El turismo en La Rioja busca más visitantes extranjeros para crecer entre semana y elevar el gasto

«La enogastronomía, el turismo rural y de naturaleza, el cultural y el de incentivos y congresos son los pilares fundamentales de nuestra estrategia», confiesa la directora de Turismo del Gobierno regional. Sobre estos ejes, considera, ha de pivotar el sector, no por capricho sino por el convencimiento de que «pueden contribuir a reportar riqueza al territorio». El binomio vino-gastronomía «nos sitúa como una referencia nacional e internacional»; el turismo cultural –vinculado a la cuna del castellano– «genera estancias largas y tiene el valor de repetición»; y el de congresos «ayuda a la sostenibilidad del sector y a su desestacionalización» más allá de que «deja un nivel de gasto importante», detalla Virginia Borges.

Este escenario «esperanzador» se ve reforzado con el incremento progresivo de viajeros y pernoctaciones que se ha experimentado después del paréntesis de la pandemia, que parece haber quedado atrás después de la remontada consolidada en 2023. Así que ahora la aspiración «tiene que ser mejorar los registros del año pasado» coinciden los diferentes responsables sectoriales y avanzar hacia el millón de viajeros. Los datos del primer cuatrimestre muestran ya ese camino, con la cifra más alta de turistas de la última década en ese periodo enero-abril, incluso por encima de un 2017 aún recordado, y cerca también del récord de pernoctaciones.

«Esperamos rondar en verano entre el 85% y el 90% de ocupación, pero en los últimos años está habiendo mucha reserva a última hora que siempre eleva ese porcentaje», señala José Joaquín Sanz, presidente de la Asociación de Casas Rurales de La Rioja (Ascarioja). Con unas expectativas similares se manejan los campings, que esperan, eso sí, una meteorología favorable. El reto pasa ahora por tener actividad «con mayor regularidad», dice Sanz, no solo los fines de semana sino también de domingo a jueves. «Tenemos que aspirar a las estancias de dos noches –en el caso de los hoteles–, va a costar conseguirlo pero tiene que ser un reto de legislatura», apunta Demetrio Domínguez, máximo responsable de la patronal de hoteles integrada en la Federación de Empresas de La Rioja.

Crecer en pernoctaciones supone elevar el gasto por turista –en los propios alojamientos pero también en otro tipo de empresas, comercios, servicios...–, el segundo gran objetivo del sector. Y ambas pretensiones confluyen en una tercera que también se ha convertido en prioritaria: atraer a más clientes extranjeros, con un poder adquisitivo a priori más elevado. «Hacen falta campañas de promoción agresivas y que perduren en el tiempo, existe una competencia feroz y hay otras comunidades como País Vasco, Navarra, Cantabria o Asturias que tienen una oferta muy potente», recuerda Sanz.

Llegar a todos los mercados es misión imposible porque los recursos, públicos y privados, son limitados pero parece existir el mismo criterio en el Gobierno y las patronales a la hora de identificar al turista internacional que más 'conviene' a La Rioja. Franceses, ingleses y alemanes, en el continente europeo, son junto a norteamericanos los mejores clientes «y en ellos hay que incidir, sin olvidar por supuesto el mercado nacional» –sostiene el portavoz de Ascarioja– donde madrileños, catalanes y vascos acaparan el 60% de los visitantes españoles. «Pero tenemos el problema de las infraestructuras, que es un lastre para nuestro sector turístico», lamenta Susana Díaz, presidenta de la Asociación de Viviendas de Uso Turístico. La Rioja, añade, «tiene mucho tirón, sobre todo con las bodegas como banderín de enganche, pero luego cuesta llegar».

El mundo del vino, unido a la gastronomía, tiene que ser «la locomotora que tire del resto de vagones», en palabras de Virginia Borges. «Las bodegas están haciendo un trabajo extraordinario», refrenda Díaz, «pero también el resto de iniciativa privada». En este sentido, Domínguez opina que La Rioja «tiene todavía mucho recorrido y hay grandes expectativas», para este verano en particular –aunque las reservas en hoteles y viviendas turísticas van «más lentas»– y para más adelante. «Tenemos que crecer, pero no tanto en número estadísticos sino en realidades de lo que nos importa. No queremos un parque turístico donde solo hacemos cola para disfrutar de las atracciones, queremos un turismo sostenible y respetuoso con nuestro territorio y con quien lo habita durante todo el año», añade el presidente de la patronal de hoteles.

Los agentes del sector tienen claro que «no se puede matar la gallina de los huevos de oro», considerando al turismo como ese generador de actividad, riqueza y empleo. El riesgo de masificación que existe en otros puntos de la geografía nacional «no lo hay en La Rioja», señalan. Al contrario, porque precisamente en verano se comprobará cómo los pueblos, vacíos durante muchos meses del año, cobran vida con los turistas. «El 65% de los visitantes de nuestras casas rurales repite tras la primera experiencia», se congratula José Joaquín Sanz. «Hay que seguir fidelizando clientes», concluye.