Puente de Vara de Rey

«Ya no me hago a la idea de cómo estaba antes»

«Siempre me doy un paseo por aquí y veo, pero no me ha sorprendido que ya no hubiese puente porque había leído en el periódico y en internet que las obras iban a durar cuatro días», sostenía Andrés junto a la cafetería Ciudad Jardín, mientras añadía que le gustaba la obra porque «van a ponerlo todo al nivel de la carretera, pero hay que darles tiempo, porque estas obras no se hacen de una mañana a la noche». Al poco, un vecino del número 74 de Vara de Rey, en el que también está la sede de Diario LA RIOJA, criticaba nada más salir del portal con su perro de paseo que la noche del sábado «se escuchó más ruido que el viernes y más del que es habitual, aún así pudimos dormir».

Desde otra zona, en Duques de Nájera, Ana resaltaba que a pesar de que estuvo «pendiente» del transcurso de las obras, no percibió «ningún ruido». «No las he notado, ha sido como una noche cualquiera», decía esta vecina al recordar que «en esta zona estamos acostumbrados a oír pasar el tren».

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También hubo, no obstante, quienes se mostraron desconocedores de que hubiese finalizado el desmontaje del puente en la madrugada del domingo. «He estado echando un vistazo y he visto que ya no estaba. No me lo esperaba, pero me parece muy bien», reconocía un logroñés al tiempo que conminaba a que terminen las obras «cuanto antes porque bastante hemos pasado ya con esta esquina, con la de Vara de Rey, 73». «A ver si nos dejan tranquilos a los vecinos cuanto antes», lamentaba con resignación. Ya desde el otro lado de la plataforma, desde el entorno residencial del edificio Patricia, varios curiosos se afanaron en cuestión de segundos en buscar el mejor encuadre para sacar, casi desde primera línea, el hueco derivado de la fase final del desmontaje. Algunos, incluso, procedieron a grabar varios vídeos de las vigas que se habían retirado a una zona cercana para su posterior trituración. «Vine ayer a verlo para hacer alguna foto y también me he acercado hoy, porque me parece una cosa curiosa. Me parece un cambio muy importante y muy radical en pocas horas», aseguraba Antonio tras fotografiar con su teléfono móvil el estado en el que se había quedado la vía ferroviaria y resaltar «cómo con la maquinaria y los medios actuales se puede hacer una obra así en tan poco tiempo».Cerca de él, José Julio aprovechaba a bajar una parte de la malla verde que protegía las vallas habilitadas en el edificio Patricia para vislumbrar mejor el desenlace de las obras.

«Estaba curioseando, vengo todos los días para ver cómo van y del sábado al domingo se nota cambio, pensaba que terminarían mañana pero ya veo que se han adelantado bastante». Por ello, afirmaba que «me ha impresionado, porque ya no me hago a la idea de cómo estaba antes». «Siempre vengo de paseo por el otro lado y ahora voy a tener que regresar por el otro para ver si me acuerdo», añadía.Unos minutos más tarde, Gonzalo reconocía que se había acercado hasta el edificio Patricia para conocer de primera mano qué había sucedido con el puente. «Me enteré anoche de las obras porque vi la grúa. Íbamos caminando mi madre y yo con la perra y le he dicho de pasar por si habían hecho algo. Me parece bien que hayan quitado el puente por la noche y que pongan todo a cota cero», decía este joven. Sobre todo porque, como resaltaba Montse, «en cuanto lo soterren y terminen con el cruce, va a quedar precioso, porque comunicará Logroño».

Desde muy temprano, cerca de las 5.15 horas de la madrugada, la ciudad amaneció ayer ya sin puente, con algunas piezas (como la barandilla) depositadas en un lateral. Todo, tras una labor minuciosa, a la par que ininterrumpida, que desde las 22.30 horas del sábado centró todos sus esfuerzos en izar y retirar cada una de las diez vigas de hormigón -cuyo peso ronda las 75 toneladas- que formaban el tablero.

Sin prisa, pero también sin ninguna pausa, los distintos técnicos dejaron todo preparado para que entrase en acción la gran grúa roja y se convirtiese otra vez en la principal protagonista de Vara de Rey. Por ello, una vez se situó sobre el terreno, se enhebraron las vigas de una en una en las perforaciones laterales que se efectuaron en la primera fase para levantarlas.

Toda una labor muy precisa y delicada repartida en distintas fases -enhebrado de las vigas, izado y traslado a una zona cercana para su posterior demolición- que se prolongó durante casi siete horas pero que finalizó antes de lo esperado, ya que la previsión que se manejaba el sábado era que los trabajos finalizaran diez o doce horas más tarde. De ahí que, durante la jornada de ayer, los técnicos procediesen a la retirada de los fardos de paja situados en la vía y a demoler las vigas.

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