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Por si fueran pocas todas las novedades que trae este 'supermes' electoral, las listas riojanas han traído una curiosidad añadida: no repetirá ni uno solo de los ocho parlamentarios riojanos de la última legislatura (congresistas y senadores, dejando aparte el caso del senador autonómico, Pedro ... Sanz). Para todo ellos llega el retorno.
Y en al menos la mitad de los casos, es un retorno total: el que lleva de la política al sector privado (o público). De los ocho parlamentarios y senadores riojanos, cuatro tienen ya decidido dar ese paso.
Algunos regresan a su puesto anterior: en esas están el 'popular' Emilio del Río, que retornará a su puesto de profesor titular de Filología Latina en la Universidad de La Rioja. «En realidad nunca me he desvinculado del todo. En este tiempo he seguido dirigiendo tesis doctorales, dando conferencias, participando en cursos de doctorado...». Para él, en todo caso, «es muy importante que la gente que se dedique a la política tenga un puesto de trabajo. El que sea, que hayan cotizado algo a la Seguridad Social. Es algo muy necesario para el conjunto de la política».
Compañera de partido, la ya exsenadora Francisca Mendiola también deja por ahora el ejercicio activo de la política, aunque aún dirige la Junta Local de su partido en Nájera. Mendiola vuelve a trabajar a su farmacia najerina tras quince años en Madrid.
También preferiría optar por esa opción el socialista Francisco Martínez Aldama, aunque su caso ilustra las dificultades de los políticos de largo recorrido. Aldama dejó en el año 2000 la empresa en la que trabajaba como director de Calidad. Desde entonces ha cambiado la propiedad y ha cambiado varias veces la dirección, y la empresa ni siquiera fabrica lo que entonces fabricaba. «Necesitaría un periodo de adaptación, empezar de nuevo. Y si no, algo habrá: tengo 53 años, una experiencia muy larga y dos manos con las que llevo trabajando desde los 18 años. Seguro que puedo llevar pan a casa», ríe Aldama.
Otro que podría volver a su antiguo puesto es el ya exsenador popular José Luis Pérez Pastor. Aunque sin descartar seguir en política («no me estoy postulando, que quede claro, pero si me quieren, me lo pensaría»), Pérez Pastor se plantea ya volver a su plaza de profesor de Lengua y Literatura en el IES Escultor Daniel de Logroño. Mientras, ha vuelto ya a otra de sus vocaciones, la traducción literaria. «Estoy con un poema romántico inglés, voy por el canto segundo de ocho».
Otros emprenden nuevos caminos profesionales: la diputada por Podemos Sara Carreño tiene previsto estrenarse en el ejercicio de la abogacía en un bufete logroñés. «Nunca se sabe lo que pasará en la vida, pero no quiero pasar más años sin ejercer», explica. Además, Carreño seguirá trabajando en temas relacionados con la igualdad.
Los otros tres parlamentarios tienen casos diferentes. El único que es seguro que siga en la política es el socialista César Luena, situado en un buen puesto en las listas al Parlamento Europeo. Un puesto de salida: «El PSOE va a ganar todas las elecciones que se celebran de aquí a mayo» asegura. Y sobre sus posibilidades, se lo toma con humor: «Si fuera otro el que ocupa mi puesto daría por hecho que va a obtener un asiento, pero al ser yo me da apuro decirlo».
Otras dos parlamentarias salientes, 'populares' ambas, tienen poco claro su futuro, o al menos eso dicen por el momento. Mar Cotelo admite «barajar varias opciones», pero sin nada decidido a día de hoy. Cotelo forma parte del equipo de campaña del PP para las municipales logroñesas, y a partir de ahí, «estoy a disposición del partido, como siempre he estado, para ir donde me han mandado en cada momento».
Y también anda involucrada en las campañas de su partido, sobre todo la de Calahorra, María Teresa Antoñanzas. «Mi plan a corto plazo es ayudar a que salga Pablo Casado, el mejor presidente que España puede tener, y Luis Martínez Portillo, el mejor alcalde para Calahorra». Las listas municipales desvelarán pronto sin duda el futuro próximo de ambas, aunque parece más probable la concurrencia de Antoñanzas en la capital riojabajeña.
Pero ya esté su futuro en el sector privado o en la política, todos ellos coinciden en algo: el tiempo en la 'res pública' que acaban de cerrar ha sido algo «histórico». No en vano, los ocho salen de una de las legislaturas más atípicas de la democracia. Los diputados recuerdan el hito nunca visto de la moción de censura, aunque evidentemente disientan en el diagnóstico. Lo que para los populares fue «una entrada por la puerta de atrás para poner al servicio electoral de Sánchez el aparato del Estado» (Del Río) para los socialistas supuso «la recuperación de un tiempo perdido» (Luena). Pero todos de un modo u otro, señalan el carácter «excepcional» de las jornadas vividas en el Parlamento.
En el Senado también vivieron días marcados por la historia: la aplicación del 155 en Cataluña brota casi espontáneamente de los labios de los cuatro senadores de la pasada legislatura. Lo resume Pérez Pastor: «Fueron momentos históricos, me queda la sensación de poder decir 'yo estuve ahí'. La historia después juzgará lo que pasó, pero esos días no se olvidan».
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