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Lo decía Sergio Rodríguez en la previa. Un UD Logroñés-Mirandés suena a derbi. Parece que llevan toda la vida jugando el uno frente al otro. El burgalés es un club reconocido y apreciado en el fútbol riojano, estuvo adscrito además a la Federación ... Riojana, por lo que no le faltaba razón al técnico logroñés cuando afirmó que el choque de este sábado tenía algo más de especial, que tocaba más de cerca, que otros partidos de la Segunda División, por mucha alegría que dé ver a los blanquirrojos enfrentarse en la categoría de plata a históricos como el Málaga, el Rayo Vallecano, el Espanyol o Las Palmas.
La pena es que la pandemia de coronavirus ha evitado que el primer partido de 2021 tenga ese color peculiar, diferente. Este sábado era día para que Las Gaunas y Logroño vivieran un ambiente especial, en plenas fechas navideñas, con aficionados de ambos equipos por las calles y los bares de la capital riojana y con las gradas pobladas de gente, como anticipo de la llegada de los Reyes Magos dentro de tres días, en helicóptero, a un Municipal repleto de niños nerviosos, emocionados y ansiosos de que sus majestades les dejen los regalos por la noche, junto al árbol de Navidad.
Ninguna de las dos cosas van a suceder este año. Este sábado se jugó a puerta cerrada y los seguidores de la UD Logroñés tuvieron que ver por la televisión ganar a su equipo sobre el recién estrenado césped. Cierto es que el tiempo no acompañó y Logroño vivió un día que amaneció precioso por la nieve caída a lo largo de la noche pero desapacible por el intenso frío vivido a lo largo de toda la jornada.
El panorama fue totalmente distinto a lo deseado. Las hinchadas no pudieron gozar del encuentro en directo; el nuevo césped no aguantó las embestidas climatológicas y el partido fue un ejercicio de supervivencia más que un ejemplo de fútbol ligado y estético. Así, lo que podía haber sido un partido divertido, con una UD Logroñés buscando la primera victoria del 2021 y el triunfo que llevaba sin catar demasiado tiempo, con un Mirandés que es un visitante valiente, se quedó en ese regalo que no se parece demasiado al pedido en la carta a los Reyes. Al menos, los tres puntos se quedaron en casa, que era de lo que se trataba y lo que verdaderamente importaba.
Pero este sábado las gradas estuvieron vacías un vez más y tampoco el 5 de enero habrá niños, padres y abuelos dando un calor enternecedor a Las Gaunas. Ojalá se pueda repetir esta misma situación el año próximo y que vuelva a haber derbi en Segunda (así lo deseó Sergio Rodríguez tras el choque), será la mejor de las noticias. Y que el coronavirus desaparezca o, al menos, se controle para que se viva el ambiente que se merece este partido, con aficionados en las gradas... y con niños llenando el campo para recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar en un abarrotado Las Gaunas. Como debe ser.
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