Secciones
Servicios
Destacamos
Fue ver el bajo vacío en alquiler y Daniel, inmerso como estaba en plena búsqueda para poner en marcha su idea, lo tuvo claro. Llamó, hizo cuentas y, viendo que todo le cuadraba, no se lo pensó dos veces. La esquina era la ideal, ubicada en una zona de la ciudad inmejorable, y el local en cuestión que albergaba estaba lleno de posibilidades... empezando por su fachada.
Esta es la historia resumida del comienzo del nuevo restaurante La Difunta, un establecimiento de comida mexicana que abrirá próximamente sus puertas en la que fue la vieja boutique Tebriz de Logroño. Una historia similar a tantas otras de no ser porque el joven emprendedor, si a algo pensaba sacar partido, era al escaparate del citado espacio, manteniéndolo y aprovechándolo para su negocio.
La cosa es que mayoritariamente ha sorprendido, y para bien –aunque haya opiniones para todos los gustos–. Y es que más allá de la apertura de un nuevo restaurante en la calle Portales, donde otrora se ubicase un viejo comercio, llama la atención que quien vaya a explotarlo apueste tan decididamente por conservar una de las fachadas/escaparates más singulares del Casco Antiguo de Logroño. Una apuesta que, además, llega tras años de debate cada cierto tiempo en la capital de La Rioja sobre la supervivencia de elementos singulares, como es el caso.
«Desde el primer momento tuve claro el potencial de la fachada, y hemos querido respetarla tal cual es», explica Daniel Olmedo González, quien a sus 29 años, y junto a su familia, recuerda con tristeza cómo Logroño ha perdido fachadas como la de 'La Violeta', en la misma Portales, aunque en una de las esquinas con Marqués de Vallejo –donde ahora se ubica una tienda de 'chuches', tras otros negocios fallidos–.
Olmedo González, de hecho, pone de manifiesto que incluso inicialmente proyectó el mantenimiento de algunos elementos que finalmente no ha sido posible preservar. De entrada, el rótulo de neón, donde quería reproducir lo de La Difunta con la tipografía desaparecida de Tebriz. «Sitios así quedan pocos; lugares emblemáticos en los que pensamos que mantener sus señas de identidad es un acierto...», añade junto a las molduras de madera tan características, que dan forma al conjunto, y que han servido de inspiración para los recuadros de la propia carta de platos, elementos de los que se ha servido para diseñar el futuro menú.
A la espera de conocer la respuesta del público, lo cierto es que la propuesta de Daniel está generando expectación, desde la rehabilitación de la fachada, al nuevo nombre –relacionado con la tradición cultural de la muerte en México–.
Una vez dentro, también se ha tratado de aprovechar los elementos originales –columnas, vigas, piedra...– del local –integrándolo todo en pro de un conjunto armónico–, con la idea de Maite González, madre del joven y apasionada de la decoración y el interiorismo. «Confiamos en que guste y en dar de comer como Dios manda», dice Daniel.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Clara Alba y José A. González
Alberto Gil | Logroño
Juan Cano, Sara I. Belled y Clara Privé
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.