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Una 'ley ómnibus' es el término parlamentario para definir un cajón de sastre: una norma que introduce modificaciones en una variopinta gavilla de asuntos que no tienen nada que ver entre sí. Todos los años, junto a la ley de Presupuestos, se suele aprobar un texto de tipo en la que los gobiernos a veces tratan de colar de tapadillo subidas de tasas, retoques fiscales y otras medidas menos vistosas.
Resulta mucho menos habitual encontrarse con una ley de este tipo a mitad de año. El Partido Popular, sin embargo, ha impuesto su mayoría absoluta para sacar adelante una norma 'ómnibus' que incluye modificaciones en otras quince leyes vigentes. En principio iban a ser trece las normas afectadas, pero sendas enmiendas del PP han elevado esta cifra hasta la quincena.
En ese nuevo paquete se encontraba la disposición que más cola ha traído en los últimos días: la autorización a la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) de impartir enseñanzas presenciales. Durante el debate, todos los grupos de la oposición se han mostrado enojados no tanto por el contenido en sí del artículo como por las formas elegidas para su tramitación. Desde la bancada socialista, su portavoz, Javier García, ha reprochado la celeridad: «Ustedes no han hablado ni con los grupos parlamentarios, ni con los agentes sociales, ni con la comunidad educativa. Con nadie. Es una ley que hubiera merecido un debate monográfico, con la posibilidad de una discusión completa, seria y rigurosa. En este Parlamento nacieron las dos universidades y en este Parlamento deben modificarse, pero escuchando a todos». García ha puntualizado que el PSOE «no tiene nada en contra del crecimiento de la UNIR», pero ha defendido «priorizar todo lo que tenga que ver con la UR».
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Tampoco Henar Moreno (Podemos-IU) era complaciente con los modos: «Corren ustedes como gacelas cuando la UNIR pide algo. Yo ni siquiera estoy a favor o en contra de esta disposición, pero creo que no son formas. Si se quiere modificar la ley de creación de la UNIR debería hacerse con un trámite normalizado, que permita la presencia de expertos y también de gente de la universidad pública que nos adviertan de las consecuencias que esto puede suponerles». Moreno ha afeado al Gobierno que, aunque directamente no financia a la UNIR, sí lo hace de manera lateral: «Como en la universidad pública es casi imposible acceder al Máster de Profesorado, cuyo coste está establecido en unos 2.000 euros, acaban yéndose a la privada, cuyo coste alcanza los 8.000 euros. Por eso hablo de que indirectamente también están financiado a la privada».
En la orilla de Vox, aunque defendían la disposición y finalmente votaron a favor, se unieron a las críticas por su tramitación urgente. «Es de justicia adaptar que se adapte la ley a la normativa estatal del año 2021, pero pensamos que la UNIR no se merece que se modifique de tapadillo. Hacerlo por la puerta de atrás puede generar dudas y sospechas cuando no existe motivo para ello», ha advertido Ángel Alda.
La portavoz del PP, Cristina Maiso, ha justificado la 'ley ómnibus' por la necesidad de actuar «con agilidad y precisión quirúrgica sobre cuestiones legales cuya modificación requiere de una cierta urgencia». Sus palabras han sido más tarde refrendadas por el presidente del Gobierno, Gonzalo Capellán, que ha subido al atril para defenderse de las críticas, vertidas por el PSOE e IU, de haber despreciado a la Universidad de La Rioja: «Sus palabras suponen una refutación absoluta de los hechos. La UR está perfectamente financiada. En los presupuestos regionales de este año se le destinan 51,4 millones de euros, la cantidad más elevada de la historia. Sin embargo, el Gobierno de España aprobó la LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario) sin memoria económica. En La Rioja su implantación exige 1,4 millones de euros, que ya han sido garantizados por este Ejecutivo. Es dinero que tiene que ver con la estabilización de plazas, con la mejora de la situación del profesorado... Mientras tanto, el Gobierno de España ofrecía solo 170.000 euros. Obligan por ley, pero luego dan una cantidad irrisoria».
Además de defender su compromiso con la Universidad de La Rioja, cristalizado en el impulso a los estudios de Medicina, Capellán ha elogiado el desempeño de la UNIR y ha criticado las dudas que despertaba en el PSOE desde su fundación: «Cuando se debatió su creación en La Rioja, ustedes dijeron que ese proyecto escondía solo un proyecto inmobiliario, que era una tapadera, que no tenía ninguna garantía financiera, que no era solvente y que no tenía viabilidad económica. Quince años después, tenemos a la empresa con mayor creación de empleo de toda la comunidad autónoma y la segunda en facturación. Para ser un proyecto poco serio y una tapadera... Podrían decírselo a todos los riojanos que trabajan allí. Hasta el señor Sánchez, cuando visita Iberoamérica, va de la mano de la UNIR. Lo quieren esconder en las formas, pero siempre se oponen a un proyecto que crea riqueza. Es la carencia de visión de región y de visión de futuro».
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