La del agua es una guerra que se está lidiando en todo el mundo, con el ahorro como objetivo final Este martes el Instituto Nacional de Estadística ha publicado los datos de consumo en España, que radiografían el estado del abastecimiento, los precios y otras ... variables.
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Una de las más llamativas es el volumen de agua no registrada, es decir, la diferencia entre el volumen suministrado y el cuantificado por los contadores de los usuarios. Y La Rioja no sale bien parado en este aspecto. Si cada riojano gastaba en 2022 como media 119 litros de agua al día (cinco litros menos que en 2020), eran 142 los litros que no aparecía en las cuentas. Solo Ceuta y Melilla, con 176, superan a la comunidad en ese aspecto y la dejan a años luz de regiones como Madrid, con 28 litros, o País Vasco, con 48.
De ese flujo que escapa a los contadores, el INE diferencia las pérdidas reales, las constatables y que suman 66 litros, y las aparentes, que son el desfase de las cuentas y que llegan a 74. De esta forma, de cada 100 litros que circulan por las tuberías riojanas 18,1 se pierden en fugas y averías de las que se tiene constancia. Anualmente, en cada kilómetro de la red de suministro riojana se perdían 4.519 metros cúbicos (solo Aragón contempla una merma mayor). Un trabajo que ayuntamientos y gestores de mancomunidades tienen muy en cuenta en su planificación, pero que no ha impedido que la cifra de derroche se mantenga como una de las más altas de España, donde la media de volumen de agua no registrada se queda en los 63 litros.
A pesar de esas altas cifras, no se puede hablar de que los riojanos sean unos derrochadores. Como media, los riojanos consumieron 119 litros de agua por día, por detrás de País Vasco (85 litros por habitante y día), Aragón (110 litros ), Cataluña (113) y Madrid (120), casi diez litros menos que la media nacional.
Y eso a pesar de que el precio del metro cúbico en La Rioja podría incentivar el consumo. El coste del metro cuadrado en la comunidad se sitúa en 1,46 euros. Castilla y León (1,24 euros) y Asturias (1,43) son las únicas regiones donde el agua del grifo sale más barata que en La Rioja. En el polo opuesto están Cataluña, donde esos mil litros de agua de consumo doméstico tienen un coste de 2,98 euros, mientras que en Baleares y País Vasco el precio es de 2,52 y 2,51 euros.
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Eso sí, en este estudio estadístico que el INE publica bienalmente, se percibe el encarecimiento de este recurso en La Rioja. El metro cúbico de agua pasó de 1,17 euros como media en 2020 a 1,46, es decir, un 24,7% más, por delante de regiones como Navarra, que registró una subida de un 23,4% o de Castilla-La Mancha (23%).
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Víctor Soto
Otra de las variables que contempla la 'Estadística sobre saneamiento y consumo de agua' es quién gasta. Y en eso los hogares riojanos destacan. En los domicilios se factura casi tanta agua como en las empresas y los sistemas municipales. Las casas consumieron 13.758 miles de metros cúbicos durante ese 2022, mientras que las empresas se quedaron en 6.998 y los consumos municipales ascendieron a 6.996. Eso sí, este último aspecto fue el que más creció respecto a 2020, un año, cabe recordar, marcado por la pandemia.
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Aprovechar cada gota de agua pasa por la concienciación, pero también por la inversión en unas obras que, como reconoce el director general de Calidad Ambiental, Cambio Climático y Agua, José María Infante, resultan «caras y poco agradecidas para la ciudadanía».
– Los informes de consumo de agua que publica el INE vuelven a señalar las importantes pérdidas que se producen en La Rioja. ¿Preocupa?
–Siempre nos han llamado la atención esos estudios. En el último plan director, de 2016 a 2026, ya se analizaron esas circunstancias, debida a la tipología urbanística de La Rioja y al estado de las redes de distribución y se reforzó el programa de ayudas a los municipios para combatir la pérdida de agua y mejorar. Se hicieron campañas de detección y ahora estamos intensificando las subvenciones para evitar fugas, un problema que se percibe más en el medio rural, aunque también existe en las ciudades.
– ¿Cuáles son las causas de esas pérdidas?
– El estado de las redes de suministro son dispares y se necesita una renovación. Pero también existen acometidas de agua no registradas.
– ¿Quién 'roba' agua?
– Las denominadas pérdidas aparentes se pueden deber a captaciones ilegales de la red para distintos usos: casetas de campo, acometidas no registradas para realizar actividades económicas, para riego.. Pero también una fuente puede ser considerada como pérdida aparente. Es una casuística compleja.
– ¿Qué se puede hacer para reducir esa sangría?
– Hay tres líneas muy claras: la mejora de las redes de distribución, la mejora del control y la digitalización de los sistemas y las campañas de sensibilización. La mejora en la gestión del ciclo del agua nos va a dar una información muy valiosa para determinar, por ejemplo, si hay fugas o captaciones ilegales.
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