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El propósito de todo estudiante es pasar de curso sin asignaturas pendientes, pero no siempre ocurre así. Los esfuerzos de última hora no suelen ser suficientes para aprobar aquellas materias que se han llevado arrastrando a lo largo de todo el año y la recompensa ... de las sesiones maratonianas de estudio 'in extremis' no siempre llega, de ahí que a muchos chavales no les queda otro remedio que empezar un nuevo curso con más materias de las que hubieran deseado inicialmente.
El último informe estadístico del Ministerio de Educación con datos del curso 2015-2016 revela que de media el 29,2% de los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria -casi tres de cada diez- que pasa de curso lo hace con alguna materia sin aprobar. El resto de los que promocionan, que representan prácticamente el 85% de todos los que se matriculan -el 15% se queda por el camino- lo hace sin tener ningún tipo de 'lastre'.
Claro que la situación no es igual en todos los niveles de Secundaria. En primero, de acuerdo con los datos del departamento que dirige Íñigo Méndez de Vigo, del total de los 3.372 alumnos que se matricularon en el curso al que hace referencia el informe, es decir, 2014-2015, al final promocionaron 2.850 aunque de estos, 1.945 (el 57,6%) lo hicieron con todo aprobado y 905 (el 31,7%) con alguna materia suspensa.
El porcentaje de estudiantes que arrastra materias apenas varía en el resto de cursos de Secundaria salvo en cuarto. Al llegar al final de esta etapa educativa, la última obligatoria en el sistema español, la tasa de chavales con suspensos que pasa a Bachillerato o a Formación Profesional se reduce notablemente. En concreto, en el año en cuestión, de los 2.540 alumnos matriculados en el último curso de ESO, 2.213 (84,45%) promocionaron, 1.663 de ellos (75,1%) lo hicieron 'limpios' y 550 (24,8%) con suspensos.
Lo cierto es que no aprobar todas las asignaturas no es impedimento para pasar a Bachillerato o a otros estudios. Aunque con la Lomce se endurecían los requisitos para promocionar de nivel y además una evaluación externa a final de curso, popularmente conocida como 'reválida', condicionaba la obtención del título de ESO, en la práctica el Gobierno paralizó las reválidas, al menos las consecuencias académicas de las mismas, como así ocurre en La Rioja que mantiene la de cuarto de Secundaria pero con carácter de diagnóstico y sin ningún efecto en el curriculum del estudiante. Además, el Ejecutivo de Rajoy aprobó en junio pasado un real decreto por el que los alumnos de cuarto de la ESO pueden obtener el título aunque no alcancen el 5 de nota media y aunque terminen la etapa con hasta dos asignaturas suspendidas siempre que no sean al mismo tiempo Lengua Castellana y Literatura y Matemáticas. Estos requisitos, que devuelven cierta laxitud, son los que se mantendrán hasta que los partidos políticos, las autonomías y los agentes sociales logren un pacto de Estado por la Educación que dé a luz una ley que sustituya a la Lomce.
Por sexos, son ellos los que más promocionan con materias sin aprobar, y por centros educativos, en la red pública el porcentaje de alumnos que pasa de curso con suspensos es mayor.
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