Dos detenidos y seis investigados por extorsión sexual a vecinos de Logroño

Los autores mandaban fotos y vídeos de mujeres desnudas que pertenecían a plataformas de contenido sexual y que en ningún caso se trataba de las propias interlocutoras que en realidad eran hombres de mafias especializadas en este tipo de extorsiones que están constantemente buscando víctimas.

Una vez que poseían el material íntimo suficiente de sus víctimas pasaban a la extorsión y remitían mensajes desde teléfonos en el extranjero o desde las propias redes sociales amenazando con publicar el contenido si no pagaban determinadas cantidades de dinero. Al mismo tiempo se hacían pasar por supuestos 'proxenetas' y les amenazaban con llevar a cabo agresiones físicas. Primero exigían una cantidad inicial y después continuaban reclamando dinero hasta que la víctima ya no podía pagar más.

También exigían a sus víctimas que comprasen tarjetas de prepago electrónicas para impedir su rastreo posterior o utilizaban cuentas bancarias abiertas en el extranjero. Otra de las formas de pago empleadas era a través de bizum.

Sobre este método de pago, la Policía Nacional advierte de que en ocasiones los autores se valen de personas, llamadas mulas, a las que captan con la excusa de presuntas inversiones en criptomonedas sin que sepan realmente de dónde procede el dinero que se prestan a recibir.

Según detalla la Policía Nacional en una nota de prensa, este tipo de delitos suelen ser frecuentes, aunque muchos de ellos no son denunciados debido al miedo que la víctima sufre por las amenazas que reciben en caso de que no paguen. A ello se suman que sienten vergüenza por tener que denunciar hechos de índole sexual. Así, los extorsionadores exigen todo el dinero posible hasta que la víctima ya no puede más y acude a una comisaría.

Ante este tipo de casos, añade el comunicado policial, se recomienda no pagar ni ceder ante las amenazas ya que en casi todos los casos los autores son personas desconocidas que se aprovechan de la situación de vulnerabilidad en la que queda la víctima, se encuentran a cientos de kilómetros y lo único que persiguen es obtener la mayor cantidad de dinero posible. Además, el hecho de pagar no implica que finalmente no publiquen los contenidos íntimos, por lo cual se recomienda avisar al entorno personal de esta situación y después denunciar la situación.