La procesión de la Borriquilla llena Logroño de palmas y ramas de olivo

Palmas grandes y pequeñas, ramas de olivo... todas ellas resultaron bamboleadas por un viento que, a la vez, hacía volar las capas de los participantes, aún con las caras al aire, sin capuces ni capirotes. También con las ganas de llover y las gotas que se escapaban tuvo que lidiar la comitiva durante la casi hora y media que estuvo en la calle.

En torno a las 11.15 horas se abría la puerta principal del templo y en la plaza del Mercado esperaban ya numerosos cofrades y vecinos. Sobre un peldaño, el párroco de la concatedral y deán de la misma, Víctor Manuel Jiménez, formuló la bendición de los ramos y, a continuación, recorrió el recinto vallado con su hisopo para llevar el agua bendita a todos los rincones.

Después, los tambores de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén se emplearon a fondo y hubo momentos en que contaron con el acompañamiento de las campanas de La Redonda. La banda tocó varias piezas mientras las demás cofradías iniciaban un recorrido que abría la sección de tambores de la Cofradía de María Magdalena.

Quien acudió sin palma ni hoja aún tuvo la oportunidad de ponerse al día porque en la puerta de la concatedral, la que se usa a diario, había quien proveía de ramas de olivo con las que integrarse en la marcha.

Portales, Muro del Carmen, Muro de la Mata... y en el trazado se juntaban quienes no perdían detalle del evento y quienes iniciaban una mañana de domingo en las terrazas de la zona. Se estrechaba el paso en Gallarza y, si bien aún no se había iniciado la hora del vermú, no faltaban quienes, con la maleta tras haber pasado el fin de semana en la capital, sorteaban a los cofrades mientras estos se detenían para ir esperándose.

Además, algún responsable, temeroso de que las cuatro gotas destrozara sus estandartes, optaba por ponerle el forrito plástico que evitara contratiempos.

La entrada en La Redonda fue más multitudinaria que la salida. Había quien repasaba horarios y calculaba que otros años, la procesión solía salir más tarde que este. En cualquier caso, la de ayer es la segunda que se celebra completa una vez recuperada el año pasado, tras la pandemia.

La organización de la jornada corrió a cargo de la Hermandad de Cofradías. Y esta se inició con una misa de cofrades previa a la procesión, a la que también se sumaron las autoridades locales.

A lo largo de la semana, las once cofradías logroñesas participarán en dieciséis procesiones con veinte pasos. La Semana Santa de Logroño es fiesta de interés turístico nacional.