Málaga no rescata a la UD Logroñés

El conjunto que entrena Sergio Rodríguez cogió el aire al partido antes que su oponente, aunque fue al anfitrión el primero en llegar con claridad. Un disparo de Cristian desde la frontal, un cabezazo de Escassi y un saque de esquina al primer palo de Luis Muñoz que puso en dificultades a Dani Giménez hicieron presagiar movimientos en el marcador. Sin embargo, la alteración llegó desde los despachos, desde el VAR. Una acción que pasó desapercibida para Moreno Aragón acabó con la expulsión de Rahmani por un manotazo a Iñaki. Era el minuto 35 y se abría el escenario perfecto para romper la dinámica y ganar.

Sergio Rodríguez había vuelto a un once muy reconocible, con Iñaki en el lateral, Andy en la medular por detrás de Bogusz y Leo Ruiz en punta de ataque. Las bandas las dejó para Paulino y el polaco, mientras que intentó dotar de recuperación al eje con Jaime Sierra. Muchos cambios una vez más.

Aún con diez el Málaga, a la UD Logroñés le costó cambiar la inercia, pero lo hizo. Iñaki apareció en más ocasiones y con más peligro. YAndy. Fundamental. Dio un paso adelante y cambió las caras blanquirrojos, Habían advertido Bogusz y Leo, pero fue Andy el primero en testar el portal local. Su primer intento se perdió a la derecha del poste; el segundo se estrelló en él. Lo que parecía el inicio del camino hacia la victoria fue el final.

La UD Logroñés un equipo saneado en lo deportivo, pero tocado en lo anímico. El ritmo del balón se ampara en su desánimo. Lento y previsible, Ysegún quien inicie la jugada, erróneo. Así, el Málaga no sufrió en ningún momento. No hizo sacar la lengua a su defensa. Sin movimiento lateral no hay desajustes. Los riojanos no entendían el partido. No había conexiones claras ni por dentro ni por fuera y sí ausencia de ideas y precipitación. Paulino dejó su sitió a Zelu en el carrusel de cambios ofensivos que se apreció. Hombre por hombre, Con el andaluz y Siddiki quería ensanchar el partido, pero es necesario que el jugador lo entienda. No hubo ensanche. El Málaga se bastaba con dos líneas ordenadas. La UD Logroñés se embarulla por dentro y por fuera renunciaba a la superioridad del dos contra uno. Ycuando apostaba por ella, se elegía mal el momento. Diez fueras de juego en un partido parten a cualquier equipo en ataque. Leo Ruiz, entre otros, debe corregir esta faceta de su fútbol.

Así pasaban los minutos, sin un guion claro que cumplir, porque nadie está exento de un borrón y ayer, como reconoció el técnico en rueda de prensa, se echó más de un borrón en el escrito, comenzando por él. Abrió el campo con nombres, pero no con juego, por lo que Roni y Vitoria tuvieron que salir de la guarida para ganarse la vida. En una de esas que el vasco permaneció en el área marcó un golazo con su prodigiosa testa, pero el VAR dejó claro que era fuera de juego, algo que ya había apreciado el asistente.

El problema no fue de definición, sino de creación. El exceso de ruido no deja escuchar. Y la UD Logroñés es un equipo con exceso de ruido. No nacía bien el ataque. Crecía cuando Andy daba ese paso, pero no puede multiplicarse. Y Sierra da excesivas vueltas a la salida del balón y con querencia a jugar hacia atrás. Ahora bien, no fue el único que no entendió el partido. Las mentes están bloqueadas. Ayer el miedo a perder anuló la ambición por ganar en una situación única. Llegan las vacaciones. Lo mejor que le puede pasar a este equipo. Hay muchas veces que es mejor no hacer nada.