Secciones
Servicios
Destacamos
«Este reto me apasiona». En conversación telefónica con Diario LA RIOJA desde fuera de Logroño, consecuencia de un viaje de índole personal programado con antelación, Conrado Escobar confirmaba ayer su «satisfacción y «sorpresa contenida» por el nombramiento como cabeza de lista del PP ... al Ayuntamiento de Logroño. Una elección avanzada por este periódico en su página web, que culminaba así una carambola de designaciones de las que sale favorecido: una vez que Pablo Casado decidió que Cuca Gamarra, actual alcaldesa, fuera la número uno en la candidatura al Congreso, quedaba libre el camino para que el consejero de Servicios Sociales atrapara el sueño que fue incapaz de materializar en diciembre. Por fin, será el cabeza de lista del PP por Logroño. No sólo eso. También pretende ser «el candidato de la cercanía».
Nacido en Logroño en 1964, Escobar lo ha sido (casi) todo en la escena política de La Rioja. Bregado desde muy joven en las filas del PP, cuya división juvenil (Nuevas Generaciones) llegó a presidir, puede presumir de una apabullante hoja de servicios: concejal en Logroño, diputado y senador en Cortes, parlamentario regional y actualmente miembro del Gobierno de La Rioja, donde ya ocupó otras carteras durante la etapa de Pedro Sanz. En el equipo de Ceniceros, se encarga del área de Servicios Sociales, donde entre otras medidas ha impulsado uno de los proyectos estelares de la legislatura que está a punto de concluir, la llamada renta ciudadana.
Su regreso a la vida municipal obligará a nuevos movimientos internos en el PP. Que en los próximos días debe desvelar quiénes acompañan a Gamarra en la candidatura al Congreso y quiénes forman la lista al Senado, un proceso también muy rico en tensiones. Además, queda pendiente conocer los compañeros de Ceniceros en su plancha autonómica y, por supuesto, a quiénes elegirá Escobar en su carrera hacia el Ayuntamiento. Un grupo donde parece cantado que no seguirá buena parte de quienes hoy ocupan sitio en el salón de plenos, cuya trayectoria política se observa muy vinculada a Gamarra. Hacia quienes ayer, por cierto, Escobar se prodigó en elogios, a pesar de las diferencias observadas entre ellos desde que la alcaldesa perdió ante Ceniceros, a quien apoyaba el flamante candidato logroñés, el congreso del partido: «Gamarra está haciendo una magnífica gestión». Y añadió: «El municipalismo y Logroño le deben mucho, es uno de los mayores activos del partido a nivel nacional».
No sólo hacia la alcaldesa lanzó alabanzas Escobar. Aunque no quiso pronunciarse sobre la clase de equipo que quiere reunir en torno a su candidata, aprovechó para definir en términos hiperbólicos al actual grupo de Gobierno («Un equipazo», enfatizó) y para lanzar una serie de ideas que pretende que vertebren la campaña hacia las locales de mayo. En especial, una noción que reiteró machaconamente a lo largo de la entrevista: postularse como un candidato próximo a las necesidades de los ciudadanos. «El sello de la campaña será el contacto cercano con el vecino», avisó. «La política municipal», prosiguió, «requiere capilaridad y atención al detalle, casi al microdetalle».
¿Y cómo se plasma este puñado de buenas intenciones en la gestión diaria? Mediante la otra palabra mágica que con mayor frecuencia aparecía en su discurso. La palabra diálogo. «Quiero dialogar con todo el mundo y huir de planteamientos exagerados o aparatosos», una mención que parecía dirigida a Vox, el nuevo actor que reclama su trozo del pastel electoral. Hacia cuyos postulados lanzó implícitamente otra declaración de intenciones: «Frente a otros partidos, nosotros tenemos una posición muy ventajosa en el PP: por un lado, la gran gestión que han hecho Gamarra y su equipo, que ha sido muy solvente, aunque a nuestra candidatura también le ayuda la marca de nuestro partido». «Eso te da mucha fortaleza», observó, ante de explorar otro mensaje que insistirá en reivindicar en estos días de precampaña: su capacidad para cerrar acuerdos con fuerzas políticas divergentes.
Se trata, según su punto de vista, de combinar su pretensión de liderar una candidatura «que va a salir a ganar» con la flexibilidad necesaria para ajustarse a la atomización que hoy preside el mapa político. Apelando por lo tanto a su experiencia reciente como miembro de un Gobierno que ha tenido que recurrir a los pactos para sacar adelante sus medidas más relevantes en el Parlamento, «donde mediante el diálogo hemos conseguido contribuir a mejorar la calidad de vida de los riojanos: «El respeto entre todos tiene que ser clave en este momento de alta intensidad política», señaló.
De haber sido elegido sólo unos días antes como candidato por Logroño, Conrado Escobar se hubiera subido el martes a la tarima donde otros siete compañeros de su partido escoltaban a Pablo Casado, de visita en La Rioja para proclamar a los siete candidatos conocidos (falta Torrecilla) por otras tantas cabeceras de comarca. Todo hombres, por cierto. Una imagen curiosa que casa bien con una coyuntura política pródiga en rarezas: su nombramiento como cabeza de lista cupo ayer en las breves líneas (también ocho: el número mágico) que le dedicó su partido.
Ni comparecencia ante la prensa ni foto oficial ni declaraciones de los líderes del PP riojano, que evitaron pronunciarse sobre su designación. Porque el ecosistema político vive tiempos tan extraños que en los escaños de las Cortes muy bien pudieran sentarse tres mujeres procedentes del Ayuntamiento al que Escobar aspira: Gamarra, María Marrodán y María Luisa Alonso.
En sus declaraciones, Escobar evitó profundizar en la curiosa manera de alcanzar la candidatura al Ayuntamiento de Logroño, una sucesión de piruetas que se inició con su derrota ante Gamarra en diciembre, cuando la ahora aspirante a las Cortes fue elegida por Casado en su perjuicio, a pesar de que contaba a su favor incluso con el aval del comité electoral de su partido. Lejos de ensimismarse en los curiosos vericuetos que traza la vida política, el todavía consejero del Gobierno riojano, un veterano de la política riojana, prefirió resaltar aspectos como su «orgullo» (palabra que citó varias veces) por liderar la lista que pretende convertirle en alcalde «de la ciudad donde nací y donde me he criado». «No hay más alto honor en política que servir a los vecinos en el Ayuntamiento», insistió. De ahí, de esa reivindicación del trabajo municipal desde las siglas del PP, no quiso moverse Escobar. Ni siquiera cuando se tomó unos segundos de silencio preguntado si su proclamación como candidato le compensa los sinsabores de los últimos meses: «En política hay que hacer bien lo que toca en cada momento».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.