Martínez Bergés, desde Hostelería Riojana de la FER, reitera que se tratan de unas fiestas «de centro», con «la gran mayoría de la ciudad vacía», y con el sector refiriéndose a 2024 «como uno de los años más bajos en gasto que se recuerdan». Mientras, desde la Asociación de Industriales Feriantes de La Rioja, Pedro José Arnedo, pone de manifiesto que «se ha trabajado bien, incluido el miércoles, excepto el sábado que llovió».

Daniel Barrón, de la Federación de Peñas de Logroño, considera que por lo general «se han cumplido las expectativas», «ha habido notable afluencia en todo, se ha ido mucha gente, pero mucha otra se ha quedado, y además hemos tenido visitantes», corrobora. «Nuestras fiestas, las de siempre, el que se va no lo hace porque no tengan interés, pues lo tienen y de ello dan constancia los que se quedan», apostilla Mari Ángeles Matute, de la Federación de Asociaciones de Vecinos.

Con todo, el reto sigue estando ahí. Y más allá de que el arco de Portales se proteja o no para evitar que se lleven el boj antes de la procesión, el objetivo es «remover la conciencia logroñesista entre los más jóvenes» para que les pique el gusanillo de la historia de Logroño y opten por sumarse. Una forma de hacer cantera, con visitas a los colegios, para «contribuir a que se queden más en la ciudad». «Sembrar», en palabras del concejal de Promoción de la Ciudad, Miguel Sáinz.

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