Seis de cada diez delitos que se denunciaron en La Rioja en el 2017 quedaron sin resolver

La Rioja, insisten periódicamente los balances de criminalidad del Ministerio del Interior, es una de las regiones más seguras del país. Durante el 2017 -que se cerró con una tasa de 25 delitos por cada 1.000 habitantes, la tercera más baja del Estado- las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tuvieron conocimiento de la comisión de un total de 7.877 delitos y cerraron el curso habiendo esclarecido 3.160. Esa cifra arroja una tasa de resolución del 40,12% del total de las infracciones penales denunciadas.

La Rioja, en todo caso, no es una excepción en el escenario nacional. Ese porcentaje sitúa a la región en la séptima posición de un teórico ranking nacional de efectividad policial que liderarían Asturias y Canarias, con tasas de resolución superiores al 45%, y en el que también mejorarían los datos riojanos Galicia (43,1%), Extremadura (42,9%), Cantabria (42,1%) y Castilla La Mancha (40,6%). La media nacional, en el 2017, se situó en el 32% y los peores resultados se registraron en las regiones más pobladas: Madrid (24,5%) y Cataluña (26,1%).

Los delitos contra el patrimonio, que engloban hurtos, todo tipo de robos (con fuerza, con violencia, en viviendas...), estafas y daños fueron los más recurrentes en La Rioja durante el 2017. Se denunciaron 5.676, de los que quedaron resueltos 1.205. De ellos, los más complicados de resolver, reconocen fuentes policiales, son los que se cometen a través de Internet. Sobre todo porque «en muchas ocasiones se trata de grupos organizados que están radicados fuera de Europa y acceder a ellos a través de comisiones rogatorias es prácticamente imposible». Desde el grupo de delitos informáticos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional asumen que cada vez son más frecuentes los ciberdelitos, que «hay cientos de formas de ser anónimo en Internet» y que «los delincuentes siempre van un paso por delante en lo que a medios se refiere».

En el mundo real sucede algo parecido con las denuncias sin autor conocido (el robo de una cartera, la rotura de la ventanilla de un coche...) y sin líneas posibles de investigación que se quedan a la espera de un 'golpe de suerte'. «Son casos en los que, si por ejemplo se han recogido huellas y al cotejarlas con las bases de datos no hay coincidencias permanecen a la espera de que, en el futuro, el presunto autor vuelva a cometer un delito, se le detenga y se le pueda imputar también este hecho».

En el extremo contrario se sitúan los delitos que más alarma social despiertan. En los ataques contra las personas (homicidios, lesiones, malos tratos), la resolución de casos roza el 90%; en los ataques contra la libertad sexual (agresiones, abusos...) la tasa de éxito supera el 80%; y en los de seguridad colectiva (tráfico de drogas y seguridad vial) roza el 100%.