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Jubilarse no es una alternativa viable para todos los trabajadores, al menos económicamente. Por mucho que cumplan los requisitos, lo cotizado durante los años trabajados no permite un retiro holgado. Con la escalada de precios, cobrar 800 o 900 al mes de pensión no es ... una opción, así que cada vez son más los riojanos que continúan trabajando más allá de los 65 años. Lógicamente, en este incremento también influye que tras la reforma de 2013 es necesario cotizar más tiempo para alcanzar la edad de jubilación.
Ese año cambiaron las reglas. Hasta ese momento la edad ordinaria para retirarse era siempre a los 65 años, pero tras la reforma se implementaron dos edades que dependían de las cotizaciones acumuladas a lo largo de la vida laboral. Este 2024 la edad ordinaria es de 66 años y 6 meses para quienes hayan cotizado menos de 38 años. Mientras que las personas con más de 38 años cotizados podrán jubilarse a los 65. Esta edad y los años de afiliación necesarios aumentarán a razón de dos meses y tres meses por año hasta 2027. El objetivo para entonces es que la jubilación se alcance a los 67 años con carácter general y a los 65 quienes hayan cotizado más de 38 años y 6 meses.
Las consecuencias tanto de la necesidad de contribuir más como de mejorar la pensión han disparado la cifra de riojanos afiliados a la Seguridad Social, sobre todo en la franja de aquellos que siguen en activo una vez superados los 65. En mayo de 2014 eran 748 y en mayo pasado, 2.886, de los que 1.212 son mujeres y 1.674, hombres. Es decir, en una década prácticamente se han multiplicado por cuatro. De hecho es esta franja de edad la que ha experimentado el mayor incremento porcentual.
La pirámide laboral es también reflejo de la pirámide poblacional que se ensancha en las cohortes de más edad.La población riojana afiliada a la Seguridad Social de más de 45 años representa más del 53% del total, y casi cuatro de cada diez tienen más de 50 años.
Sin duda la reforma del sistema de jubilación tiene mucho que ver en el incremento de la afiliación en el tramo de edad de más de 65 años, pero también hay otras razones de suficiente peso como para prolongar a vida laboral y retrasar el momento de retirarse.
De todos los afiliados, los autónomos son los que demoran más su jubilación. De acuerdo con los últimos datos del pasado mes de mayo de la Tesorería General de la Seguridad Social, el número de trabajadores por cuenta propia que continuaba activo había aumentado un 51% con respecto a los contabilizados cinco años atrás.
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Para Javier Marzo, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos UPTA-UGT, la razón es muy sencilla. El 80% de los autónomos cotizan por lo mínimo, explica, y cuando llega la jubilación es posible que les queden 800 o 900 euros de pensión. Ante esto se plantean la posibilidad de jubilarse cobrando una pensión más baja al tiempo que siguen trabajando siempre que sus ingresos no superen el salario mínimo interprofesional. Además, la cuota que abonan a la Seguridad Social es inferior.
Y dentro de los autónomos, los que más se acogen a esta opción pertenecen al sector servicios, «donde no se requiere un gran esfuerzo físico», señala. Pero hay actividades en las que no es posible o no es recomendable seguir trabajando más allá de los 65 años, es el caso de los fontaneros, los camioneros y los albañiles, que no suelen retrasar su retiro. En general, los que no paran son en su mayoría empresas pequeñas, los «autónomos natos», define Marzo.
Fernando Melchor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de La Rioja (ATA), cree que el principal motivo por el que los autónomos retrasan la jubilación es que ellos han creado «una criatura» en la que han estado trabajando durante décadas y «les cuesta mucho dejarla si no tienen relevo generacional, y si la salud les permite seguir desarrollándola y estar al cargo de la misma, les cuesta más porque es a lo que se han dedicado de manera continuada toda la vida».
Sin embargo, apunta, hay otros autónomos que desean que llegue la jubilación bien porque la última crisis económica derivada de la pandemia les golpeó fuerte o porque sufren diferentes problemas, sobre todo de salud.
Hasta ahora los autónomos pueden compatibilizar la jubilación con la actividad cobrando el 50% de la pensión, una buena opción especialmente para aquellos empresarios que tienen empleados a su cargo.
No obstante, el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social ha puesto sobre la mesa un cambio de las reglas que ha despertado la polémica en los últimos días ya que plantea reducir hasta el 30% el primer año lo que se cobra de pensión con la jubilación activa y con dos años, un 40% «con lo cual estaríamos rebajando el incentivo real del autónomo para seguir desarrollando su actividad».
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