Secciones
Servicios
Destacamos
Como un plato de tu comida favorita. Como un helado cuando el sol aprieta y los termómetros no bajan de los cuarenta grados. Así está saborenado la Unión Deportiva Logroñés lo que consiguió el pasado sábado: devolver al fútbol riojano a Segunda División veinte años después. El club está fuera de ese pozo que en muchas veces parece no tener fondo que se llama Segunda B y no quiere volver a él. Su objetivo es tener siempre la cabeza fuera, como el capitán Miguel en la fotografía que ilusitra este reportaje.
Y es que tan importante es hacer bien el trabajo como disfrutar cuando las cosas salen bien. Y si lo que se ha logrado es el ascenso a Segunda División tras once años de existencia del club, la plantilla del Logroñés tiene motivos más que sobrados para festejarlo. Incluso si se logra después de ciento veinte minutos de partido y una ronda de penaltis no apta para cardiacos.
Noticias Relacionadas
Pablo Álvarez
Eloy Madorrán Málaga
Lógicamente, la fiesta empezó en el vestuario, con ducha a Sergio Rodríguez incluida. Es tradición y hay que mantenerla. La celebración continuó en el autobús con cánticos y saludo a los valientes que esperaban para felicitar a los jugadores. Antes de montarse hubo tiempo para echar un bocado y llamar a familiares y amigos. Muchas emociones que se disfrutan el doble cuando se comparten con las personas que te importan.
Hubo dos madrugadas blanquirrojas. La larga fue para los más cansados. La contenida. Un detalle en el hotel y a dormir para reponer fuerzas.
Por su parte, la madrugada corta se prolongó en el reservado de alguna discoteca. Fue otra prórroga como la de La Rosaleda, pero sin tanta emoción.
La expedición blanquirroja se despertó este domingo con una gran sorpresa. Félix Revuelta cambió la hoja de ruta prevista por el equipo. La ocasión lo merecía. Todos al autobús. El único que conocía el destino era el chófer. ¿A dónde iremos? Pronto salieron de dudas. El presidente y propietario del equipo había organizado un domingo distinto, de celebración especial. Para ello, Revuelta reservó una comida en el Opium Beach Club de Marbella.
De la sorpresa se pasó a la admiración. Plantilla, directiva, cuerpo técnico y staff descubrieron un complejo con restaurante, piscina, acceso directo a la playa, escenario para actuaciones... El lujo marbellí.
Antes de que los camareros comenzaran a servir la comida, Félix Revuelta dirigió unas palabras a los jugadores. Fue el momento de felicitar a toda la expedición por el ascenso a Segunda División. Un año muy duro por todo lo que ha sucedido (y está sucediendo) con el coronavirus, que no pudo tener mejor cierre con la victoria ante el Castellón en un partido agónico, tras una prórroga y la tanda de penaltis.
No estaba presente el trío de jurados de Master Chef para gritar: «Camareros, por favor. Vamos sacando los platos». Pero lo cierto es que empezó a llegar la comida a los comensales. Había de todo, y todo bueno. No faltaron las raciones de carpaccio, sushi o unos buenos solomillos. Y para terminar, un buen postre.
Con los deberes ya hechos y después de una buena comida, la tarde de este domingo era para desconectar y pasárselo bien. Bastante se sufrió la noche del sábado en La Rosaleda.
Y desde luego, si de pasárselo bien se trata, el Opium Beach Club es un sitio perfecto. Camas redondas grandes rodeando una piscina para poder relajarse tomando una consumición o salida a la playa. Alternativas para el gusto de cada uno.
La expedición blanquirroja cierra este lunes una fructífera estancia en Málaga que se ha saldado con el ascenso a Segunda División. Y con algo más importante: una región celebrando el éxito del equipo de su tierra.
Lejos en el tiempo queda el 18 de julio del 2019, cuando Sergio Rodríguez recibía a la plantilla en el Mundial 82 para comenzar la pretemporada. El objetivo era el ascenso. Ambicioso pero posible.
El equipo regresa este lunes a Logroño con la satisfacción plena. Objetivo cumplido y ahora a pensar en el siguiente reto. Hay muchas cosas de las que hablar: nueva competición, altas y bajas, renovaciones, campaña de abonados, refuerzo de la estructura del club para adecuarla al fútbol profesional, implicación de la sociedad riojana, apoyo de las administraciones, presupuesto, calendario de pretemporada... Todo un apasionante reto por delante.
Entre los directivos y los jugadores del Logroñés hay preocupación por las imágenes que se pudieron ver de la celebración del sábado por la noche en toda la capital. Las llamadas a la calma y a los festejos comedidos parece que no han surtido efecto. Por ese motivo, el plan de regreso a la capital riojana se mantiene en secreto.
El Logroñés llega este lunes a casa y no está previsto ningún tipo de acto oficial de bienvenida. Nada de aglomeraciones como la de la fuente de Murrieta.
Sí que se están cerrando las clásicas recepciones en las administraciones. Tanto Concha Andreu, presidenta del Gobierno de La Rioja, como Pablo Hermoso de Mendoza, alcalde de Logroño, tienen intención de recibir a los campeones. Ya estuvieron el pasado martes en las instalaciones del Mundial 82, durante el último entrenamiento de los blanquirrojos antes de partir hacia Málaga, deseándoles suerte. La presidenta les pidió que volvieran con el ascenso e igual de sanos que se marcharon. Objetivo cumplido.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.