¿Cómo descubrió la Policía a los acusados de asesinar a Isam?

El agente ha descrito cómo a las 10.30 horas del 7 de abril una llamada del Hospital San Pedro dio inició a la búsqueda. Isam se debatía entre la vida y la muerte. Sus agresores le habían quitado tanto que los médicos entonces no sabían ni su nombre.

Unos agentes se trasladaron al San Pedro y mediante la toma de huellas dactilares pusieron la primera pieza al rompecabezas. La víctima ya era Isam Haddour. Y los acontecimientos se van desenredando a golpe de intuición y trabajo. «Nos pusimos en contacto con el padre de Isam y nos dijo que había ido a Logroño en bicicleta, de la que nos aportó una foto. También hablamos con la expareja de Isam», ha señalado. El último de sus conocidos que lo vio con vida, a las 23.05 horas del 6 de abril en el entorno de la calle Vitoria, puso sobre la mesa las circunstancias, la ubicación espacial y las intenciones del repartidor de Oyón. «Lo vio perjudicado e Isam le dijo que no iba a ir a Oyón, que dormiría en casa de un amigo», ha relatado el policía.

Para discriminar datos de esa noche, los agentes pidieron los partes de actuación de Policía Local durante esas horas, con el toque de queda ya en vigor, y les llamó la atención la identificación de cinco personas (tres varones y dos menores) en Portales. «Solicitamos las cámaras de la Biblioteca y nos muestran al grupo viniendo desde el parque del Ebro», ha recordado.

El parque del Ebro, donde Isam pasó la noche inconsciente, sin abrigo y moribundo. Otra pieza más. «En el vídeo vimos que había una persona más, a la que ya conocíamos, y la bicicleta, que coincidía con la foto que nos mandó el padre de Isam», ha incidido. Y también la cazadora. Uno de los que deambulaban por Portales llevaba «la misma cazadora que portaba Isam, porque el hermano nos mandó una foto de Isam de esa misma tarde».

La otra gran pieza que cerró el círculo fue la detención esa misma noche y en la calle Clavijo de Andrés Felipe, por robo con violencia en una obra. «La cámara de vídeo de los precalabozos nos muestra a Andrés Felipe con la misma cazadora. Y en el registro de su pertenencias llama la atención que lleve dos puestas», ha recordado.

Con los indicios existentes se procede a la detención de Andrés Felipe y luego de Sergio. Al mismo tiempo, la Policía Nacional solicitó tres registros en domicilios. En la casa de César Salvador, otro fogonazo esclarecedor. «Su padre le preguntó qué había hecho, por qué lo detenían y el respondió: 'Por asesinato. Se ha muerto el jambo'».

En los registros también se localiza ropa manchada de sangre a causa de la paliza a Isam y se intervienen los móviles, tanto de los cuatro acusados como de las dos menores. «Había conversaciones muy esclarecedoras», ha asegurado el investigador. Conversaciones como las de la menor que ha sido la primera en declarar este martes. Y otras brutales.

El agente de la UDEF ha recordado una en el móvil de César, que entre exclamaciones de «oe, oe, oe» y «expresiones de euforia, resumía la mortal paliza: »No veas cómo me he dejado la mano«.

La sangre fría fue tal que César, en una última muestra de cero empatía, quiso vender la cazadora que habían robado a Isam y se puso en contacto con Andrés Felipe a través de Instagram sin saber que este ya estaba detenido. Él sería el siguiente.