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El Ayuntamiento cumplirá la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja por la que tiene que devolver a la calle Alcalde Emilio Francés su anterior denominación, la de Teniente coronel Santos Ascarza, pero a la vez tramitará nuevamente el cambio de nombre para ... volver a dedicar la vía al que fue alcalde logroñés entre el 1 de enero de 1918 y el 1 de abril de 1920 y que fue asesinado en 1936 cuando era gobernador de León ¿Por qué este trajín? La sala de lo contencioso del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja dice que no encuentra que, en este caso, exista motivación que justifique, desde la perspectiva de los conceptos del artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica, que el mantenimiento del nombre de la calle constituya una exaltación de la sublevación militar, de la guerra civil o de la represión de la dictadura. Dice además el tribunal que la decisión de modificar la denominación se debe a la asunción sin cuestionamiento de una propuesta «sin que consten en ella las razones por las que considera procedente el cambio, tampoco se piden explicaciones a los proponentes y no se realiza una labor de estudio» a la luz de los términos del artículo 15, «pues son estos y no otros los que justifican el cambio acordado por el Consistorio» en verano de 2018. «No hay referencia alguna en el expediente a la participación de José Santos Ascarza en la sublevación del 36 ni dato que avale la participación en la guerra civil o en la represión de la dictadura hasta su muerte en 1943», alega el tribunal.
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La sala de lo contencioso se ha pronunciado a cuenta del recurso que interpuso la asociación Colectivo Familiares Caídos en Rusia, que en primera instancia perdió, pero ahora ha logrado lo que quería.
Lo que va a pasar es que el Ayuntamiento -«queremos ser muy ejecutivos», ha dicho este lunes la concejala encargada, Eva Tobías- va a tramitar un nuevo nombre de calle, el de Alcalde Emilio Francés, pero esta vez no va a hablar de memoria histórica ni de José Santos Ascarza, sino que va a hacer hincapié en la figura de Francés y en sus méritos para contar con una calle en la ciudad. La intención es que no se lleguen a descolgar las placas actuales, las que llevan el nombre del alcalde liberal. Y ello porque los ayuntamientos tienen la posibilidad de poner nombre a sus calles sin necesidad de recurrir a la Ley de Memoria Histórica. Forma parte de las tareas que esta administración, la local, tiene encomendadas.
Para la concejala Tobías, encargada del asunto por la baja del edil de Participación Ciudadana, Kilian Cruz-Dunne, la sentencia confirma que, en su momento, el cambio no se fundamentó bien y que «no se hicieron bien las cosas», por lo que ahora se llevarán a cabo de otra manera.
La edil recordó que los trabajos para cambiar las denominaciones relacionadas con el franquismo se iniciaron en 2010 y que, pese a que hubo años suficientes, la actual Corporación se encontró, ya en 2019, seis calles sin renombrar, así que los empeños se centraron en modificar estas nomenclaturas y en poner nombres de mujer para tratar de paliar uno de los déficits clamorosos del callejero logroñés. Santo Ascarza perdió su calles a la vez que los Defensores de Villareal y que Primo de Rivera, en 2018. Los nombres nuevos se trataron incluso en asambleas vecinales.
El último cambio de nombre por su relación con el franquismo, aunque este no le tocó al Ayuntamiento, sino a Educación, fue el del colegio Ana María Matute, ante Juan Yagüe, que seguramente no habría llegado de no ser porque unos meses antes la calle dedicada al carnicero de Badajoz, la calle General Yagüe, pasó a dedicarse a Rosa Chacel en febrero de 2020, aunque la placa se renovara algo más tarde a cuenta de la pandemia. A la vez, se sumaron al callejero Pilar Salarrullana por García Morato; Luisa Marín Lacalle por Milicias; María Zambrano por Víctor Pradera, Solidaridad por Jorge Vigón y Diversidad por Alférez Provisional. En cualquier caso, y porque sí, por sus méritos, también se añadieron al callejero, por ejemplo, los nombres de la música alfareña María Dolores Malumbres, junto al puente de Piedra, en una calle cuyo rótulo ponía Carretera de Navarra, o de Margarita Salas para dejar de usar Travesía de Piqueras. Adolfo Suárez fue el nombre que se adjudicó a la plaza del Palacio de Justicia, de nueva creación; y Felipe VI, al parque del soterramiento, por la misma circunstancia. La que fue concejal Concha Pérez Santo Tomás también se hizo con un huequito frente a la iglesia Santa María de Palacio.
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